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Ana la de Tejas Verdes de Lucy Maud Montgomery

de Lucy Maud Montgomery - Género: Infantil
libro gratis Ana la de Tejas Verdes

Sinopsis

Ana es una niña de once años, pelirroja, pecosa y muy traviesa. Es huérfana desde los tres años y, por error, termina como hija adoptiva de los hermanos Matthew y Marilla Cuthbert, en la granja de Tejas Verdes. Ellos esperaban un muchacho alto y fornido, pero en su lugar apareció Ana. A pesar de la inicial oposición de Marilla, Ana consigue convencerlos de que no la devuelvan al orfanato. La niña se integra rápidamente en el nuevo hogar, y al cabo de poco tiempo ya nadie en la Isla del Príncipe puede imaginarse la vida sin Ana.


Lucy Maud Montgomery (1874-1942) fue una apasionada de la fotografía, costurera, esposa de un párroco y madre de dos hijos que escribió veinte novelas, quinientos relatos y un buen número de poemas.En 1908, se publicó por primera vez la obra que la llevaría a la fama mundial y que ha perdurado hasta nuestro siglo Ana la de Tejas Verdes. Se trata del primer volumen de ocho cuyo foco principal es la vida de la huérfana Ana Shirley.Poco más se puede decir de esta historia que ha atravesado las barreras del tiempo, espacio, género, edad y evolución social cuyos temas son fácilmente representativos de todas las épocas; la adaptación en el medio, el sentimiento de orfandad, la relación con la familia, las primeras amistades, la aceptación social y el autodescubrimiento, entre otras.Con una narrativa ágil, sencilla, amena, descriptiva, bucólica, ambiental y muy humorística, así como una prosa elaborada de amplio vocabulario, L.M. Montgomery expresó en la figura de Ana Shirley, y su entorno, grandes momentos autobiográficos y sus propios pensamientos.La acción, a pesar de estar contado en tercera persona, se centra principalmente en la figura de Ana Shirley.Este personaje destaca principalmente por ser una niña vivaracha, de fuerte carácter, soñadora, inocente, romántica, encantadora, honesta, imaginativa, parlanchina, locuaz, con ciertos aires de vanidad y con un gran corazón. A su corta edad ha sufrido muchos desplantes de familias que solo la han utilizado como niñera o criada, siendo por ello su mayor deseo amar y ser amada.En un principio la figura de Ana puede resultar irritante e incluso repelente por su pretenciosa forma de hablar y su grandilocuencia, sin embargo, poco a poco, Ana se hace hueco en el corazón del lector que logra empatizar con ella y reír con sus ideas descabelladas y comentarios dramáticos. Además de Ana, numerosos personajes circulan entre las páginas de la novela. Todos y cada uno de ellos tiene una personalidad completa y un trasfondo complejo que en sus relaciones conforman un conjunto particular que otorga de forma maravillosa diferentes puntos de vista. No hay ni uno solo de estos personajes al que no se le coja cariño, inclusive aquellos que son desagradables o sienten animadversión hacia Ana y así lo expresan constantemente.Destacan Marilla y Matthew, dos personas entrañables cuyos pensamientos son tan dispares y a la vez complementarios.Marilla, es un personaje complejo por el cual L.M. Montgomery retrata la idiosincrasia isleña de la época, así como los valores predominantes en una sociedad en la que la reputación y respetabilidad pueden suponer un coste fatal para la familia. En contraposición, Matthew aporta un aire más melancólico, reservado, sensible, amoroso y condescendiente. En otras palabras, es la antítesis de su hermana, aunque a su vez conforman una pareja de lo más armoniosa.Se podría decir que la obra está seccionada en dos partes, a pesar de que en la novela no está contemplada dicha separación. La primera, que compone alrededor de tres cuartos de la obra, narra la llegada de Ana a Tejas Verdes, su reconocimiento del lugar, adaptación y sus relaciones sociales. Todo ello ligado a un sinfín de intrépidas aventuras, desafortunados y divertidos accidentes y expresiones ingeniosas. A pesar de que la trama no decae en ningún momento el tiempo en el que transcurre la acción es muy lento.A diferencia de ésta, en la segunda parte los años suceden de forma vertiginosa descubriendo a una Ana adolescente más madura en donde las anécdotas divertidas y los comentarios ingeniosos caen en descenso desarrollando problemas más serios como la búsqueda de un lugar en la sociedad, las primeras relaciones o la separación de la familia y amigos.Como se puede apreciar, uno de los aspectos de L.M. Montgomery deja muy bien reflejado es el paso del tiempo y la maduración personal. En Ana, el lector, puede apreciar las diferentes etapas por las que todo ser humano debe pasar. de este modo, las nuevas preocupaciones, adaptaciones y problemáticas dejan de ser infantiles y se convierten en temas más serios y tangibles.Al igual que Ana crece y madura el resto de personajes también lo hace, de esa forma se combinan y se muestran diferentes realidades creando una vista panorámica del pueblo y su realidad.Del mismo modo, cada uno de los episodios, así como las conversaciones que mantiene Ana con los habitantes del pueblo, familia y amigos que la rodean, transmiten grandes valores y conocimientos como pueden ser la amistad, la sencillez, el esfuerzo, la familia, el amor por la naturaleza, la vanidad, la autoestima, la soledad, el amor o la aceptación, entre otros.La obra no decae en ningún momento, los capítulos son breves y están repletos de historietas y aventuras que mantienen atrapado al lector, haciéndolo disfrutar y reír.La ambientación que la autora describe es maravillosa. Los bucólicos parajes y el aire naturalista que tiene la obra quedan detallados de forma tan poética y minuciosa que el lector se sentirá completamente trasladado.A pesar de ir dirigido a un público infantil, la cantidad de temáticas tratadas, las reflexiones que se hacen y los valores transmitidos convierten la obra en un imperdible para todos los públicos, pues cada lector rescatará y sacará alguna enseñanza.Al igual que todos los clásicos que Edelvives se ha animado a publicar, la edición de Ana la de Tejas Verdes es una delicia para los sentidos. No solo por el formato de sus encuadernaciones y el cuidado con el que están diseñadas, sino también por las bellas ilustraciones que acompañan al texto.En esta ocasión, Antonio Lorente presta sus pinceles para dar vida a la comunidad de Avonlea. Sus ilustraciones son sumamente bellas y reflejan a la perfección la esencia de la novela a través del retrato de aquellos momentos más significativos de la obra, aunado a la constante representación que presenta de la intensa conexión en que la historia está unida a la naturaleza. Los tonos cálidos, los paisajes y las expresiones en los rostros de los personajes complementan la edición de un modo sublime.Como contenido adicional, Edelvives incluye un prólogo realizado por la nieta de la autora, Kate Macdonald Butler, un epílogo escrito por la conocida y aclamada autora de El cuento de la criada, Margaret Atwood, y una breve biografía ilustrada de Lucy Maud Montgomery.Sin duda alguna, Ana la de Tejas Verdes es una obra que ha dejado huella, y así lo reflejan las numerosas adaptaciones cinematográficas musicales, telefilms, obras de teatro y producciones radiofónicas, que se han realizado de la divertida y emotiva vida de uno de los personajes más mediáticos y entrañables de la literatura clásica, Ana Shirley.Una novela que recomiendo abiertamente a todos los públicos cuya edición es digna de regalar, admirar y tener en la biblioteca personal como una joya de la literatura.
No sé si ha sido el hype (las altas expectativas) o que no era el momento de leer esta historia, pero (por favor, no me lapidéis por esto) «Ana la de Tejas Verdes» no me ha cautivado. ¡Me ha gustado! Pero no me ha enamorado como a tantas y tantas generaciones de lectores.Cuando cogí este libro solo sabía de él que era un clásico, que se habían hecho muchas adaptaciones audiovisuales (la última de ellas, en Netflix, con un éxito arrollador) y que Edelvivies ha creado la edición más bonita del mundo. Y, por supuesto, que todo el mundo me lo recomendaba. Gente, además, que me conocía bien, con lo cual, yo confiaba (y confío) en su criterio. de hecho, no se equivocaron:Me encanta la ambientación. Esa vida rural, las descripciones que hace la autora de la naturaleza, los ojos con los que Ana Shirley observa y vive los prados, las lagunas, los árboles...Por supuesto, la imaginación, creatividad y dicharachería de la protagonista son una pasada. No solo conforman su personalidad, sino que son el eje central de la trama: cómo estas características, poco habituales entre los ciudadanos de Avonlea, se abren paso con dificultad al principio para terminar enamorando a todos al final.Además, la autora tiene frases y reflexiones bastante buenas, de esas que yo lleno de post-its.PERO... Y aquí es donde viene la parte negativa: no he conectado prácticamente con ningún personaje. Entiendo que tengan que hacer contraste con Ana para que la protagonista brille más, para que haya conflicto y que las diversas evoluciones y arcos de personajes tengan sentido. Narrativamente hablando es una técnica impecable. Pero no me he sentido cómoda en Avonlea, no tenía la necesidad ni la ilusión por abrir el libro para reunirme de nuevo con estos personajes. Ni siquiera con Ana (no me matéis, por favor). Es decir: sí, tiene mucha imaginación, una mente despierta, inquieta, una pasión que traspasa el papel... Pero, en mi opinión, este personaje se ha visto empañado por la época: ese catolicismo extremo, que concentrara gran parte de sus esfuerzos en agradar, que fuera tan dura consigo misma (¡que tu pelo rojo y tus pecas son AMOR!)... No sé, con Ana ha sido una de cal y otra de arena.Como ya digo, esta sociedad no es para mí. Vengo de haber releído por tercera vez Orgullo y prejuicio, (ambas ambientadas en el siglo XIX; aunque la de Montgomery, a finales, y la de Austen, a principios), y no sé por qué conecté o me sentí más integrada y a gusto en la de Orgullo y prejuicio. Tal vez porque no era la misma la situación de una familia inglesa que la de una canadiense. Pero como las comparaciones, aparte de ser odiosas, son inevitables, pues en este sentido Ana la de Tejas Verdes salió perdiendo.El final: cuando parece que ya me gusta más la historia porque es genial ver cómo las mujeres van a la universidad, va la autora y recurre al plot twist fácil. Lo digo así porque es un giro de trama, lo cual está bien, pero me lo olía a la legua. Porque cualquier drama que hubiera en el resto del libro estaba siendo demasiado light y estaba claro que tenía que pasar algo, un golpe de efecto que hiciera remarcar los anteriormente citados arcos de personaje. Además, no sé si me ha convencido mucho la evolución final de Ana. Todos dicen que lo verdaderamente importante es que la protagonista no pierde su esencia a lo largo de las páginas, pero yo sí que he visto que ha sacrificado muchas cosas de sí misma por agradar a los demás y eso me ha apenado mucho. Que igual soy yo la única que lo ha percibido así, pero es la sensación que me ha dado.Por otra parte, hay-muy-poco-salseo. Jajajaja lo siento, pero me esperaba más alivios cómicos, más tensiones, más pasión por parte de otros personajes... Y no, parece que todos quedan eclipsados por la fuerza de Ana o que todos son unos sosos, llamadlo como queráis jajaja. al menos, así lo he visto yo.Pero, a pesar de todo, es una novela de personajes que me ha gustado. Está muy bien escrita, con unas ilustraciones que parecen estar vivas y, sin duda, muchos matices que espero saborear en próximas relecturas. Porque sí, este es, junto con Alicia en el país de las maravillas, un clásico que quiero releer porque estoy decidida a cambiar de opinión, a que me enamore y no ser la de la unpopular opinion. ;)

Se podría decir que poco o nada conocía sobre Ana, la de Tejas Verdes, así que ha sido todo un descubrimiento. Ana, la de Tejas Verdes es una lectura catalogada como infantil-juvenil, aunque es apta para todas las edades. Yo he disfrutado mucho de su lectura, ha sido como volver a la infancia, a esos libros que leía antes de dormir y a esos dibujos animados o series tipo Pippi Långstrump, más conocida como Calzaslargas, que veía de pequeña con tanta ansia. Por la personalidad de Ana, su diálogos y su alegría, me ha sido imposible no recordar a Pippi, ya que en muchos aspectos de la personalidad de Ana he encontrado ciertos parecidos.Ana, la de Tejas Verdes, escrito en 1908 por Lucy Maud Montgomery, es de esas lecturas que perduran en el tiempo.Su autora, nos traslada a Isla Príncipe Eduardo, en Canadá. Una época con coches de caballos, granjas dispersas, con una vida tranquila y rutinaria. Avonlea es el pueblo o aldea que la autora inventó para situar Tejas Verdes. No existe como tal, aunque se podría decir que es el alter ego de la aldea de Cavendish. Lo que sí existe, es Tejas Verdes, ya que además la autora pasó parte de la infancia en dicha casa de campo. Allí se inspiró para el escenario de su famosa serie, Ana, la de Tejas Verdes. Buscando fotos por internet, no cuesta imaginar a Ana corriendo por los campos, en busca de su amiga Diana.La lectura de Ana, la de Tejas Verdes me ha resultado muy amena, sencilla, pero también con un amplio vocabulario, y sobre todo, muy descriptiva.Ana Shirley es una niña muy pizpireta, alegre, con mucha energía y una facilidad para imaginar desbordante. Esa imaginación y su manera de hablar, sus diálogos o en ocasiones, podríamos decir que monólogos, hacen que se gane el cariño de los ancianos Cuthbert y del resto de habitantes de Avonlea.Con Ana, la de Tejas Verdes me he reído como hacía tiempo que no me reía, con esa risa infantil e inocente, al leer las locuras que se le ocurrían a Ana, o los problemas en los que, sin querer, se metía. Aunque reconozco que, con sus diálogos eternos y sus despistes, en ocasiones me ponía nerviosa. Pero la actitud que destila Ana durante toda la novela, sana, alegre y positiva, gana a cualquiera.En Ana, la de Tejas Verdes el lector acompañará a Ana desde su infancia, con apenas 11 años, hasta sus 16 años, ya toda una señorita.La historia da un cambio conforme Ana va creciendo. Nada más llegar a Tejas Verdes, Ana Shirley es soñadora, locuaz, con pequeños aires de vanidad y, como ya dije, una desbordante imaginación. Ana tendrá que hacerse un hueco en Avonlea, en el colegio, y hacer amigas. El lector vivirá con ella de primera mano esos primeros años, que pasarán lentamente y con muchos detalles. Además, Ana nos hará partícipes de sus preocupaciones, banales para los adultos pero de gran importancia para las niñas, como sería tener un vestido con mangas abullonadas, como el resto de sus compañeras, el color de su pelo o conseguir la aceptación por parte de ciertos habitantes de Avonlea.Según Ana crece, la historia adquiere velocidad, ya que los años de lo que podríamos decir la adolescencia hasta la edad de los 16, pasan más rápido. En ella se puede apreciar el cambio de Ana, ya no es tan parlanchina, su imaginación y despistes han quedado en un segundo plano, para centrarse en sus estudios, conseguir sus metas, el cambio en la sociedad y los problemas familiares que de golpe se le vienen encima. Una Ana más madura, pero que no ha perdido su esencia pizpireta, que sigue viendo el lado bueno de todas las cosas y agradeciendo por cada flor que ve desde su ventana.Ana, la de Tejas Verdes es una historia llena de aventuras, emociones, llena de enseñanzas y que todo aquel que lea, recordará con cariño. Enlace: https://www.anikaentrelibros..
Seguro que a estas alturas la mayoría conocéis a Ana, una chica con mucha imaginación y unas ocurrencias muy originales. Yo había leído algunos de sus libros hace ya bastantes años y, aunque el año pasado descubrí también la novela gráfica, había muchos detalles que había olvidado. Así que al ver esta nueva edición tan bonita de @duomoinfantiljuvenil pensé que sería buena idea volver a recordar esta historia. Pero esta vez no lo hice sola 😊 Mi peque y yo lo hemos leído juntas y nos ha gustado mucho a las dos, hay capítulos muy divertidos con los que nos hemos reído mucho, otros más tristes y emocionantes, y la mayoría con alguna enseñanza que nos ha dado que pensar.Una de las cosas que más me ha gustado ha sido la traducción, al ser un libro que fue escrito hace tantos años algunas traducciones están un poco desfasadas y esta me ha parecido que tiene un lenguaje actual y fácil de entender. Mi hija tiene 9 años, y aunque tal vez para leerlo sola es un poco largo, entre las dos se le ha hecho muy ameno y totalmente comprensible. Además de ser una edición muy bonita y asequible.Si os gustó la serie Anne with an e tenéis que descubrir la historia original porque sin duda el personaje de Ana es uno de los más carismáticos y especiales de la literatura juvenil. Una chica con carácter, decidida, inteligente, esforzada, con una imaginación desbordante, que es capaz de reconocer sus errores e intentar enmendarlos, y que, a pesar de no haber tenido una vida nada fácil, siempre es capaz de ver el lado bueno de las cosas. Para mí ha sido un soplo de aire fresco, necesitaba una lectura así y os la recomiendo totalmente.