En el exilio, una familia catalana se instala en la hacienda La Portuguesa, en lo más profundo de la selva mexicana.
Durante años, la familia, que espera con ingenua energÃa la caÃda de Franco y el advenimiento de la república, se va enraizando en ese terreno salvaje en el que sólo sobreviven las cosas que siempre existieron. El protagonista, en una de las peripecias vitales más sorprendentes jamás contadas, va descubriendo las partes permeables y las paradojas de dos mundos —el advenedizo y el preexistente— en un solo lugar.
Una familia que se intenta adaptar a un entorno en el que las reglas se inventan cada dÃa; la violencia de la tÃa Marianne que , con un trastorno psicológico, golpeaba a la madre del protagonista hasta hacerla sangrar; un elefante; el alcohol que unÃa a patronos y nativos; los chantajes de las autoridades locales; el desprecio de unos indÃgenas que conocÃan la reticencia de la selva a aceptar extraños son algunos de los primeros recuerdos del protagonista que vuelve muchos años después a aquel lugar para solucionar un pequeño problema burocrático.
El descubrimiento de la vida, de la crueldad de la locura, de la intensidad de la selva, de las insalvables diferencias sociales son algunos de los elementos de los que se sirve Jordi Soler para esta espléndida novela de extraordinarios personajes y situaciones.