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La primera mano que sostuvo la mía de Maggie O’Farrell

de Maggie O’Farrell - Género: Drama
libro gratis La primera mano que sostuvo la mía

Sinopsis

Cansada de la vida apacible del campo, Lexie Sinclair decide abandonar la casa de sus padres para instalarse en Londres. Allí conoce a Innes Kent, el editor de una revista de arte que la introducirá en los ambientes bohemios del Soho de mediados de los años cincuenta. Al quedarse embarazada, decidirá que su hijo también forme parte de esta aventura.

Años más tarde, en el Londres actual, la maternidad ha trastocado la vida de Elina: un día se olvida de los zapatos al salir de casa, otro acude a una cena a las nueve de la mañana y al otro es incapaz de recordar el parto de su hijo. Mientras, su marido Ted se va encerrando en sí mismo y empieza a recordar episodios de su vida que había olvidado.

Con su habitual pericia narrativa, Maggie O'Farrell nos ofrecer el relato de la vida de dos mujeres separadas por varias décadas. El arte, el amor, la traición, los secretos y la maternidad trazarán extraños paralelismos entre ellas.


Hasta la publicación el año pasado de Tiene que ser aquí (2017) por Libros del Asteroide desconocía quién era Maggie OFarrell. Repasando su biografía para escribir esta reseña, descubro que ese no fue el primer libro de la autora traducido en nuestro país, sino que ya existen otros tres. Me quedé con ganas de leer Tiene que ser aquí hace unos meses, así que cuando se me presentó la oportunidad de hacerme con el libro que os traigo hoy no tuve dudas. Aunque hay que dejar claro que se publicó originalmente en 2010, ganadora del Costa Novel Award, por consiguiente es anterior a Tiene que ser aquí. Maggie OFarrell nació en 1972 en Irlanda del Norte y es autora de siete novelas.Finales de verano a mediados de los años cincuenta en Gran Bretaña. Lexie Sinclair es una joven de 21 años que vive con su familia en un pueblo en el campo. Harta del campo y de su familia, sus aspiraciones viajan mucho más lejos. Quiere mudarse a Londres y ser mecanógrafa. Una noche está sentada en el jardín soñando con su nueva vida, cuando un hombre al que se le ha estropeado el coche anda en busca de un mecánico. Intercambian unas palabras y le deja su tarjeta. Ese será el detonante par que Lexie a los pocos días abandone su casa y se instale en Londres. Comienza a trabajar cómo ascensorista en unas grandes almacenes, pero poco tarda en reencontrarse con el hombre de esa noche de verano. Innes Kent, unos años mayor que Lexie, es editor de arte en una revista llamada Elsewhere y la introducirá en los ambientes bohemios del Soho. A partir de aquí la vida de Lexie avanzará por unos derroteros bastante distintos a los que imaginaba.En el Londres de la época actual, Ted y Elina acaban de tener a su primer hijo. Después de un parto traumático en el que Elina podría haber perdido la vida, no se encuentra a sí misma y le suceden cosas muy extrañas. Un día no recuerda el parto, otro sale a la calle sin zapatos, al siguiente cree que todavía está embarazada... Ted también está tocado por lo sucedido. Cada día está más preocupado por la salud de su mujer y a eso se suma que vuelve a padecer unos episodios similares a visiones consistentes en recuerdos de su infancia. No le sucedía desde niño, cosa que hace que se encierre más en si mismo.La primera mano que sostuvo la mía está dividido en dos partes diferenciadas por la trama. Dos hilos temporales que se alternan en capítulos, contados ambos por un narrador omnisciente en tercera persona. Dos historias y dos mujeres, Elina y Lexie, que en apariencia no tienen ninguna conexión pero que la autora consigue ir armando poco a poco, pieza a pieza, hasta formar un puzzle perfecto. Aunque no es hasta bien avanzada la narración, con un par de descubrimientos sorprendentes, que sabremos cómo. Tras una primera parte en que nos introduce en las historia y los personajes, pronto me di cuenta que un misterio sobrevolaría toda la novela y eso me mantuvo en tensión hasta el final.Maggie OFarrell se postula como una buena narradora con un un estilo que atrapa y una prosa elegante y sencilla. Consigue narrar emociones y sentimientos cotidianos de forma atractiva. El ritmo es más pausado al inicio, cuando se presenta la historia, y conforme todas las cartas están sobre la mesa va acelerándose. Lo refleja así cómo me leí la segunda parte del libro casi del tirón. Los personajes son uno de los puntos fuertes de esta novela. Son personajes reales, con una evolución clara y en que los trazos psicológicos están muy bien construidos. Me ha gustado especialmente Lexie. Una jovencita de pueblo con muchos pájaros en la cabeza que se convierte por sus propios méritos en una mujer fuerte, independiente y culta dentro de una sociedad poco acostumbrada a ello; recordemos que vive a finales de los años cincuenta.El tema principal y eje de La primera mano que sostuvo la mía es la maternidad y el amor que genera. Enfrente la parte positiva y feliz de la misma, se habla de la dureza de la maternidad, de las horas sin dormir, del cansancio, de la soledad de la madre en ocasiones, acompañada en otras de la sensación de que nunca superará esa fase. Se compara también la maternidad en soledad con la maternidad en pareja, y los cambios entre épocas cómo su forma de vivirla. La narración contiene algo de crítica social, mostrando la visión de la sociedad antes estas distintas situaciones. Mi curiosidad sobre el significado del título no se resolvió hasta el final, ya que cobra todos su sentido cuando cierras el libro tras terminarlo.En definitiva, La primera mano que sostuvo la mía es una historia con dos hilos narrativos y temporales diferenciados, con una conexión que se irá manifestando poco a poco hasta llegar a un final sorprendente y emotivo. Una novela con muchos ingredientes atractivos: misterio, amor, secretos, supervivencia, maternidad, a cargo de una buena narradora que consigue atrapar al lector a través de unos personajes sólidos y bien trazados. No esperaba mucho de esta novela cuando llevaba unas pocas páginas, y me ha terminado sorprendiendo muy gratamente. Os la recomiendo. Enlace: https://www.perdidaentremisl..
Años 50. Un encuentro casual entre el editor Innes y la joven Lexie en el jardín de los padres de esta, acaba en una prometedora invitación para que le visite en Londres y en la decisión de Lexie de abandonar el hogar familiar. La frescura de Innes, quizás su gusto por el color azul huevo de pato, y su seguridad es lo que más le atrae de él. Por eso, cuando viaja a Londres lo busca, y aunque ella tiene suficiente personalidad y arrojo para hacer lo que quiere en cada momento, Innes será, además de su amor, un punto clave en su vida; guiará a Lexie hacia la mujer que será muchos años más tarde, mostrándole cómo es la vida libre en el Soho de los años 50.Y lo que ve cuando mira a Alexandra (Lexie) con la pañoleta amarilla y el vestido azul es una escena de fresco. Está convencido de que tiene ante sí a una madonna rural perfecta, de perfil, con un maravilloso (cree él) vestido azul ceñido y el niño dormido cerca de ella. Contempla la escena con un ojo, después con el otro. [...] Y, por si fuera poco, ¡sabe arrancar flores con los dedos de los pies! ¡Qué criatura!Presente. Una segunda trama en el presente nos acerca a Elina, una joven que acaba de ser madre. Ni ella ni Ted esperaban que el parto fuera tan mal. Mientras que él no puede dejar de pensar en lo que la pudo haber pasado, ella solo tiene pequeños flashes de la sangre y de cómo se complicó todo. Incluso a veces se despierta sin ser consciente de que su hijo ya no está dentro de ella. Como si no tuviera suficiente con tener que adaptarse de golpe a la maternidad, a tener que alejarse de sus cuadros, a la cicatriz que le cruza el vientre, Ted no está bien. Vive ensimismado, en otro mundo y le asaltan recuerdos recurrentes de su infancia. Parece que la llegada del bebé les está afectando psicológicamente a ambos.Empieza a darse la vuelta para ponerse de cara a Ted, pero le sobreviene un dolor agudo en el vientre, como si se le rompiera la piel, como si le aplicaran un soplete. Se le escapa un grito ahogado y baja las manos para comprobar, para asegurarse de que la piel tirante y el bulto del niño siguen ahí. Pero no hay nada. Las manos solo encuentran espacio vacío. No hay vientre abultado. No hay niño. Se agarra el estómago y toca la piel desinflada, flácida.Maggie OFarrel tiene un estilo muy personal, directo, y crea una historia sencilla, sin artificios, acercándonos a sus personajes de forma sutil pero acertada. Percibimos la desesperación de Elina por su situación familiar, sus miedos de madre primeriza y la incertidumbre de cómo comportarse ante lo que Ted está pasando. Por el contrario Lexie, es una mujer que sabe encontrar su lugar en un mundo de hombres, es diferente, atípica para esos años 50 en Londres, pero fiel a sus ideas y a lo que dicta su corazón. Un personaje maravilloso que llega a eclipsar a Elina.La narración nos guiará, aportando pequeñas pistas hacia el qué une a estas dos mujeres tan diferentes a las que las separan más de cincuenta años, creando una historia llena de amor, de duelo, de traición y secretos. A pesar de las diferencias que las separan, comparten su forma de amar. El amor incondicional hacia sus parejas, pero también un amor que lo puede todo, un amor poderoso. El amor de una madre hacia sus hijos. Y será sobre este tema sobre el que se sustente toda la trama, es donde Maggie brilla y consigue emocionarnos. Y donde su título cobra sentido.La primera mano que sostuvo la mía se trata de una historia sencilla que adquiere fuerza a través del acertado retrato que hace su autora de los personajes. Formando dos historias diferentes que acaban por converger en la fuerza de la maternidad, que nos revuelven a través de situaciones felices pero también de otras que no lo son tanto. No soy madre y aun así su autora consiguió ponerme los pelos de punta en sus últimos capítulos; desprende pura emoción en el mensaje que quiere transmitir. Enlace: https://bajolapieldeunlector..
La primera mano que sostuvo la mía de Maggie OFarrellCansada de someterse a la voluntad de sus padres, Lexie Sinclair quiere abandonar el campo donde vive con ellos e irse a vivir a Londres. Un día tras una pelea conoce a Innes Kent y este será el detonante para tomar la decisión. Ya en Londres tarda poco en reencontrarse con él. Innes es editor de una revista de arte y la introducirá en los ambientes bohemios del Soho de mediado de los años cincuenta, y empezará una vida completamente distinta a la que estaba prevista para ella.Años más tarde, en el Londres actual, la maternidad ha trastocado la vida de Elina, tras un parto en el que casi pierde la vida no le resulta fácil volver a la rutina, y más con un hijo del que a veces (al principio) no se acuerda que ha tenido. Este riesgo en el parto le ha provocado que a veces tenga lapsus en la memoria: un día se olvida de los zapatos al salir de casa y al otro es incapaz de recordar el día del parto. Mientras, Ted, el padre de su hijo, se va encerrando en si mismo, sufre por su mujer y sus problemas de salud, pero él al contrario que Elina empieza a recordar episodios de su infancia que había olvidado.Son dos historias separadas en el tiempo pero conforme vamos avanzando en la lectura se van uniendo casi sin darnos cuenta. Se puede decir que el eje central es la maternidad y el amor que genera, la enfrenta en solitario y en pareja, la dureza de los primeros días y las primeras veces, pero en esta historia también hay misterios, secretos, traiciones y supervivencia. Ha habido momentos en los que me he sentido identificada con respecto a la maternidad y también en los que he llorado, sobretodo con Lexie, que aún la llevo conmigo.Me ha gustado mucho, me enganchó desde las primeras páginas y voy a seguir leyendo a la autora
La primera mano que sostuvo la mía cuenta dos historias ubicadas en dos tiempos diferentes. Incluso podría decir y espero no ser muy osada, la historia de dos mujeres: Lexie y Elina. Lexie tiene 21 años y vive con su familia en un pueblo de Inglaterra en los años 50. Está cansada de vivir con su familia en un pueblo y le gustaría vivir en la ciudad donde poder trabajar como mecanógrafa.La historia de Elina transcurre en el Londres actual. Ella está casada con Ted. Acaban de ser padres por primera vez después de un parto traumático donde Elina casi pierde la vida. No están pasando su mejor momento, está claro. Elina no se ubica en su nuevo ser después de dar a luz: no duerme, tiene pérdidas de memoria, no recuerda haber tenido ya el bebé y por supuesto, cómo a tantas otras madres nos ha ocurrido, muchas veces siente que ha perdido toda su esencia, rodeada sólo de pañales, llantos y mocos.Cuando parece que Elina empieza a aceptar su nueva vida y reciente maternidad, Ted, su marido y padre de la criatura, empieza a comportarse de forma extraña. La cuida y la quiere, tanto a ella como al bebé pero su comportamiento no es normal en muchas ocasiones.Las historias las cuenta un narrador en tercera persona y ambas se van alternando capítulo a capítulo. El lector sabe que en algún momento ambas historias se conectarán pero al menos yo no empecé a sospechar hasta más de la mitad del libro cuál podría ser el nexo de unión en la vida de ambas mujeres.Me han gustado muchas cosas de este libro. La vivencia de la maternidad de dos mujeres de dos épocas diferentes, la fortaleza de una madre ante la adversidad, la evolución de la paternidad a lo largo de los años pero lo que más, sin duda, ha sido la escritura de la autora. No sé muy bien como explicarlo, pero la narración de la autora es genial. Elegante, diría yo. Te introduce en las escenas de una forma tan sutil que parece que estás allí, viviendo con los personajes y sintiendo como ellos. No había leído antes nada de esta escritora y desde luego no será lo último que lea.
La primera mano que sostuvo la mía es un libro en el que se entremezclan las historias de dos mujeres que viven en épocas distintas: Lexie en el Londres de los años 50 y Elina en el actual. La historia de Lexie empieza cuando abandona el hogar familiar y se traslada a Londres donde conoce a Innes, el editor de una revista que le cambiará la vida. Por otra parte, Elina, que acaba de dar a luz, después de un parto traumático en el que casi pierde la vida, es incapaz de recordar las cosas del día a día a la vez que ve como se resiente la relación con su marido Ted. En la primera parte del libro el ritmo es pausado y nos introduce a los personajes, con una descripción muy acurada de las situaciones y también de los sentimientos de los mismos; a partir de la mitad del libro, vemos como las dos historias se van uniendo a través de pequeños detalles y es en la segunda parte cuando la autora consigue atrapar al lector hasta el final, pues lo que parecían dos historias paralelas y sin mucho misterio, conectan de una forma sorprendente y conducen a un final muy emotivo. Es un libro que recomiendo, me ha gustado particularmente la historia de Lexie Sinclair, aunque en un principio parece un libro lento, a medida que vas avanzando te atrapa y necesitas seguir leyendo para saber como acabarán los personajes. También me ha gustado la reflexión sobre la maternidad que se desprende del libro.