Desde que escribe su encendida loa a la Catedral de Estrasburgo, Goethe inicia un acercamiento a la estética que mantendrá hasta su muerte. En esta obra demuestra cómo toma el arte por una actividad en la que el genio, lo peculiar y la originalidad han de predominar sobre el academicismo, lo genérico y lo reglado.
A la vuelta de su viaje a Italia la teorÃa del arte goethiana experimenta un giro radical. Una sociedad de amigos del arte, una revista y unos premios anuales de pintura intentan imponer una normativa clásica a todo aquel que pretenda dedicarse a la creación.
En su época tardÃa Goethe modera su clasicismo. Eso sÃ, lo hace ciñéndose estrictamente al fenómeno artÃstico, sin tener en cuenta los aspectos ideológicos, de tipo confesional o mÃstico, que tanto atraÃa a los románticos.