Meldryn Mawr, el Rey de Oro, ha muerto. la luz que iluminara los pasos del infortunado pueblo de Prydain hacia la supervivencia a través de senderos de fatalidad y desesperación se ha extinguido para siempre. El reino desolado sólo ve ante sà muerte y tinieblas.Tegid Talaryant, discÃpulo del Bardo Supremo Ollathir, descendiente a su vez de bardos y bardo de Prydain, es el legÃtimo guardián de la soberanÃa del reino. Sólo a él le corresponde otorgarla a un nuevo soberano merecedor de la veneración de sus súbditos y capaz de guiar el honor de su pueblo hasta un destino de luz y felicidad.
Pero el prÃncipe Meldron no piensa permitir que la dignidad real recaiga en Llew, el viajero del Otro Mundo que honró a su rey con heroica fidelidad y que conquistó el honor de ser su paladÃn. Espoleado por las maquinaciones del indigno y mezquino Siawn Hy, el ambicioso y sangriento Meldron no se contenta tan solo con arrebatar la dignidad real albardo, sino que está decidido a someter a toda la Isla de la Fuerza. Y mientras el Salvaje Sabueso de Destrucción devasta Albión con su ponzoñosa corrupción, lazos de sangre, honor y amistad entrelazan el destino de aquel tÃmido estudiante de Oxford con el de su sufrido pueblo. Junto a Meldron cabalgan la muerte y la ruina, dejando a su paso desolación y cenizas, pero la predicción de la profetisa no permite albergar duda alguna: "Antes de que Albión sea una, debe ser realizada la Heroica Hazaña y debe reinar Mano de Plata".