La mitad del diablo constituye un excelente ejemplo de una literatura que podrÃamos llamar cuántica, según nos propone su autor, al presentarse sus elementos narrativos en forma de partÃculas brevÃsimas que obedecen a una mecánica de cadencia menguante basada en los principios de la elipsis, la riqueza de invención y el humor. Desde su mismo excelente tÃtulo, sugeridor de una posible esencia del propio microrrelato, nos hallamos ante el maligno y sus efectos, ante múltiples situaciones, mundos y pareceres, donde un bombero se enamora de la chica que rescata, un hombre recupera de improviso a todos los perros que ha tenido en su vida o unos novios se suicidan el dÃa de su bodaÂ…
De Juan Pedro Aparicio y su narrativa breve se ha escrito: «saca unas veces ingenio, otras poesÃa, otras ironÃa de donde parecÃa imposible extraer nada nuevo», José MarÃa Pozuelo Ivancos; «una unidad de conjunto que es propia de los buenos cuentistas ya que los cuentos, como los poemas, difÃcilmente se conciben como algo aislado», Juan Antonio Masoliver Ródenas; «cuentos escritos con una eficaz prosa narrativa, planificados con precisión pero desarrollados con el instinto del buen contador de historias», Santos Sanz Villanueva; «una de las plumas más ágiles de la narrativa española y una de las imaginaciones más fértiles y atractivas», José Enrique MartÃnez.