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Libro de buen amor de Juan Ruiz (Arcipreste de Hita)

de Juan Ruiz (Arcipreste de Hita) - Género: Ficcion
libro gratis Libro de buen amor

Sinopsis

Escrito en el siglo XIV, en plena Edad Media española, por Juan Ruiz, Arcipreste de Hita (Guadalajara, diócesis de Toledo), nacido en Alcalá de Henares (Madrid). Un arcipreste es un cargo religioso que dirige una zona de una diócesis (a su vez, la diócesis es administrada por un obispo). Mediante continuos recursos irónicos, el autor equilibra la desvergüenza y la delicadeza en un texto tan didáctico como humorístico, tan piadoso como lujurioso. Y tan sencillo en ocasiones y oscuro en otras como corresponde a los escritos de un clérigo de hace setecientos años. En un fragmento (sobre el sacramento de la penitencia), el autor avisa de que: "/Escolar soy muy rudo, ni maestro ni doctor/ aprendí y sé poco para ser demostrador/ esto que yo digo entiéndalo usted mejor/ bajo la vuestra enmienda pongo el mi error/." El título actual dado a toda la obra (Libro de buen amor) se infiere de los propios comentarios que contiene, puesto que ha llegado hasta nosotros sin una denominación genérica clara. Lo propuso el filólogo Ramón Menéndez Pidal en 1898. Nótese que se le denomina "de" buen amor, y no "del" buen amor. El Libro se enmarca en la ideología religiosa castellana de la época, algo más cercana en lo erótico al texto hebreo original de la Biblia y sus interpretaciones (donde el sexo no se considera malo) que a la versión oficial del tema que se pretende imponer desde Roma, en la que el placer sexual no es admitido como algo positivo. El Arcipreste (sacerdote de cierta categoría) habla con naturalidad en su obra de la extendida barraganía de los clérigos (tener una mujer como pareja civil, sin casarse por la Iglesia), e incluso de sus amores con una monja.


Para comenzar, este, como a muchos, fue un libro obligatorio de lectura dentro de mi carrera. Pese a eso, creo que tiene unos puntos a favor que han pasado de una generación a otra. No por nada se trata de un libro que entra en el canon. Su estructura es meramente poética. Se trata de versos compuestos de distintas formas. No existe una manera definitiva de las estrofas. Lo único que los conecta es el tema del amor y su diferenciación con el loco amor -ese que surge de la lujuria más que del amor real o el amor a dios-. Como es de esperarse, al ser escrito por una persona perteneciente al clero, se trata de un texto meramente moralista que pretende formar y educar en el camino del bien desde un punto de vista meramente gracioso. En mi carrera se le conoce como enseñar deleitando. En términos generales me recuerda un poco a Las mil y una noches. Se trata de un conjunto de historias o fábulas que un hombre va contando para ejemplificar con su vida el camino correcto. Todos estos textos cuentan con una moraleja y algunos cuantos son, incluso, personificaciones de seres aparenetemente inexistentes. Así, se personifican ideologías, ideas mismas y festividades.Su importancia actual es meramente cultural. El texto se comienza a tornar suversibo -para lo que estamos acostumbrados ahora- ya que el arcipestre, el autor, proclama ciertas normas de la iglesia como una tontería. Es, pues, una literatura agradable, sencilla de leer y entretanida cuyo valor cultural radica, en su mayor parte, dentro de su contexto histórico y no tanto como un valor poético en sí.