Teena Maguire nunca debió tomar aquel atajo del parque para volver a casa un cuatro de julio. No después de la medianoche. No con la ropa que llevaba: camiseta de tirantes, pantalones cortos y sandalias de tacón alto. No con Bethie, su hija de doce años. No con manadas de jovencitos desatados por las hormonas, el alcohol y la necedad. VÃctima de una violación en grupo, dejada por muerta en un inmundo cobertizo, esa mujer antes vital y animosa ahora sólo puede lamentar haber sobrevivido. Y los ojos de la niña que presenció la fechorÃa serán también testigos de ese lamento.
Al hilo de una prosa envolvente, a un ritmo implacable e hipnótico marcado por gritos al amanecer y murmullos de pavor cuando cae la tarde, Joyce Carol Oates va tejiendo con sobria maestrÃa la historia de las vÃctimas, los victimarios y el inesperado paladÃn de una justicia taciturna pero inexorable, un hombre que conoce el significado de la decencia y la amistad (o tal vez del amor).