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El ángel del olvido de Maja Haderlap

de Maja Haderlap - Género: Otros
libro gratis El ángel del olvido

Sinopsis

Austria, casi en la frontera con Yugoslavia. Arroyos, valles, prados… Un mundo rural, campesino, que se expresa en esloveno y apenas se defiende en alemán. La voz de una niña, una joven, una mujer (el tiempo pasa por estas fascinantes páginas) nos habla de un modo estremecedor pero también poético y familiar. Un padre y un abuelo partisanos que luchan contra los nazis, una abuela que es arrestada y sobrevive (aunque la marcará para siempre) al campo de concentración de Ravensbrück, una madre solitaria que huye de la realidad en su pequeño ciclomotor… Bosques, vacas, gallinas. Héroes anónimos, delatores, fronteras. Pocas veces se ha contado la vida y la muerte como aquí: con tanta capacidad de evocación y tanta lucidez. Con tanto humor y tanto respeto. ¿Qué hace la Historia en mayúsculas con la vida de la gente minúscula? Malgastada la palabra ética en otros ámbitos, aquí esa palabra confiere al texto un poder admirable: literatura llamada a perdurar.


Me ha resultado una historia muy interesante, y que me ha dado a conocer la realidad, para mi desconocida, de la comunidad eslovena en Austria. No era consciente de su existencia, ni tampoco de como sufrió con la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi. La autora, Maja Haderlap, forma parte de la misma, y en este libro nos cuenta la historia de su familia. Sus abuelos vivían en un valle montañoso en la zona fronteriza con la antigua Yugoslavia o la actual Eslovenia. A raiz de la annexión y de la política llevada a cabo por los alemanes, muchos hombres del pueblo decidieron unirse a los partisanos que luchaban contra el régimen. Cómo castigo, los nazis apresaron a sus mujeres y niños, los torturaron y los llevaron a los campos de concentración. La historia se centra, por un lado, en la abuela de Maja, sobreviviente del campo de Ravensbrück. Una mujer fuerte, amante de su tierra y sus gentes, apreciada por todos y un pilar en la vida de la escritora. Y también en su padre, un hombre torturado y traumatizado por su pasado cómo partisano (se unió al movimiento siendo un niño). Un hombre con problemas para crear lazos emocionales, cuya inseguridad y miedos le hacen depender del alcohol y maltratar a su familia. Un hombre sencillo, que ve cómo sus sueños y sus esfuerzos se ven frustrados por su incapacidad para sobreponerse a los recuerdos y a su pasado. La autora nos cuenta la historia desde el presente, remontándose a su niñez y adolescencia. Ella la describe desde la visión de una mujer que ha conseguido estudiar y conocer la cultura de sus antepasados, unir testimonios de diferentes familias y contextualizarlas dentro de la historia de su país. No es un libro fácil de leer, hay que dedicarle su tiempo. Pero me ha resultado muy enriquecedor.
El ángel del olvido es una novela extraordinaria que nos sumerge en un mundo rural con un gran sentido de la comunidad en el que el dolor y la muerte están muy presentes. Allí, en Austria, casi en la frontera con Yugoslavia se concentran campesinos, partisanos, delatores? héroes anónimos que conocemos gracias a la voz de una niña. Una niña que hereda el dolor de su abuela, superviviente del campo de concentración de Ravensbrück; su padre, partisano que junto a su padre luchó contra los nacis; y su madre, que ajena a esa realidad sobrevive en la misma. Y que con ese dolor, página a página crece hasta convertirse en una mujer.La novela te atrapa desde las primeras páginas gracias al respeto y la prosa con la que se nos hace partícipes de esta familia, de esta comunidad. Las tareas cotidianas se describen con minuciosidad, convirtiéndose en algo poético. También los valles, ríos y montañas que los rodean. Así tras varias páginas uno cree poder oír la respiración de los bosques y los trinos de las primeras aves de la mañana, oler el café de cebada y sentir la angostura de los prados.Y en esa atmósfera que a muchos nos parece idílica, la joven protagonista nos permite ser testigos de testimonios de la época que nos hablan de la vida y la muerte. Testimonios de una minoría, que, como todas las minorías, nunca tendrán un foco para contar los horrores de una guerra y las cicatrices que, inconsciente o conscientemente, trasladarán a la siguiente generación.Tengo que admitir que empecé enterneciéndome la relación sincera entre abuela y nieta para terminar rendida ante la relación de esa nieta, siendo ya una mujer, con su padre. Un padre que no siempre es el mejor padre, un padre con cicatrices tan profundas que cuando no trabaja se rinde ante la vida.Para disfrutar a sorbos.