En esta ocasión Brigitte no se ve obligada a emprender uno de sus largos y tortuosos viajes, sino que es enviada a Bridgeport, ciudad del estado de Connecticut que dista solamente cien kilómetros de la ciudad de Nueva York. Y además, ni siquiera es enviada a actuar como espÃa, sino como relaciones públicas de un prÃncipe asiático que está en América con el fin de firmar un tratado entre su paÃs (el imaginario Tadún) y Estados Unidos.