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Habría sido un gustazo dar con este libro con la edad indicada para leerlo. Está claro que el público al que va dirigido es uno en las primeras etapas de la adolescencia. Posiblemente este libro habría aumentado mi afición por el derecho, que lamentablemente, aunque consiguió sobrevivir al horrible primer año con sus feas asignaturas acabó hundiéndose durante el resto de mi etapa universitaria (en esos momentos daba gracias por haber escogido estudiar dos carreras en lugar de una sola).Pero dejando atrás las divagaciones, el libro para el público al que va dirigido es un poco complicado a veces, y no tanto por sus términos de derecho, aunque posiblemente también, sino porque hubo un momento que se puso a hablar de golf con un montón de términos de los cuáles no tengo ni la más remota idea. Afortunadamente no es de relevancia para la historia.También me sorprendió que, a diferencia de lo que suele suceder en este tipo de libros que pintan a un niño haciendo cosas muy por encima de sus posibilidades (en este también hay algo de eso pero al fin y al cabo es lo que se espera que haya) al final acaba recurriendo a los adultos, reconociendo hasta cuando puede hacer él y cuando debe pedir consejo y ayuda. Eso es algo que a los papás les debe de gustar mucho cuando deciden que sus hijos lean algo determinado.