Hamnet de Maggie OÂ’Farrell
de
Maggie OÂ’Farrell
- Género:
Drama
Sinopsis
Un dia d’estiu de l’any 1596, una nena de Stratford-upon-Avon, un poble a prop de Londres, torna de l’escola cansada, amb febre, mal de cap i poques ganes de jugar amb el seu germà bessó, el Hamnet. Angoixat, ell busca per tota la casa algú que pugui ajudar-los, però no hi troba ningú. La mare, un esperit lliure i excèntric, és al jardà on cultiva plantes medicinals, a més d’un quilòmetre de distà ncia, vigilant els ruscos d’abelles. El pare és a Londres, treballant al teatre, i la germana gran i l’à via han anat al poble a comprar. Cap és conscient de la tragèdia que s’està desfermant a casa seva.
Hamnet és la història dÂ’una dona feréstega i el seu xoriguer, del fill dÂ’un guanter que fuig de la vida que li tocava per casar-se amb la dona que estima i dedicar-se a la seva passió, el teatre, i del fill de tots dos, que no passarà mai a la història però donarà tÃtol a una de les obres de teatre més cèlebres de tots els temps. I, al cor de tot plegat, el retrat lluminós i vivÃssim dÂ’un matrimoni poc convencional, del vincle indestructible entre dos germans bessons i del dolor dÂ’una pèrdua irreparable, devastadora i tristÃssima.
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El retrat de matrimo
Es unánimemente reconocido que Shakespeare fue un genio, lo es. Hace años pensaba que este afán de los españoles por infravalorar lo propio era la consecuencia de tanto alboroto por el bardo de Avon. Acababa de leer la Primera Parte del Quijote y era de la opinión de que nadie podÃa igualar a nuestro Cervantes. Hasta que leà El sueño de una noche de verano ¿Cómo es posible magia, humor, ingenio, color, en una obra? Luego leà las grandes tragedias. No sabrÃa por cuál decidirme. Puede que por Othelo, pero está claro que mi juicio sobre Shakespeare cambió. Es difÃcil superarlo. Lo lees y lo vives a pesar de haber escrito para ser representado. La fuerza de la escritura es tal que consigue llevar las palabras a la mente del lector y que estas formen ahà el mundo imaginado por su autor.He analizado muchas obras de Shakespeare. Su vida está más difusa. No me importaba, probablemente esa imprecisión contribuÃa a que el mito creciese en mi interior.No voy a comparar a William Shakespeare con Maggie OFarrell, no se me ocurre. Pero algo ha sucedido dentro de mà al leer su novela. Sus palabras han conformado una realidad patente que me ha atrapado. Cada vez que abrÃa el libro la angustia crecÃa, pero era incapaz de dejar de leer. SabÃa lo que ocurrió con Hamnet pero nunca me habÃa parado a pensar en cómo serÃa ese niño, ni en su vida ni, sobre todo, en su madre. Agnes (Anne) es la verdadera protagonista durante toda la novela. Una novela cuyo tiempo externo no coincide con el interno. Hamnet comienza in medias res, cuando el pequeño busca desesperadamente a alguien de su familia para que ayude a su hermana gemela Judith, que se encuentra muy mal.Mediante digresiones y analepsis vamos sabiendo la historia familiar, la infancia del escritor, la relación con su padre, un fabricante de guantes caÃdo en desgracia ante el pueblo por su corrupción, avaricia y maldad; cómo se enamoró de Agnes, cómo fueron a vivir junto a los padres de él, cómo tuvieron a sus hijos, cómo él se trasladó a Londres y cómo murió el niño. A partir de ahÃ, la soledad, la muerte de Agnes que, como madre, es incapaz de asimilar que no verá más a su hijo.Es increÃble la capacidad de OFarrell para introducirnos en el ambiente del siglo XVI, la vida natural del campo, la alta densidad de población en la ciudad, su ajetreo y el ambiente cultural frente a la tranquilidad y primitivismo del pueblo.Pero es el manejo del léxico y sobre todo la mezcla de tiempos y modos verbales lo que consiguen que mantengamos la tensión en todo momento. No hay nada seguro en la novela, aunque sepamos el final. El narrador intenta establecer, con el uso del futuro, una distancia temporal en la que casi nunca se confirma lo propuesto, a pesar de que ofrezca cierto carácter imperativo, como si los deseos del personaje se transformasen en órdenes en la mente del narrador. Con el futuro, además, la intensidad de los hechos aumenta, por lo que resulta abrumador «Judith estará arropada entre sábanas limpias [?] hará una mueca porque el remedio es amargo, pero se lo tomará [?] Hamnet llega a la alcoba [?] Respira poco y deprisa». al combinar dos tiempos verbales, el presente es el que aporta la coherencia real al escrito, pero a pesar de ser más dinámico, no consigue relajar la tirantez pues, ha hecho desaparecer parte de la omnisciencia del narrador.Hamnet supone una relativización del realismo. Ante nosotros aparece un mundo edificado al amparo de la literatura en el que los rodeos a la hora de hacer continuar la acción muestran la relación efectiva con la realidad. El relato imaginario del futuro se coloca frente al del presente. Los cambios bruscos de tiempo y espacio que aparecen contrastan con la profundidad psicológica que denotan las acciones de los personajes o sus diálogos, en los que la repetición anafórica confirma la excitación, la inquietud que ha dominado al protagonista «¿Alguna vez has visto que [?] ¿Alguna vez has visto que se pusiera de mi parte? ¿Alguna vez has visto que [?] A lo mejor si esperas [?] No soporto esperar».Cuando el narrador quiere que se introduzcan hechos posteriores, o deseos, recurre a una prolepsis difuminada por medio del condicional. de esta manera puede mantenerse en el presente narrativo aunque cuente lo que sucederá en un futuro; el ritmo del relato decelera al tiempo que los personajes van tomando forma, van desnudando su yo Ãntimo ante el lector; avisan de sus actos y de los cambios surgidos en su evolución. El condicional cambia su valor temporal por otro modal en el instante en que describe acciones efectuadas en un mundo posible, no en el real de la narración. «Eliza no vivirá allà con su marido el sombrerero, desde luego que no, sino ellos [?] Su hijo ya serÃa mayor?».Es increÃble como Maggie OFarrell es capaz de subjetivizar el realismo de la novela, a sus personajes y a su protagonista. Protagonista que es en realidad el dolor de la mujer. El que parece protagonista, el padre de Hamnet, el enfrentado a su familia, el amante de su mujer e hijos, el autor de éxito, que curiosamente no tiene nombre en la novela, es nominado como El preceptor, su hermano, mozuelo, el marido, el hijo, el padre, su cuñado, el joven, el hombre ese. No aparece William Shakespeare en ningún momento, otra causa de la relativización del realismo, de la escritura literaria cuya autora es OFarrell, y ha querido conceder toda la importancia, el peso de la novela, a la mujer. Joan, la madrastra, será quien eche a Agnes de su lado para que resuelva sola sus problemas. Mary, su suegra, la acogerá, Eliza, su nuera, la querrá como a una hermana. Susanna, su primogénita será querida antes de nacer. Agnes no necesita más. Su sensibilidad y amor por la vida conforman un mundo en el que lo importante es eso, la vida y todo lo que la conecta a ella. Agnes no escapa de la realidad circundante sino que la yuxtapone a la que percibe en su mente «Agnes ve que Mary está pensando en su hija, Anne, que murió de peste a los ocho años [?] sabe que la pequeña Anne está ahÃ, en la habitación». Agnes se mueve en una realidad maravillosa en la que solo encaja aquél que puede encontrar la belleza en la naturaleza que le rodea. Cuando queda embarazada de Hamnet es incapaz de sentir esa seguridad, todo da un giro violento, el parto no es sosegado como el de Susanna y desde el momento en que sucede nos viene a la mente la primera imagen preocupante que leÃmos en la novela. El dolor de Agnes, su duelo infinito, la oprime hasta el punto de destrozar su vida entera.Una vida destrozada y un dolor que se intensifican en cada página con una técnica que parece propia del cine. La autora congela la imagen, une tiempos, usa oraciones cortas en las que el gerundio aporta la sucesión continua de acciones, igualando presente a futuro, congelando la imagen descrita en la que los personajes, aunque intenten actuar con rapidez, quedan enfocados por el narrador en una perspectiva estática, hasta dar la impresión de que en realidad están parados, son una fotografÃa que no pertenece a ese tiempo «Pero, ¿dónde está su madre ahora? Cruza y descruza los tobillos. Correteando por el campo, vadeando estanques, recogiendo hierbajos, saltando cercas [?] Estará dando un espectáculo, como de costumbre, parada, contemplando?». Paradójicamente esta suspensión del tiempo capta la atención por encima de cualquier elemento narrativo. al detener el tiempo, el contraste hace que el movimiento tenga todo el sentido. Las secuencias correlacionadas establecen la trayectoria de los personajes, de ahà que siempre aparezca el presente. El tiempo no pasa aunque el personaje cambie la acción, aunque varÃe el personaje. La narración avanza inmóvil, en una sucesión de imágenes expuestas que se instalan en la mente del lector, hasta que llegan al clÃmax narrativo en una especie de silencio: «La carta de Eliza se la lleva un muchacho [?] El muchacho la guarda [?] la lleva a la posta [?] El maestro de postas [?] El hospedero tiene que esperar [?] la carta pasará de mano en mano [?] Un niño pequeño [?] agita una carta [?]Tiene que salir, tiene que irse de ahà [?] Percibe una mano en el hombro [?] el joven trota calle abajo [?] Lo ve marchar entre el bosque de piernas que lo rodean».No hay un solo clÃmax, la novela está llena de ellos porque en todas las secuencias el dolor de Agnes es capaz de romper su alegrÃa. Lo que no consiguió la falta de padres, la humillación de su suegro, la abulia de su marido, lo logró la muerte de su hijo, eso es lo que hace que se rompa «ella no encuentra, no localiza el espÃritu de su propio hijo». Y de nuevo la literatura es capaz de establecer un puente salvador con la realidad más dura «Su marido lo ha devuelto a la vida de la única forma que podÃa».
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Suelo decir que antes que escritor soy lector, pero es que antes que lector o que cualquier otra cosa... soy padre. Y quizá por eso Hamnet me ha llegado muy adentro.La novela comienza tranquila como un paseo sin prisa, está bien escrita, vamos conociendo a los personajes, se van entrelazando las dos lÃneas temporales? hasta que llegan dos capÃtulos que me emocionaron dejándome el corazón temblando y las mejillas húmedas.Y entonces pensé? Si la autora acaba de edificar las Torres Petronas 192 y 238 en cuanto a intensidad y emotividad, ¿tendrá ladrillos suficientes para igualar esa emoción antes del punto final 340? Era una tarea imposible y en mi opinión no lo logra, pero en cualquier caso Maggie OFarrell construye un gran final.Le doy cinco estrellas y la promesa de que repetiré con la autora.Hamnet, te recordaré.
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herbookss01 marzo 2021Señalar este contenidoVer la página de la crÃtica
Con solo las primeras páginas a mà me transportó suavemente, como en un cuento y siguiendo los pasos de un niño de 11 años, a un pueblecito de la Inglaterra de finales del siglo XVI. Maggie va tejiendo con sus palabras una historia tan penetrante que te envuelve sin apenas darte cuenta, llevándote de la mano a conocer a una familia con unos personajes complejos, tan bien dibujados que parecen reales. Y es que tal vez sà lo fueron. Porque esa familia es la de un famoso dramaturgo, tan reconocido que aún hoy seguimos hablando de él y sus libros. Y todo lo que se narra aquÃ, aunque es ficción, quizá fuera determinante para que este escritor creara una de sus obras más importantes y conocidas. Pero no, él no es el protagonista, no esperéis una biografÃa ni nada parecido. El protagonista es su hijo Hamnet, y sobretodo Agnes, su mujer y madre de sus hijos, un personaje que me ha parecido soberbio. Es a ella a quien vamos a conocer de verdad y con quien vamos a sumergirnos en la historia, llevándonos entre pasado y presente en una montaña rusa de emociones.Una historia de amor, de incomprensión, de magia, de conexión con la naturaleza, de obsesión, pérdida y desesperación. Una historia muy dura, triste, pero con fuerza, con determinación. Una historia sobre la maternidad (otra vez, Maggie), sus fantasmas, sus miedos, su vulnerabilidad. Me ha encantado la forma de enfocarla en general y cómo la ha desarrollado, pero hay algunos capÃtulos en concreto que me han parecido brillantes.
No quiero hablaros mucho más, creo que es mejor que la descubrais por vosotros mismos sin saber mucho de ella.
Sin duda va a ser uno de los mejores libros del año para mÃ.
𝑻𝒐𝒎𝒂 𝒂𝒊𝒓𝒆, 𝒍𝒐 𝒔𝒖𝒆𝒍𝒕𝒂.
𝑫𝒆𝒔𝒑𝒖é𝒔, 𝒔𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐, 𝒊𝒏𝒎𝒐𝒗𝒊𝒍𝒊𝒅𝒂𝒅. 𝑵𝒂𝒅𝒂 𝒎á𝒔.
PodrÃa llenar este post de frases, párrafos o del libro entero. Cada una de sus páginas está llena de sensibilidad, belleza y armonÃa. OFarrell ha conseguido dar voz a nuestros sentidos, nos ha transportado al siglo XVI y nos ha enseñado que eso, los sentimientos, no cambian. Y lo que ocurrió en el pasado es igual al presente y será el mismo en un futuro.☆ Hamnet, un niño de once años que corre a buscar ayuda, su hermana gemela está muy enferma, su otra mitad yace en un jergón tiritanto de fiebre y él necesita a su madre, a su hermana, a su abuela. Y a partir de ahà la autora juega con el ritmo en la novela, pequeños saltos en el tiempo para llevarnos al momento en que esa niña, tumbada en una cama, agoniza de peste.
SÃ, Maggie OFarrell sabe como llevar esa cadencia y como acercarnos a cada uno de los personajes de esta obra, una novela coral, aunque con Agnes, hermana, esposa y madre, como protagonista y Hamnet, hijo y hermano, como el desencadenante de la tragedia. ☆ La autora reivindica el valor de la mujer, de Agnes, aparta la sumisión y el silencio y la dota de la premonición, la sabidurÃa de la naturaleza y la fuerza para parir y enterrar a uno de sus hijos. Con una narrativa potente y una gran delicadeza nos transmite imágenes reconocibles que se hacen parte de nuestra propia historia.
Os vais a hartar de ver este libro en redes sociales. Vais incluso a desconfiar de tantas buenas opiniones creando esa sospecha que a veces se nos presenta de que se trata de el libro de moda. Probablemente, vais a caer en la tentación de leerlo. Y entonces lo entenderéis.En mi opinión, OFarrell se ha superado y ha escrito su mejor libro, y me ha dado una de las que serán mis mejores lecturas de este año. No sabÃa nada de la sinopsis cuando lo cogà pero en la primera página me encontré un apunte histórico que ya me cautivó: conocà la existencia real de Hamnet, su origen y contexto. No necesité nada más para caer, apenas tres frases.Pero esta novela es mucho más que Hamnet. Para mà es sobre todo Agnes, amor, magia, sabidurÃa, sufrimiento y sacrificio. También es Judith, inocencia, otro amor, más magia y un sacrificio diferente. Es un hijo, hermano, marido, padre que cuando está no está y que cuando se va parece seguir allÃ. Y quizá me hubiera gustado que fuera más Susanna, la razón y el pragmatismo, un papel fundamental apenas reconocido.Creo que es uno de esos libros que volveré a leer en algún momento, quizá en unos años, y de nuevo me emocionaré como he hecho estos dÃas. Sólo puedo recomendarla fervientemente.