¿Esta novela es una amarga crÃtica a la democracia? ¿O es precisamente una advertencia de lo que debe evitarse para salvarla?
Con estilo vivaz, que participa del ritmo cinematográfico y la fluidez de la novela testimonial, El número uno muestra la lucha por el predominio de un grupo sobre otro dentro de un partido polÃtico de los Estados Unidos. El protagonista se lanza desde Washington a la vida polÃtica y poco a poco se deja convertir por sus secuaces a medida que se suceden los triunfos. Lo seguimos en las campañas electorales mientras recorre el paÃs en su automóvil; entramos con él en las reuniones partidarias de los grandes hoteles; lo vemos en traje de etiqueta comiendo con un gobernador, o en mangas de camisa hablando ante una multitud; lo conocemos como intachable padre de familia y como noctámbulo alcoholizado, como patriota y como defraudador.
Y al seguir esta trayectoria, tenemos a cada instante la impresión de «reconocer» y nos preguntamos si El número uno es una biografÃa, una novela clave, una denuncia apenas disimulada de algún personaje de los últimos tiempos. Porque ¿quién no ha conocido, o padecido, a un gran demagogo?