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Esta es la tercera novela que leo de Lara, y la segunda que está ambientada en un reality show, en este caso al puro estilo Master Chef. Los que me leáis a menudo ya os resultará familiar que no soy muy fan de los programas de telerrealidad, pero siempre acaba cayendo alguna que otra lectura que, de forma esperada o no, gira en torno a este tipo de programas. al principio siempre me cuesta adaptarme pero, al final, acaba teniendo su no se qué. Además, no deja de ser una novela de ficción basada en escenarios televisivos que nos son familiares, que reflejan realidades de los mismos pero sin el factor que detesto de ellos: la manipulación con el único fin de crear audiencia. En este caso, nos encontramos ante un programa de cocina que, dentro de los realities, son de lo más sanos que se ven actualmente en televisión, y creo que por eso también me ha gustado más.Santina, nuestra protagonista, ha sido seleccionada para participar en un programa de televisión llamado Tip Top Chef y durante una de las pruebas del primer capítulo del programa, uno de los participantes le tira un pellizco en el trasero, haciendo que Santina exija su expulsión inmediata. Pero los miembros del jurado y la dirección del programa deciden la continuación de Max en el programa, y a partir de ese momento la tensión entre los dos será más que palpable. Además, la experiencia de Santina con los hombres no ha sido muy buena desde que tiene uso de razón y ese pellizco de Max le hará acordarse de Denis, el primer chico del que se enamoró cuando era adolescente y que también se aprovechó de ella tirándole un pellizco en el trasero mientras actuaba en la fiesta de fin de curso.Las Manos Quietas, Que van al Pan, además de tener un título de lo más gracioso y acorde a la temática de la historia, es una lectura fresca y divertida, con cierto toque caliente y picante entre fogones y cámaras de televisión. Está narrada en tercera persona pero centrada en la historia de Santina, también conocida como Nina. Con ella viajamos a un pequeño municipio de Cantabria, llamado Reinosa, a través de recuerdos que marcaron su destino y que la llevaron a querer dedicarse a la cocina y a buscar su futuro a través de un programa de telerrealidad. Reinosa también será el lugar desde donde su familia no se perderá ni un solo capítulo de Tip Top Chef, animándola desde el sofá y sintiéndose orgullosa de ella.Santina es una joven cocinera y repostera que lucha por lograr su sueño de montar su propio negocio en la costa de Santander y por ello decide entrar en el programa. Es una chica cansada de los hombres y de que se aprovechen de ella y de sus cualidades tanto a nivel personal como profesional, y todo eso es algo que arrastra desde que Denis, un compañero de instituto, le pellizcase en el trasero mientras cantaba para padres y familiares en la fiesta de fin de curso. al menos hasta que llega Max... Max también es cocinero y también persigue sus propios sueños. Tras un suceso crítico en su vida, se replanteó su camino y decidió convertir en el gran chef que es actualmente. Es un chico valiente y seguro de sí mismo en todo lo que hace, pero también algo ligero de manos en lo que respecta a Nina. El título de esta novela tendrá mucho sentido como parte del juego que empezará a surgir entre los dos. En menor medida tenemos a otros personajes como Denis, la familia de Nina, en especial su abuela Sinda, y Elsa y Pablo los otros dos concursantes del programa. La pluma de Lara Smirnov es muy sencilla y directa y eso, unido a que nos encontramos ante una historia breve que no llega ni a las 150 páginas, Las Manos Quietas, Que van al Pan se convierte en una novela perfecta para desconectar y disfrutar en una tarde de verano tomando el sol. Es una novela chick-lit tierna y con cierto toque erótico con la que también nos darán ganas de ponernos entre fogones para realizar las recetas que se hacen en el programa. Hay algunas que tienen una pintaza increíble y seguro que estarán deliciosas xD. El final me pareció el adecuado y esperado.En resumen, Las Manos Quietas, Que van al Pan es una novela chick-lit tierna y con cierto toque erótico con la que también nos darán ganas de ponernos entre fogones para realizar las recetas que se hacen en el programa. Tenemos romance entre cámaras de televisión pero también nos enseña a aprender de todo lo que vamos experimentando a lo largo de nuestra vida, sea bueno o malo, y que todo el mundo merece una segunda oportunidad. Una novela perfecta para desconectar y disfrutar en una tarde al sol. Enlace: https://eraseunlibro.blogspo..

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De la mano de los programas de cocina que actualmente pueblan los canales de televisión, en los que un grupo de aficionados, y no tan aficionados como es el caso de esta historia, conviven y compiten entre ellos preparando suculentos platos que son probados, analizados y juzgados duramente por un jurado insidioso, listillo y buscaproblemas, la autora crea una situación cómica en torno a una cocinera, algo falta de pasión y desencantada con el sexo opuesto, y un cocinero canalla y simpático, de esos que al final se hace querer. La previsibilidad lógica de esta historia no me ha importado en absoluto. Esta autora tiene esa manera de escribir que facilita la lectura, que te hace pasar un rato divertido, que te da justo lo que buscas, y no defrauda, por lo menos a mí no me pasa. Ha sido ameno, como ver una comedia en la televisión; un texto desenfadado, a veces tierno, con un pelín de trama detrás, sin pretender, con cierto tono irónico en algunas situaciones respecto a los concursos de televisión que son más reallity que otra cosa... para mí, genial por Lara Smirnov: otra vez animándose con un programa de televisión (tenéis que leer El golfo de Cádiz y la estrecha de Gibraltar) y otra vez consiguiendo un buen efecto. Eso sí, esta vez mucho más corta. Buscando rizar el rizo, porque sino las cosas serían muy sosas, he encontrado un pequeño paralelismo entre la vida y la cocina, o en este caso, entre la sexualidad y la cocina, mostrando que la vida de ELLA ha pasado entre fogones como quería pero sin llegar a exprimir del todo sus opciones; a veces al leer dudaba si hablaba de cocina o de relaciones personales. Ya sabéis, ese pequeño aprendizaje de dejarse llevar con aires de carpe diem, pero sin dejar de mirar hacia delante para crecer... y sin olvidarnos del destino que une a dos personas, del primer amor y el sabor de las segundas oportunidades. Es bonito añorar aunque siempre que eso no nos haga daño.Creo que, en cierta manera, la historia consigue mostrarnos a través de la cocina, siendo esta como una metáfora de lo que buscamos en la vida, lo necesario que es aplicar la pasión y la experiencia en lo que hacemos, y eso me gusta. Todo dentro de la sencillez de esta historia, que no pretende más que ser una comedia romántica, divertida y desenfadada, con ese tira y afloja que a veces sabe a poco, y con un algo de regusto a recuerdo, a pasado y a anhelo. Enlace: https://millibrosenmibibliot..