En relación con la única novela conocida de José Martà existen varias circunstancias capaces de motivar la curiosidad. Apareció en 1885, a la manera de las novelas por entregas, en el periódico El Latino Americano, que se editaba en Nueva York, y MartÃ, que no le concedió mucha importancia, la llamó una «noveluca», escrita por él —según sus palabras— durante siete dÃas, interrumpido a cada instante por otros quehaceres. Las primeras dos circunstancias curiosas en torno a esta obra son que entonces la tituló Amistad funesta, tÃtulo que cambia en su segunda edición por LucÃa Jerez y que estaba firmada con el seudónimo de Adelaida Ral. Gonzalo de Quesada, albacea literario de MartÃ, fue quien conservó e incluyó la novela en el décimo tomo de las Obras Completas por él compiladas, editadas en Alemania en 1911. El propio Gonzalo de Quesada contó cómo el director del ya citado periódico pidió a la señorita Adelaida Baralt la redacción de una novela de temática hispanoamericana, y cómo ésta pasó la encomienda a MartÃ, con lo cual éste podrÃa cobrar un cierto estipendio, del cual el autor —desprendido hasta en su pobreza— entregó una quinta parte a Adelaida. No se precisa en qué paÃs se desarrolla la trama. Tres amigas —LucÃa, Ana y Adela— y una cuarta muchacha, Sol del Valle, son los personajes femeninos principales. Se afirma que doña Andrea y don Manuel, padres de Sol, portan rasgos de la personalidad y carácter de doña Leonor y don Mariano, los progenitores de MartÃ. LucÃa Jerez siente un profundo y apasionado amor por su primo Juan Jerez, en quien confluyen sentimientos y virtudes que acompañaron a la personalidad de José MartÃ, si bien además se incorporan, casi seguro con toda intención, otros elementos que contribuyen al curso de la trama novelesca y de los cuales pueden extraerse elementos biográficos de interés acerca del pensamiento de José MartÃ, tal cual era a la edad de treinta y dos años, cuando hacÃa mucho que lo absorbÃa ya el compromiso con la independencia de Cuba.