Suele entenderse por fábula un relato no necesariamente verosÃmil del que se desprende una útil lección. Los personajes y circunstancias en que se ven envueltos sirven para sustentar la alegorÃa, y la personalidad queda oscurecida por un rasgo dominante del carácter. Tales trazos prevalecen en esta obra. El único contraste con la fábula de corte clásico estriba en la ausencia de moraleja o moral de cocina, de la que Benet ha prescindido para predicar el poder de la historieta, en cuanto antÃdoto del código.