Se llamaba Henry, tenÃa sólo diecisiete años, y deseaba, como todos los demás miembros de su pequeña y aislada comunidad , que Norteamérica volviera a ser grande, como lo habÃa sido sesenta años, antes de que cayeran las bombas. Pero, para sus conciudadanos de San Onofre, sobrevivir ya era suficiente. Todo lo demás no eran más que sueños.
Hasta que aparecieron dos hombres que se presentaron como miembros de la Resistencia Americana, y le mostraron que habÃa todo un mundo más allá, que Norteamérica era objeto de un complot internacional, que estaba siendo sometida a cuarentena por voluntad de los demás paÃses, y que era preciso luchar en pro de la reconquista de la dignidad y de los derechos humanos. Pero las cosas nunca son tan fáciles como parecen