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En plena campiña inglesa, en el pequeño pueblo de Salcott St. Mary, tienen establecida su residencia gran parte del artisteo londinense. Entre escritoras, directores de teatro, actrices, bailarines venidos a menos y novelistas antisociales el inspector de Scotland Yard, Alan Grant, tendrá que investigar la misteriosa desaparición del apuesto Leslie Searle. Leslie es un fotógrafo estadounidense que pasa unos días en la mansion de Lavinia Fitch, reconocida novelista. Todo el mundo (o casi) siente una atracción automática al conocerlo, pero en el fondo todo el mundo (o casi) puede ser sospechoso de su desaparición.Entre tanto personaje excéntrico el salseo está asegurado. La verdad es que me lo he pasado muy bien leyendo esta historia en la que el misterio se mezcla con la fina ironía y el humor de la autora. Tiene puntos muy sutiles pero que dan directos en el blanco. Los personajes están muy bien conseguidos y la trama te atrapa y solo quieres seguir leyendo para ver cómo se resuelve el misterio. El final...no os lo voy a contar, evidentemente, pero le doy un diez porque consigue algo que me encanta de este género: resolver la historia con un desenlace que ni siquiera imaginé en ningún momento de la lectura pese a estar atenta a las pistas. Grant me ha encantado, me parece un personaje fantástico. También Marta Hallard me ha enamorado, lo que me ha hecho pensar en lo avanzado de la escritura de la autora teniendo en cuenta que lo escribió en 1950 (si lo lees me entenderás)No puedo decir que sea una gran obra de arte, pero el requisito de enganchar, sorprender y entretener lo cumple de sobra. Ha sido mi primer Josephine Tey, pero no va a ser el último

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🌺 La historia comienza cuando Marta Hallard, pide al inspector Grant que la acompañe a la fiesta literaria que da la famosa escritora Lavinia Finch. Allí aparece como de la nada, un joven fotógrafo norteamericano preguntando por Walter , con la excusa de que tenían un amigo en común. Invitado a Villa Graciosa, residencia de Lavinia, el joven desaperecerá misteriosamente y el inspector Grant deberá, como si de un juego de magia se tratara, ir despejando incógnitas para intentar dar con la solución. 🌺 ¡Cómo lo he disfrutado! Tiene todos los ingredientes que me gustan: misterio, campiña inglesa, los pubs, una gran casa, el adorable inspector y unos personajes maravillosos. En concreto Marta, Grant y su ayudante han hecho que la lectura haya sido un auténtico deleite 🌺 La trama está perfectamente construida (con giro inesperado) aunque para mí sea casi lo de menos. Porque llegados a este punto, he disfrutado tanto de los paseos y descripciones de la campiña inglesa así como de los diálogos entre los personajes que la trama en sí es un plus. El pasaje de la cena de Marta y el inspector me ha parecido simplemente glorioso. Y no hay que olvidar la ironía y sentido del humor de la autora, que quedan reflejados sobradamente y que me han hecho soltar alguna que otra carcajada. 🌺 No puedo creer que Walter Whitmore haya tenido nunca sangre en las venas para sacudirle a alguien un golpe en la cabeza antes de arrojarle a un río. - No - respondió Williams, considerando la idea - . Lo cierto es que encaja mucho mejor en el papel de empujado.🌺 No hay verano sin Josephine Tey y desde luego este título pasa directamente a mis lista de favoritos. Por cierto, ¡el colofón de la editorial es genial! ¡Todavía queda verano, así que corred a por él si no lo habéis hecho todavía, no digáis que no os avisé! ¿Habéis leído algo de la autora?

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Amar y ser sabio, Josephine Tey.¿Es eso posible?Tras leer La hija del tiempo, Josephine Tey se me reveló como una autora de novela criminal diferente a todo el grupo de escritores british de misterio de la primera mitad del siglo XX. Sus libros tienen la dosis de literatura, diversión, fineza y psicología para hacerlos interesantes sin pasar por la típica exposición de personajes y pistas engañosas para que el lector vaya jugando al escondite con el culpable.Alan Grant es el inspector más sexy intelectualmente hablando (y a ver, sexy en general, pero me diréis que soy una #superficialona) de todos los inspectores que pueblan este tipo de novelas.¿Y por qué? Porque es un tipo normal: inteligente pero no pedante, atractivo pero no de desmayar, que comete fallos, que pregunta lo que no sabe en vez de jugar al que espabilado que soy, un soltero que no es un playboy o un misógino, sino un tipo majo que no tiene tiempo para nada que no sea Scotland Yard. Y sinceramente, Tey hace que imagines que los trajes le sientan como al mismísimo #carygrant. En esta novela J.T. trae la misteriosa desaparición de Leslie Searle, fotógrafo norteamericano de belleza maldita (para el resto)y nos lleva a Salcott St. Mary, un pueblo de campiña, invadido por artistazos y artistillas de los que Tey hace un retrato ciertamente irónico. Celos, intrusiones, novias indecisas, actrices de teatro, dramaturgos rechazados, bailarines borrachos, taberna, cotilleo? y Grant entre el alucine y el levantamiento de ceja(¿veis que sexy?) Y sí, Josephine Tey es una lectura de verano y de invierno; pero qué bien se está en el jardín leyendo con buen tiempo las idas y venidas de Alan Grant.