En la primavera del año 451 d.C. una secreta embajada salió de una villa a orillas del Po para dirigirse a la Panonia, en la actual HungrÃa, donde habÃa establecido su campamento Atila, rey de los hunos. Llevaban una carta y varios presentes de la Augusta Honoria, hermana del emperador de Roma, que se ofrecÃa en matrimonio al caudillo bárbaro aportando como dote la mitad del Imperio. Lo hacÃa para vengarse de su hermano, que le habÃa obligado a abortar y la mantenÃa prisionera. Aunque el agonizante Imperio Romano ya sólo comprendÃa Italia, parte de la Galia y la franja del IlÃrico, Atila aceptó el ofrecimiento. Aquello desencadenó primero la mayor batalla de los tiempos antiguos, en los Campos Catalúnicos y, poco después, sobre el norte de Italia, la campaña militar más destructiva que recuerda la historia. Desde entonces el nombre de Atila es sinónimo de crueldad.