Enla novela Deperfil(1966) el narrador es un adolescente de los prósperos años sesenta,sin problemas económicos, que describe sus años de formación. Ensu escritura, sabiamente llevada por el autor, las reglas de lagramática se le deshacen entre los dedos como cubos de hielo; ademásmaneja diestramente la feroz jerga del medio, el lenguaje de «la
Onda»,pleno de anglicismos, de neologismos, de sÃlabas telescopiadas.
Habla que sigue su dinámica y en la que triunfa una vitalidaddesatada. El mundo de esta novela, una de las más ambiciosas,entretenidas e importantes de la nueva literatura, en opinión de
José Luis MartÃnez, es el de la adolescencia de hoy que nossorprende con su desasosiego, su secreta ternura, su procacidadÂ…
Elprotagonista tiene que hacerse a la idea de que unos señores demediana edad, un tanto ridÃculos y a los que tutea, son sus padres.
Padece los intentos de seducción de sus criadas, mas el sexo «nole interesa gran cosa».
Estudia apenas para pasar los exámenes e ingresa a una universidaden plena grilla, llena de golpeadores, lidercillos y demás fauna.
Esto no le importa mucho: se trata de dar tiempo al tiempo. Algunavez tendrá que escoger una carrera, obtener un tÃtulo y tomar sulugar en el mundo de la respetabilidad al que de momento niega en losmanifiestos que firma y con su manera de ser y hablar. José AgustÃn(1944) trajo a sus primeras narraciones vivencias nuevas: la cultura«pop»,la influencia de la televisión, la música de rock y el culto a susintérpretes.