Con un ritmo estimulante nos sumergimos de lleno en la vida de Ruth, quien diestramente se mueve en el ambiente jugando a seducir y a ser seducida, en un Madrid donde cada noche es la promesa de unos labios aún por besar y un nuevo cuerpo por descubrir. ¡Por fin una novela que rompe los estereotipos lésbicos a los que nos habÃan acostumbrado! A por todas provoca, desde el humor y la parodia, la reflexión acerca de una realidad desconocida para la mayorÃa, profunda y lúdica al tiempo. Ya en el preámbulo que precede a la narración, la voz de Ruth comparte con el lector algunas reflexiones que inquietan a la autora: 'Hombres gays y heteros de ambos sexos se piensan que nuestra vida es modélica y envidiable. Tienen una idea preconcebida que ninguna de nosotras se ha molestado en corregirÂ… ¿Que las lesbianas lo tenemos más fácil? ¿Que las mujeres nos comprendemos entre nosotras? ¿Que jugamos en el mismo equipo? ¿Que somos fieles, monógamas, detallistas, buenas amantes? ¿Que anteponemos las emociones y sentimientos al sexo? ¿Que cuando nos emparejamos es por siempre jamás? ¡Y una lecheÂ…!'.