Meditando acerca de una escoba, o haciéndolo sobre el trabajo mecánico del espÃritu, el autor de Los viajes de Gulliver, llega a la dramática conclusión de que el hombre no es más que un producto conformado por la organización polÃtica y por la iglesia.
En su modesta proposición para evitar que los niños de Irlanda sean una carga para el paÃs, Jonathan Swift propone el genérico engullimiento de niños, a fin de exonerar al paÃs y al tesoro del reino de la carga que los hijos de los pobres le suponen. La organización social y polÃtica, el utilitarismo anglicano del que Swift era implacable satÃrico ya devoraba a los pobres y a sus hijos en la maquinaria productivista al servicio de la Iglesia y del Estado.