La inventiva humana para la maldad no tiene lÃmites. Ya no es suficiente robar, expoliar, violar y asesinar, y mucho menos molestarse en hacerlo tan sólo con unas cuantas docenas de personas, por ejemplo. Demasiado trajÃn para poca diversión y pocos beneficios, asà que hay que organizar las cosas de modo que valga la pena ser malvado y dedicar tiempo y esfuerzos a llevar a cabo planes mucho más ambiciosos. ¿Qué tal si los planes se preparan para ocasionar millones de vÃctimas? Esto sà que vale la pena, esto sà que es rentable y divertido, especialmente cuando se dispone de abundante carne de cañónÂ…