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La lectura de esta novela ha sido mi primer contacto con este autor y, en general, ha sido una primera toma de contacto más que positiva. Sobre Las tres muertes de Fermín Salvochea, solo había leído un par de buenas críticas y sabía que se centraba en situar vampiros en el Cádiz del siglo XX. al autor, Jesús Cañadas, lo había escuchado mencionar alguna que otra vez, pero nunca me había interesado demasiado por él, pese a ser un nombre bastante sonado dentro de la literatura de género patrio. Ahora, después de leer Las tres muertes de Fermín Salvochea me he dado cuenta de que ha sido un error. Jesús Cañadas ha sido un descubrimiento inesperado dentro de la literatura de género patrio.Si lees las primera páginas de la novela, parece una novela histórica corriente, una novela costumbrista. En ella, tenemos dos historias entrelazadas en diferentes líneas temporales. La primera es la de Sebastián, un adolescente de 13 años, que se desarrolla en 1907, justo en el momento de la muerte de Fermín Salvochea, alcalde de Cádiz durante la primera República, cuyo cuerpo ha desaparecido. Por otro lado, a modo de flashback, Juan o Juaíco, el padre de Sebastián y el mejor barbero de Cádiz, se ve inmerso en todo tipo de aventuras al comenzar a afeitar al alcalde.Este aspecto me encanta, la forma en que el autor estructura la historia. Mientras que la historia de Sebastián es una historia de época, casi completamente realista y costumbrista, la de Juan con Fermín Selvochea es una historia de aventuras; y ambas acaban desembocando en una historia de Fantasía.Otro punto que me gusta mucho de la novela es la conversión de Fermín Salvochea, primera alcalde anarquista de Cádiz en un cazador de vampiros. La personalidad del Bigotes, como se le apoda, es arrolladora y ese uso de equipación steampunk es algo que no esperaba ver en una novela ambientada en España. La posibilidad de que, este alcalde que fue tan querido en su momento, protegiera la ciudad de aquellos que se haya oculto podría haber salido muy mal, pero Cañadas consigue que sea atractivo y fascinante, haciendo que entremos en ese Cádiz oculto de cabeza.Tengo que admitir, que la Fantasía Histórica es uno de los subgéneros que más me gustan de dentro de la Fantasía. Y Las tres muertes de Fermín Salvochea es una novela que me recuerda a muchas otras del género, como La Fuerza de su Mirada de Tim Powers. El autor juega con los hechos históricos y con las leyendas para desfigurarlos y dan lugar a una historia alternativa al más puro estilo, Abraham Lincoln Cazador de vampiros. Una de las cosas más llamativas de la novela es convertir las leyendas de Cádiz en personajes. La Bella Escondida, María Moco, el hombre-pez y otros irán apareciendo en la novela tomando su papel. Particularmente, no es que conociera demasiado de las leyendas de Cádiz y poder descubrirlas de mano de Cañadas ha sido un gustazo.Me encanta como juega el autor con realismo y fantasía. Ya sea por todo lo que esconde la dura realidad del Cádiz de principios de siglo XX, como por la ambigüedad con Juan, ya que nunca se sabe si está mintiendo o diciendo la verdad. Juan es alguien capaz de mentir para conseguir una copa de vino, pero también cuenta historias maravillosas y eso hace dudar a los que le rodean, en especial a su hijo, Sebastián.Y, en esta novela encontramos mucha más realidad que Fantasía. Tenemos a unos personajes llenos de grises, pero se nos muestra en la novela los bajos fondos de Cádiz y todo lo que albergan, siendo particularmente aterrador cuándo son niños los que se sumergen en ese mundo hostil y brutal. Incluso, llega a algo que no suele pasar en muchas novelas, que los mismos niños puedan salir heridos de ese mundo. Al ser, en su mayor parte, una novela de aventuras, el autor emplea un lengua sencillo. Sencillo, si no se tiene en cuenta el trabajo que debe de haber llevado al autor el uso de localismos y la documentación que tienen que haber detrás para adaptarlos a la época en la que sitúa la acción. El ritmo es trepidante, lo que se ve favorecido con el progresivo acortamiento de los capítulos al final. En conclusión, Jesus Cañadas sorprende por el particular hibridismo de géneros en su novela. al mismo tiempo, saca a relucir una mitología desconocida para muchos, convirtiendo a la luminosa Cádiz en un lugar mágico y oscuro. Una realidad muy dura se enfrenta a una Fantasía igual de brutal. Una novela que gustará a los amantes de la Historia, a los amantes de los vampiros y a aquellos que busquen aprender sobre Cádiz.

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¿Cómo puedo empezar esta opinión? Es complicado hacerlo cuando sigues emocionada por la historia que has leído. No es fácil encontrar buenos libros; se publican muchas novelas y debes saber elegir. Había leído ya antes al escritor Jesús Cañadas y sí, me habían gustado sus novelas, pero no compré esta por ese motivo, si no por algo mucho más impulsivo. He de reconocer que sentí una rara emoción con ese título. ¿Un hombre que muere tres veces? ¿Qué clase de hombre puede hacer eso? Y decidí comprarlo para descubrir el misterio.La historia comenzará en la ciudad de Cádiz con la muerte de su alcalde republicano, Fermín Salvochea. Un barbero borracho, Juaico, valiente y buen padre, le contará a su hijo quién fue en realidad el alcalde. Sebastián, que así se llama el chaval, un adolescente que corretea las calles gaditanas junto a su amigo y dos niñas que viven en un terrible hospicio gobernado por monjas, deberán investigar detrás de las extrañas leyendas que le cuenta su padre.Un teatro de los horrores que llegó a la ciudad; un entierro; alguien que vive desde generaciones en las catacumbas de Cádiz; monstruos que salen de oscuros callejones; contrabandistas; un hombre pez; una tijera de plata rota en dos mitades que lleva a un misterio; un gigante de seis brazos? ¿Qué queréis que os diga más? Leyendas, cuentos que ayudan a olvidar el hambre y el frío, que hacen que la vida sea menos dura, pero que esconden muchas verdades.No voy a contaros nada más. Ni puedo, ni quiero. En cambio, os hablaré de cuando cerraba el libro para dejar otro poco para el día siguiente. Me negaba a llegar al final. Porque es de esos libros que me hubiera gustado poder vivir; que un padre, por muy mal que nos fuera la vida, nos hubiera ayudado a vivirla mejor, escuchando maravillosas historias de sus labios. Entiendes que no importa que el hombre no supiera sacar a su familia adelante con dinero, pues lo que hacía les daba también un motivo para seguir levantándose.No toda la historia será así. Hay momentos donde sale a la luz la brutalidad humana, la pérdida de la fe, las mentiras y la traición. Otro Cádiz en las sombras, donde en ocasiones, la vida no vale nada y en otras, donde la vida lo vale todo y te agarras a las historias para seguir viviendo. Un escritor que conoce sus calles, su lenguaje, su olor? no hay nada más hermoso que leer a un escritor que conoce el sabor de la ciudad que describe y narra. El salitre de las olas, la claridad de la luna. Él lo vivió, nadie debe contárselo, no tiene que buscarlo en Internet. Lo lleva en su alma y, creedme, para eso no existe truco ni técnica (en ninguna de esas clases donde dicen que te enseñan a relatar) que valga. O lo llevas dentro o no lo llevas.Jesús Cañadas disfrutó escribiendo lo que vais a leer. se nota tanto cuando un escritor lo hace? ¡Qué gran novela de una pandilla de amigos y un misterio nos dejó! ¡Qué diálogos más puramente gaditanos! ¡Qué ganas tendréis que pasar páginas para estar tanto en el pasado (cuando el padre cuenta la historia), como de volver al presente con la pandilla buscando ese misterio que esconde la noche!Tristeza, penas, alegrías, triunfos, fracasos y esperanza. Sobre todo esperanza, ya que aquí no hay rendición, hay que seguir adelante, el precio es la vida. Me sigo emocionando recordando el final.Terminé dos libros antes que este y no escribí nada de ellos. No eran malos, pero como esos los hay a kilos. Este no, ahora sí puedo y debo recomendarlo. Cuando leo libros así siempre me digo que no hace falta ir a los USA para buscar historias inolvidables; que en España también hay escritores que hacen que vuelva a creer, a buscar libros que me enamoren tanto que me niegue a llegar al final, que tenga miedo de cerrarlos.Gracias, Jesús, gracias.