¿Por qué cuando la mujer pasa de los cincuenta, se la encasilla como ama de casa y no se tienen en cuenta sus deseos?
¿Por qué dan por supuesto que no les apetece tener relaciones sexuales?
¿Qué no se pueden volver a enamorar? ¿Qué sus deseos ya no importan?
La vida no siempre te conduce por el camino correcto. A veces te anima a
cambiar de sentido, a retroceder, para después volver a avanzar.
Nada
está completamente decidido. El amor a veces tiene fecha de caducidad,
puedes enamorarte y tras veinte años, vivir una vida que no es la que
deseabas.
Marta pensaba eso mismo de su matrimonio, cuando comenzó a
notar que esa no era la vida que deseaba para ella y mucho menos para
su hija. A partir de ahora tendrá que tomar una decisió: continuar con
una vida y una relació que ya no le llenan o abandonar la estabilidad
económica y el refugio de su hogar, cerrar los ojos, y lanzarse a la
piscina esperando que el agua evite que se estrelle contra el fondo.