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2.5/5 stars.Aproveché que la semana pasada era Halloween para leerme este libro; la verdad es que me hubiera gustado leerme Drácula, pero lo descarté por falta de tiempo.Cuando me dijeron que Carmilla era la novela precursora de Drácula me llamó mucho más la atención y decidí leerla. No ha estado mal, tampoco me podía esperar un bestseller en una novela que sólo tiene 125 páginas, pero he de reconocer que me ha dejado un sabor muy agridulce.Soy una fiel amante de los vampiros y supongo que con cierta clase de novelas soy un poco exigente. Entiendo que en 125 páginas no te puedas explayar todo lo que gustaría, pero ciertamente me ha sabido a poco, esperaba a más. Me he quedado con la sensación de, :Pero bueno, también ha tenido cosas buenas. Carmilla trata temas muy interesantes y muy de controversia para tratarse de una novela de 1872. No me esperaba en absoluto que abordarse el tema del lesbianismo y ha sido una grata sorpresa. Tampoco profundiza mucho en ello (cosa que entiendo por la época), pero si que lo trata a su justa medida y ha sido una sorpresa agradable para mí; me ha parecido muy interesante leer una novela de vampiros donde no es la típica pareja homosexual y una de las protagonistas es una vampiresa homosexual.La ambientación de la novela también me gusta, tiene ese aire gótico y de terror que tanto caracteriza a las novelas clásicas de vampiros y me gusta también como está escrito. Se lee fácil y como digo es como si te sumergieras en la típica novela de vampiros. Y creo que le daré el medio punto por eso, porque pese a todo no me parece una mala historia, habla de temas muy interesantes y está bien escrita...pero al igual que hay cosas que me han encantado, también hay cosas que no lo han hecho.Para empezar los personajes y la historia son muy planos. No me he podido encariñar con nadie, ni odiar a nadie...porque básicamente no han profundizado en ninguna personalidad de los personajes. Tanto la trama como los personajes me han parecido muy planos, demasiado básico, me ha faltado algo más de acción, quizás algo de profundidad. Se que el libro tiene pocas páginas, pero bajo mi punto de vista se podría haber hecho mejor.Después está el hecho de que me he sentido bastante decepcionada con el personaje de Carmilla. Como vampiresa me esperaba algo más...no se...quizás que hiciera algo. Pero no. A ver, tampoco me esperaba el típico libro de luchas épicas de vampiros contra humanos, pero es que no ha hecho nada...por no hablar del personaje de su madre (a saber si es su madre de verdad) personaje que no vuelve a aparecer nunca más ni se sabe nada de ella; era uno de los personajes jugosos y me hubiera gustado saber algo más. Pero nuevamente me he quedado con las ganas.Después ...que la historia del Coronel dure cuatro capítulos cuando en dos se podría haber resumido perfectamente se me ha hecho bastante pesado. Es un libro corto con pocos capítulos, precisamente por eso se podría haber acortado esa parte. Y el último capítulo me sobra completamente, tan solo es el típico capítulo técnico que habla de vampiros. Me ha faltado que me digan que pasaba después con los personajes, que sería ahora de su vida...no sé, como que me ha dejado muy fría.El final no me ha gustado. Justo cuando parecía que iba a pasar algo emocionante y con acción al fin te dejan con las ganas. El final me dejó la sensación de En resumen se puede decir que el libro no está nada mal, que como novela precursora de vampiros no está mal, pero esperaba algo más. Eso sí, leer Carmilla me han dado muchas ganas de leer Drácula. En cuanto me pueda organizar le voy a hincar el diente porque le tengo muchas ganas. Nos vemos en la siguiente reseña.

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Se trata de una novela corta escrita por Joseph Sheridan le Fanu en 1872, precursora del género de vampiros en la literatura (recordemos que nuestro famoso Drácula no vio la luz hasta 1897). El escritor se basó en la historia de la condesa sangrienta, Erzsébet Báthory, tan recurrente en las historias vampíricas, y que podríamos considerar por simplificar mucho, como el equivalente femenino de Vlad Tepes a Drácula. Y, de hecho, no son pocos elementos de la novela de Bram Stoker que bebieran de las fuentes generadas por Carmilla. La historia acontece en las tierras de Estiria (Austria) durante el siglo XIX. Laura, su protagonista, narra sus vivencias a partir de un, al parecer, fortuito encuentro con una dama de alto rango (aunque secreto en este punto) y su hija, del que resulta que la segunda permanezca una temporada en el castillo en que Laura reside con su padre. Habiéndonos puesto ya el autor en antecedentes con un aterrador sueño que la protagonista tuvo durante su niñez y en el que se muestra el primer contacto vampírico, se suceden una serie de hechos tanto dentro del propio castillo como en sus alrededores que no le serán ajenos al lector habitual de este género en sus variantes más clásicas. El desarrollo es envolvente, genera la tensión que se espera de una novela de terror con un villano carismático que nos produce una cierta sensación de incomodidad y hasta de rechazo desde sus primeras apariciones en el relato. Igualmente Sheridan le Fanu es capaz de mantener ese suspense durante el desenlace de su obra y su capítulo final es una obra maestra y un precedente de lo que serán muchas de las directrices de toda la cultura popular en lo que se refiere a los vampiros.La novela además posee un gran erotismo y es bastante curiosa la utilización de un amor homosexual en la época en la que escribe el autor. Si bien es cierto que con los ojos actuales no nos sorprende (ni debiera hacerlo) este aspecto de la novela, considero que la claridad con la que se muestra este punto no debió pasar desapercibida en la época y, en cualquier caso, queda patente que esa característica de las mujeres vampiro también ha quedado grabada en el imaginario popular posiblemente a partir de todas las obras (tanto literarias como cinematográficas) que se inspiraron en Carmilla o en aquellas vampiras que nos presentaba Stoker en el castillo de Drácula (que posiblemente también encuentran su inspiración en esta obra anterior). Igualmente, tanto el aspecto físico de la villana, su modo de actuar y otras consideraciones referentes al final y que no deseamos adelantar aquí, son los que se han perpetuado después hasta llegar a nuestros días como las características típicas de estos seres de la noche.Para concluir, cabe señalar que posiblemente a día de hoy no nos sorprende en exceso lo que Carmilla puede ofrecernos pero, si lo miramos con unas lentes decimonónicas (al menos en la medida de lo posible), encontraremos un relato aterrador y adelantado a su tiempo. El ambiente que crea en tan pocas páginas es inquietante y algunas de las incógnitas que nos deja son frustrantes pero ¿acaso no es propio de los mejores autores dejar al arbitrio del lector la interpretación de aquellos detalles que quedan sin una explicación directa?

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Puedo decir que ya he completado la triada básica de la literatura de vampiros, este es el momento de Carmilla, novela que solo puedo calificar con palabras positivas. Carmilla es una novela intensa que se puede decir agarra al lector del cuello (así tal cual) y no lo suelta hasta la última línea, no hay pausas en la tensión, no hay momento en que el lector deje de estar atento, cada acto, cada palabra, cada descripción no hacen si no ir en aumento Laura es quien nos cuenta lo sucedido, quién nos habla de Carmilla esta joven dama que aparentemente llegó por casualidad a los terrenos en que viven ella y su padre, en la región de Estiria, Carmilla ejerce en Laura al mismo tiempo fascinación, pero también una repulsa que no sabe cómo explicar, pero está dualidad de sensaciones no queda solo en las descripciones que hace la narradora, si no que es hábilmente traspasada al lector quien igual que ella no sabe que sentimientos le trasmite la jovencita cuyas conductas y actitudes son a lo menos misteriosas Hay mucho que destacar en el libro, la ambientación, tan propia y característica de la novela gótica, el como desde las primeras líneas se puede advertir que ya están ocurriendo hechos extraordinarios, como estos hechos son presagio de que algo malévolo y siniestro se está ya desarrollando aunque los personajes tengan la falsa ilusión de que sus vidas transcurren con tranquilidad y sin ningún peligro que las aceche. Otro punto notable de la novela es su refinada sensualidad, y como el autor trata con total naturalidad la atracción entre mujeres. Quizás eso sí siendo una novela tan breve el relato del Coronel (un viejo amigo del padre de Laura que tiene un rol clave en la historia) se alarga más allá de lo que una quisiera, pero tampoco hay que negar que ese detallado relato pone de manifiesto ciertas características que todos reconocemos de la figura del vampiro y que luego Bram Stoker desarrollo convirtió en parte esencial de la naturaleza de estas criaturas. Al final de la novela hay ciertos puntos que no se aclaran y quedan a la libre interpretación del lector, algo que en otras novelas puede resultar un punto en contra en esta no es más que la confirmación del misterio que rodea la figura del vampiro.

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Esta historia sigue la vida de Laura, una joven dama que vive junto a su padre y sus institutrices Madame Perrodon y Madamoiselle de LaFontaine en un castillo solitario de Styria, Austria. A lo largo de estas escasas páginas nos irá contando las dos visitas que recibirá de Carmilla, una criatura seductora e hipnótica, zambullendo los corazones de sus víctimas en un río helado y adentrándose en sus sueños en forma de un gato negro con dos agujas.Leí Carmilla por primera vez en español en 2018, fue una de mis muchas lecturas de carretera nocturna. No me pareció la gran cosa en ese entonces, me gustó, fue memo-rable a su estilo, no más allá.Tal vez haya sido la traducción o en su momento no le presté la atención que merecía. No soy una lectora que cree en releer los libros, el tiempo avanza y nos lleva por delante, dejando una gran lista de pendientes sin límite final. No obstante, una vocecita interior me decía que debía hacer una excepción y volver a leer esta novela. Tenía razón.En 2020 leí la obra cumbre de J. Sheridan le Fanu en inglés y su universo se amplió. Antes los hechos no me resultaban muy claros e incluso hay fragmentos que no re-cuerdo haberlos encontrado años atrás. Con esta edición comprendí lo que había creado este autor y lo que significó para sus sucesores, tales como Bram Stoker o la mismísima Anne Rice. Es un clásico de la literatura gótica y todo aquel que se jacte de ser un buen lector o aspirante a escritor de criaturas míticas, debería leerlo.Me resulta curioso encontrar este relato catalogado a veces como romance o erótico cuando desde el punto de vista de la protagonista, Laura, existen sentimientos contrapuestos.«I loved her and I hated her. There is no other way that I can explain my feelings then»Es cierto existe una atracción hacia la vampiresa, innata a su persona, no diferente a la que se mantiene con el padre de Laura, el General Spielsdorf o todos los que la conocen pero ¿En el plano romántico? Mantengo mis dudas.Si nos colocamos en los zapatos de Carmilla o Mircalla, podríamos ver ciertos atisbos de enamoramiento vampiresco.«Vampires can spend weeks or months falling in love with that one person»No se trata del amor humano sino de aquel único que se ve bien plasmado en la relación de Louis, Lestat y Claudia en las Crónicas Vampíricas de Rice. Trasciende la carnalidad, confuso con la obsesión y el deseo de la esencia. Personalmente, no creo que le haga fe dichas categorías.Resulta interesante analizar las características de la especie en la pluma de le Fanu al tratarse de seres con color, pulso y que deben pasar unas horas en su tumba. Es el sol a la noche que estamos acostumbrados los lectores de vampiros.El carruaje, la madre y la servidumbre de la Condesa de Karnstein son todo un misterio ¿Cómo aparecen y desaparecen? ¿Se trata de no muertos? ¿Son cuerpos que utiliza y descarta? ¿Son espíritus que la acompañan de su vida humana? Está a la libre interpretación de cada uno.En fin, me gustó mucho más que en la primera lectura. Merece la pena.

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Poco antes de la aparición en escena del gran vampiro que todos conocemos, Carmilla llegó a mostrarnos la seductora fascinación de esta criatura que tanto nos gusta. La presencia de un ser cuyo hipnotismo hechiza tanto al lector como a sus jóvenes víctimas se convierte en una de las historias de vampiros más potentes y necesarias que puedes encontrar en la literatura. La ilusión de nuestra joven Laura de pasar un verano en compañía de su mejor amiga se ve truncada por la muerte de esta en extrañas condiciones. Sin embargo, un accidente de un carruaje le proporcionará la inesperada visita de una joven cuya fragilidad y cariño generará una deliciosa amistad entre ellas. Puestas las piezas sobre el tablero nos encontramos con una historia perfecta que sustenta cada una de las características reconocibles del género vampírico. El enorme poder de seducción de la criatura, su manera de actuar, el peligro al que se exponen los afectados, la presencia de leyendas que hablan de criaturas paranormales que se alimentan de sangre...todas esas cosas que tanto nos gustan están aquí desarrolladas por el autor con tanta dulzura que te resulta imposible parar de leer. Pero le Fanu va un poco más allá de la creación de una novela de vampiros.Carmilla, nuestra gran protagonista de las sombras, tiene predilección por las jóvenes doncellas, las cuida, las corteja, las seduce hasta derribar todas sus reticencias que puedan tener para poco a poco conseguir su despiadado propósito. Y todo lo hace de una manera natural y progresiva, pudiendo disfrutar el lector de todo ese proceso seductor que convierte a los vampiros en auténticos depredadores. La sensualidad que desborda las conversaciones entre ambas mujeres, sus gestos, los besos robados entre nuestras protagonistas convierten esta historia de terror en toda una muestra de terrible erotismo ante el que no te puedes resistir. de ese modo, Carmilla se erige como uno de los vampiros más carismáticos y necesarios que se han escrito nunca y, con ello, añade a la criatura toda la sensualidad que les caracteriza y que se convierte desde entonces en una de sus señas de identidad. Leer a Carmilla es aceptar que los vampiros son algo que va mucho más allá del famoso Drácula. Si puedes disfrutar de más criaturas fascinantes como esta, ¿por qué no dejarse llevar por sus palabras y caer rendido ante su hechizo?

Comentarios de lectores del libro Carmilla