Cuando Gwen decubre que le van a asignar un guardia personal, sabe que su vida va a dar un giro completo, y más si este es su primo polÃtico y amigo de la infancia, el prÃncipe Alexander. Ambos terceros herederos de sus respectivos reinos, son como el dÃa y la noche. Para ella, él es un chico molesto, rÃgido y estricto. Para él, ella es igual que cuando eran niños: un torbellino de energÃa incontenible. Los reyes contienen el aliento, y esperan que ambos se influencien entre sÃ... A ser posible, para bien. [Una historia de amor en boca de una princesa que no se acobarda ante ningún obstáculo, y de un prÃncipe que acepta su destino sin rechistar.