«Mi vida empezó como una novela negra. Intentaron asesinarme. Por suerte todo sucedió cinco meses antes de que yo naciera, asà que no creo que la cosa me causara mayor sobresalto...» Esta voz juguetona que nos sorprende desde las primeras lÃneas de Tentación pertenece a Béla, su protagonista, un chiquillo que a punto estuvo de no nacer, y que finalmente vino al mundo en la primavera de 1913 en una aldea de la campiña húngara, un lugar donde el hambre era el castigo de cada dÃa. Su madre, una joven campesina, al nacer lo dejó en casa de una vieja arpÃa y fue su maestro quien le regaló los primeros libros, le hizo caer en la tentación del saber y le contó que más allá del pueblo habÃa una ciudad mágica que se llamaba Budapest. Una vez llegado a la capital y empleado como botones en un gran hotel, durante el dÃa Béla asiste al espectáculo de despilfarro de las clases acomodadas, dispuestas a ahogar su aburrimiento en champaña y caviar, y por la noche vuelve a la periferia para compartir con los suyos las miserias del proletariado. En la ciudad empieza también su despertar sexual a manos de una pelirroja perversa, rica y hermosa, y su coqueteo con la polÃtica de los años veinte. En los tres años de trabajo en el hotel, el joven Béla experimenta el lÃmite del hambre y del agotamiento sexual, descubriendo lo mejor y lo peor de la sociedad que le rodea; en resumidas cuentas, juega con el destino poniendo sobre la mesa un deseo inmenso de vivir y gana su primera partida recién cumplidos los dieciocho años. Novela veladamente autobiográfica, Tentación es uno de los grandes textos del siglo XX, pues su autor condensó en estas páginas todo el talento, el humor corrosivo y la ironÃa que distinguen a los buenos perdedores. Si Dickens y Thackeray vivieran, posiblemente aplaudirÃan a este admirable alumno, que aprendió de los grandes maestros ingleses el arte de contar una historia que era su misma vida.