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La vida que se va de Leñero, Vicente

de Leñero, Vicente - Género: Ficcion
libro gratis La vida que se va

Sinopsis

¿Cuántos hubiera puede tener una vida? ¿Cuánto de verdad guarda el recuerdo? Todo viaje comienza desde el planteamiento del mismo y al final del camino poco importa si se siguió al pie de la letra la ruta planeada. Norma Andrade rebasa los ochenta años y ahora, en el ocaso de su vida, cada viernes por la tarde se reúne con Mendieta, el periodista que en su afán de ser escritor y tener una historia para su primera novela, tratará de armar el rompecabezas de las múltiples vidas que la anciana le revela que ha vivido. Como en un tablero de ajedrez, donde todo es posible, Norma dialoga con él y otras veces con su conciencia, vuelve a emprender el viaje, recrea las distintas posibilidades de su vida, las diferentes existencias que pudo tener a partir de sus decisiones tomadas o postergadas. Imagina para recuperar, para cambiar las encrucijadas del destino y rescatase a sí misma. En La vida que se va, descubrimos que no hay decisiones pequeñas, porque cada palabra o cada silencio, toda omisión y hasta el mínimo arranque propician un cambio de destino, un efecto mariposa. La vida que se va significó el regreso de Vicente Leñero a la novela, después de años dedicados al periodismo y la dramaturgia. Es una novela de la madurez, de la maestría en el oficio de la palabra. El aval de la sólida trayectoria de un Vicente Leñero total.


¿Cuántas veces nos hemos preguntado: Qué habría sido en vez de hacer tal cosa hubiera hecho esta otra? En esta novela, Leñero propone la diversidad de hubieras en la vida de una mujer llamada Norma Andrade. El narrador, un periodista como el propio Leñero, llega a Norma Andrade cuando el nieto de ella muere, un joven de nombre Beto Conde que trabajaba en el periódico. A través de largas entrevistas que el periodista le hace a la abuela conocemos todos los posibles caminos que pudo haber tenido su vida. El ritmo de lectura es ágil hasta el momento en que se dedica todo un capítulo a una partida de ajedrez, la cual carece de emoción para un lector que no sabe del tema. Estuve a punto de abandonarla, sin embargo, me empeñé en llegar al final del libro y me agradó. Pero no dejo de pensar que hay muchas cosas forzadas en esta novela. Recuerdo que en una entrevista, Leñero hablaba de su necesidad de retratar con fidelidad la realidad que veía, algo propio de un periodista, sin duda, pero que no considero que sea necesario para un escritor de ficción que debe trabajar para que el mundo del relato funcione en sí mismo, lejos de sus gustos y obsesiones personales.