Años cincuenta. El inspector Mascarell y su esposa, Patro, están a punto de ser padres en una Barcelona que sufre un perÃodo de agitación social debido al aumento del precio del tranvÃa.
Un dÃa, Pere Humet, un antiguo subordinado de Mascarell, le cuenta que Piñol, Arnella y Matarrodona, tres policÃas que también estuvieron a sus órdenes, fueron juntos al exilio, al campo de refugiados de Argelès, y luego trabajaron en el refuerzo de la LÃnea Maginot, hasta que los alemanes los enviaron a Mauthausen. SobrevivÃan en aquel infierno, pero el capricho de un mando alemán desencadenó el horror: obligó a Piñol a que matara de un disparo en la cabeza a Arnella. Después, le obligó a que hiciera lo mismo con Humet; la pistola solo tenÃa una bala y Humet salvó la vida, sin embargo juró vengarse de Piñol, que a partir de ese momento comenzó a colaborar con los alemanes, y fue culpable de la muerte de otras personas.
Humet explica a Mascarell que ha vuelto porque sabe que Piñol está en Barcelona y quiere hacer justicia. También le confiesa que tiene un cáncer y que no le queda mucho tiempo de vida.
Miquel accede a ayudarle, y le invita a comer a su casa al dÃa siguiente, pero no aparece, asà que va a buscarlo y lo que encuentra es el cadáver de Humet y el de su prima, cosidos a puñaladas. El acusado es Nicolás, el exnovio de la prima, pero el instinto de policÃa de Miquel le dice que el chico no es culpable. Sabe que es Piñol y debe encontrarlo.