«Es la vÃspera de la Misa de la Natividad y los señores de Inglaterra se han reunido en Londinium para celebrar consejo con el propósito de intentar descubrir quién de entre todos ellos podrÃa convertirse en Supremo Monarca.» «Han pasado quince años desde que se colocó allà la espada. El otrora pulido acero está ahora oxidado, la piedra erosionada y manchada por el tiempo, pero la amatista de la empuñadura, tallada en forma de águila, todavÃa brilla con su fuego imperial inmutable.» «Arturo extiende despacio la mano. El joven tiembla. ¿FrÃo? ¿Temor? Un poco de ambos, posiblemente. Mira a MerlÃn, quien asiente en silencio. Arturo cierra los ojos y aspira con fuerza, se da ánimos, preparado ya para enfrentarse a lo que sea. Sus dedos se cierran con fuerza sobre la empuñadura: ¡con qué naturalidad encaja en su mano! Tira de ella. Se escucha el roce del acero sobre la piedra y la exclamación de sorpresa de la multitud cuando eleva la enorme espada y la esgrime en el aire para que todos puedan verla.»