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Si hay una escritora que conocí gracias a esta colección, es Maria Gripe, me encanta, así que cuando vi este libro en mi librería habitual, con esa edición, a ese precio? se vino a casa.No he leído todos sus libros, pero los que han caído en mis manos coinciden en lo mismo: sí, son cuentos, pero no son los típicos cuentos infantiles chorra, creo que tratan temas bastante adultos ?teniendo en cuenta para la edad para la que supuestamente están escritos-.En esta ocasión, tenemos a Albert y Sofía, un matrimonio más que humilde que sobrevive como pueden en su casita. Albert se dedica a fabricar preciosas piezas de cristal que no consigue vender, y ya es raro, pues es un material único al que dedica muchas horas del día. Y es que el vidrio es su pasión, tanto es así, que sus hijos se llaman Klas y Klara, debido a que los nombres le recuerdan en cierto modo a su adorado material. La familia trata de salir adelante, aún sin tener apenas ganancias en las ferias a las que su padre asiste, incluso los niños tratan de ayudar como pueden.En medio de todo esto, tenemos una pareja de personajes que me encantaron desde el principio: Aleteo Brisalinda ?una hechicera con los ojos color menta que realmente no se llama así- y Talentoso, un cuervo que la acompaña día y noche ?y que sólo tiene un ojo? un ojo que sólo puede ver las cosas buenas (el otro, por el que veía las cosas malas, lo perdió hace tiempo)-. La mujer intenta ayudar a la familia cuando Albert le pide que le diga la buenaventura? pero no es precisamente felicidad lo que la hechicera visiona.Así, nos metemos de lleno en un cuentito que destila egoísmo a raudales, toques de esperanza, amor, una mansión siniestra que se encuentra en la Ciudad de Todos los Deseos, dos niños perdidos que se encuentran con los Niños del Espejo? un cuento con hechicera, ¡que no puede faltar! Y que, debo decir, me ha gustado mucho.Ilustrado por el marido de la autora, Harald Gripe, se nos acompaña a lo largo de esta lectura nostálgica, de esas con lecciones de por medio, que fue galardonada con el Premio Hans Christian Andersen en 1974, además de ser declarado Libro de interés infantil por el Ministerio de Cultura (reconocimiento que desconocía, por cierto).Como decía, una escritora de mi infancia que siempre me ha gustado mucho, así que no dudo en recomendarla? aunque ya se nos haya pasado la edad.

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Pese a ser una escritora conocida nunca había leído un libro de María Gripe, así que está fue mi oportunidad, tal vez debí elegir otro de sus libros, porque como una primera aproximación a su obra, Los hijos del vidriero me dejó una mala sensación. El libro se me hizo extraño y pese a su brevedad y que es un libro infantil su lectura se me hizo pesada y bastante cuesta arriba sobre todo en algunas partes. Es un libro que es bastante arquetípico en ciertos aspectos, Klass y Klara son dos hermanos que tienen una vida relativamente feliz pese a que sus padres apenas tienen para cubrir sus necesidades, pero claro algo sucede y son separados del hogar paterno. Aquí vino mi primera señal de alarma, de la lectura se puede concluir que el hecho que los niños sean llevados a otra parte (por acción de terceras personas) es consecuencia directa de que la madre un día manifiesta estar cansada de tener que cuidar de ellos todo el día, ella nunca habla de falta de amor a sus hijos, solo expresa cansancio, pero a continuación los niños desaparecen creando una especie de relación causa y efecto que me parece bastante peligrosa y dañina sobre todo para las niñas. Una especie de mensaje de una buena madre jamás se cansa, menos se queja Por otro lado tenemos al señor y la señora de ellos nunca sabemos más nombres, que son un matrimonio de personas ricas e influyentes, que lo tienen todo y pueden cumplir cada uno de sus caprichos, en varias partes se recalca sobre todo de él que no es malo, no no lo es, pero si es una persona altamente egoísta que no ve más allá de sus caprichos y necesidades. En el libro se recalca mucho cuanto a el señor le cuesta dar las gracias, claro como lo tiene todo no es una persona que de mucho las gracias, ya que nunca ha dependido de otros para satisfacer sus necesidades, creo que si se quiere enseñar a un niño a ser agradecido y dar las gracias, hay maneras menos rebuscadas que las expuestas en el libro. No sé bien cómo expresarlo, pero al libro le falta esa magia propia de los libros infantiles, es un libro con el cual no llegue a conectar ni con la historia, ni con alguno de los personajes, ni siquiera con los niños, ya que estos ni siquiera tienen el protagonismo que el título del libro hace suponer, la historia gira en torno a ellos, pero su presencia es desdibujada por la de los adultos.

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Los hijos del vidriero, de María Gripe (1964, esta edición es la 16º de SM del año 1991)Después de haber leído Hugo me puse a leer este otro libro con mucho entusiasmo. Teniendo en cuenta la cantidad de reediciones e incluso el premio que aparece en la portada, le tenía mucha fe.///¡Atención, spoilers!/// (No leer debajo si quieren mantener la intriga hasta leer el libro) ....Pero no. No me gustó, me encontré perdido leyendo. Es una historia basada en un cuento folclórico, sin conocer el original puedo imaginar que debe de ser mucho más corto. Estimo que pierde efectividad en su paso a novela, estirando innecesariamente la historia para completar el nuevo formato. Todo lo que ocurre es caprichoso, los personajes no hacen más que cumplir sus funciones arquetípicas y son completamente planos. Los diálogos parecen sacados de las novelas de la tarde, los personajes declaman su propia identidad diciendo cosas como Soy mala.El texto de promoción habla de una novela enigmática; pero más bien diría confusa. No veo cómo un chico de 9 años puede mantener el interes tratando de seguir los saltos caprichosos de la historia.En Hugo, Gripe sabe administrar la información al lector para ir tirando de la historia. En este caso no me parece que lo maneje bien. Todo el tiempo está recordándote las cosas que tienen que encajar más adelante, y cuando van a encajar te las vuelve a recordar por si no te enteraste.Lo peor: de toda la tragedia de los niños perdidos al parecer la culpa la tiene la madre, que una vez se atrevió a decir que estaba cansada de cuidar a sus hijos todo el santo día.

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Comentarios de lectores del libro Los hijos del vidriero