—Ha sido impresionante —dije en voz baja.
—Ya lo creo —convino él.
—Pero supongo que no volverá a ocurrir, ¿no?
Se giró para mirarme directamente a la cara:
—¿Y por qué no?
—Por Slim... —dije mientras me encogÃa de hombros.
—Slim y yo solo somos amigos. Nada más.
—Pero creÃa...
—Ya, y él también.
Permanecimos en silencio durante un rato.
—¿Entonces? —dije lentamente.
Jimmy se me acercó:
—¿SÃ...? —Sonrió y yo le devolvà la sonrisa.
—¿Entonces quieres ser mi novio? —le pregunté.