Fernando de Rojas, autor de la Celestina y pesquisidor del reino, investiga aquí al asesinato de un bufón de la Corte, por encargo de la Emperatriz Isabel. Muchos son los personajes que desfilan durante la investigación, que se desplaza entre Medina del Campo, Toledo y Salamanca, donde finalmente se encuentra la pista en la famosa fachada plateresca de la Universidad.

De momento es el libro que más me ha gustado de la serie, muy bien documentado y con muchos datos interesantes sobre la figura de los bufones u 'hombres de placer' de los reyes, que eran tan populares en las cortes europeas.detectives histórica novela-negra19 s EstebanMaturin576

Policiaca entrtenida.1 Rachel Std187 3

Con esta novela es con la que más he conectado de las tres, aunque la primera tampoco estuvo mal. la historia tiene una buena ambientación y una trama interesante, y la época histórica podría dar mucho más de sí para que la ambientación estuviese mucho más elaborada y fuese mucho más atrayente. Parece que le falte un leve toque de las musas para conseguir que fuese una saga perfecta. Aun así, como lectura ligera no están mal.1 RAQUEL VICTORIAAuthor 4 books11

“EL MANUSCRITO DE FUEGO” DE LUIS GARCÍA JAMBRINA

Entre el ostentoso cortinaje que envuelve a los más refinados cortesanos del siglo XVI en tierras castellanas, hay lugar para la mofa, la lujuria, el divertimento y las tentaciones; hay bífidas lenguas que envenenan el ambiente con vulgares dimes y diretes, como si fueran mentideros populares que destapan los secretos que nada quiere oír, ocultos como la noche. Y es un bufón en particular, don Francés de Zúñiga, el que más sabe y, entre risas y velos, más suelta para gozo de la gente, que ansía su desparpajo y sus habilidades de bufón en las luengas sobremesas. Pero el hilarante bufón de la Corte Imperial y su sentido del humor no están reñidos con la enemistad que crece hacia él; tanto es así, que acaban asesinándole (en el primer capítulo). Tras sus pasos, el pesquisidor real Fernando de Rojas, autor ya en este momento de la obra —hoy universalmente conocida— “La tragedia de Calisto y Melibea” (actualmente es denominada como “La Celestina”; el título fue transfigurándose después), investiga el caso por encargo de la emperatriz, Isabel de Portugal. A partir de este instante, el escritor y pesquisidor iniciará una carrera de fondo para descubrir lo que pudo pasarle al deslenguado bufón, dándose de bruces con un truculento entramado lleno de obstáculos; no obstante, sabrá abordarlo y dilucidar, de ese modo, los misterios de una ciudad que su universidad mantiene a buen resguardo: Salamanca.

“El manuscrito de fuego” recrea el floreciente periodo histórico originado bajo el cetro y corona del emperador Carlos V. La narrativa muestra cada detalle de la época con una minuciosidad que, en ocasiones, he percibido bastante cargante, puesto que me ha disuadido de la propia lectura y, además, según mi propio parecer, muchas páginas están de sobra, ni ayudan en la construcción del argumento ni favorecen en el conocimiento de la sociedad en la que se mueven las y los protagonistas; más bien, al contrario, dando la impresión —o, por lo menos, a mí— de alejar cada vez más a los personajes, pareciendo poco creíbles, planos e insulsos. Así como prevalecen los largos diálogos ante la exigua narrativa, incluyendo en ellos todos los acontecimientos relevantes que suceden, como si se enumeraran en una retahíla. De otra parte, cabe destacar las alusiones en referencia a la famosa fachada de la Universidad de Salamanca, desencriptando incógnitas a las que he podido prestar un ínfimo interés; aun así, igualmente los pormenores que incluye en la descripción de la misma me han parecido algo abigarrados en el tono informativo y, por tanto, no me han parecido datos trascendentales, si no que, una vez más, me sugieren un relleno en la prosa que lleva aparejado el tedio de las y los lectores, perdiendo incluso la atención en la trama. Albergué muchas más expectativas para este libro, el cual me interesaba por la historia de la provincia de Salamanca, que he visitado recientemente, y, una vez más, una editorial de renombre enmascara una obra literaria ausente de amenidad, densa y de nula profundidad; todo desde mi singular prisma y mirada, que no tiene por qué coincidir con otras y otros lectores, siendo una visión personal; una novela histórica que bien parece puro ensayo académico (cercioro y reitero que solamente es mi opinión sincera); un libro que únicamente me ha reportado algunos hechos históricos, por los cuales mi puntuación no es aún menor.

*RESEÑA DE RAQUEL VICTORIA

Calificación: 2/5

Soy escritora de novela histórica donde las mujeres son protagonistas.

Mis novelas en Amazon: https://www.amazon.es/RAQUEL-VICTORIA...

Siglo XIX; DE BORDADOS A SEDAS

Siglo XX; LA POSADA DEL POZO y LAS RAÍCES DE LA ENCINA

Asimismo, escribo poesía, relato breve, crítica literaria y artículos de temática histórica, femenina y de naturaleza. Gemma entre lecturas478 29

«El oficio de loco es muy difícil».
 
No todos los bufones eran ni enanos ni feos, algunos eran locos, que ayudaban con sus…, digamos extravagancias, a dignificar a los cortesanos. Qué extraña elección de palabra por mi parte, dignificar, pero si nos centramos en el momento de la época y la herencia de la monarquía, la más acertada.

Luis García Jambrina posó el foco de atención en un personaje de la época, Francisquillo, don Francés de Zuñiga, hombre de placer del rey Carlos I, burlador de profesión, de poderosos y cortesanos, arremetía contra todos, sin miedo a consecuencias ni venganzas. Así que, haceros una idea cuando aparece apuñalado en una calle de Bejár, la lista de sospechosos. La aventura a la que se enfrentará Fernando de Rojas es para mí adictiva, no solo por el misterio, que lo hay y mucho, también por la Historia narrada y por las palabras recuperadas del olvido y su oficio, como capigorro y estacionero.

Y mi mayor interés se centra en dos hilos, la fachada de la facultad más famosa de Salamanca y sus secretos, con la interpretación de la misma, y los locos. Porque don Francés de Zuñiga, Francisquillo, no era un loco, sino un hombre con ingenio. La corte de Austria era tan aficionada a los bufones, dice Jambrina, que los traía de otros países. Locos, enanos, negros y niños palaciegos, retratados por Ticiano, Velázquez y tantos otros.

No hace mucho compartí con mi hija la lectura de la Bella y La Bestia, su inspiración está basada en uno de esos niños de divertimento. Pedro González, nació en Tenerife en 1537, sufría hipertricosis, vello por todo el cuerpo, lo que le daba una apariencia de hombre lobo. Fue enviado como regalo de Canarias a Bruselas, a la corte del emperador Carlos V. Su historia es digna de leer, puedo daros pinceladas para no quitaros el gusanillo. Le casaron con Catherina, una joven parisina, según dicen los libros, de gran belleza, que conoció a su singular marido el mismo día de la boda. Tuvieron seis hijos, ninguno de ellos dejó nunca de ser una propiedad valiosa, un curioso objeto de colección.

Recomiendo la lectura y me declaro fan de Luis García Jambrina, que abre siempre la puerta al ansia de saber más, de leer más y averiguar más curiosidades de esta Historia nuestra.
  Avalle Rei809 10

Esta vez la aventura de Fernando de Rojas transcurre unos treinta años después de los libros anteriores.
Fernando es un hombre mayor, que hace mucho abandonó la vida de pesquisidor y vive retirado del mundo en su casa en Talavera.
Ahora vuelve a ser solicitado por la emperatriz para que investigue la muerte del último bufón real.
A regañadientes, Rojas acepta el trabajo. Pero el ya no está para esos trotes ni tiene la paciencia para tratar con los sospechosos, lo que hace que termine teniendo más problemas que beneficios.
A pesar de hacer todo lo posible por ir a Salamanca, no puede evitar volver al sitio que lo vio crecer. Con sus buenos y malos recuerdos.
Allí conocerá a un muchacho al que tomará mucho cariño llamado Alonso, que lo ayudará a moverse por la nueva Salamanca y a reconocer a los nuevos profesores y personas influyentes de la ciudad.
Su vida estará en juego más que nunca y descubrirá muchas cosas, tanto del muerto como personales.
Es una novela quizá un poco más histórica, hay muchas explicaciones sobre sucesos que separan los primeros libros de este. Pero es ameno e interesante.
Volvemos a no saber quien puede ser el asesino y en esta ocasión los enemigos son numerosos. Y eso te mantiene constantemente a alerta.
El punto de distensión viene por parte de Alonso y sus cosas.
Lo que me preocupa es que parece hacer un pequeño pero importante spoiler sobre libros que se publicaron después pero que van en el medio cronológicamente.
A ver que nos cuenta en El manuscrito de Aire...
Labijose1,023 528

Aunque me ha gustado más que las dos anteriores, sigo encontrando difícil disfrutar de la lectura de las novelas de este autor. Y me fastidia, porque abarcan un período histórico que me fascina. Pero creo que no termina de sacarle todo el jugo ni a los ambientes ni a los personajes.

Lo mejor vuelve a ser la ambientación, y, especialmente, esa Salamanca a la que tengo tanta devoción. También asistimos a escenas en Talavera de la Reina, Medina del Campo y Béjar. Pero ni la investigación de un Fernando de Rojas ya muy mayor (y poco creíble) ni la prosa utilizada por el autor me terminan de convencer. Le podía haber sacado mucho jugo a ese trasfondo histórico de la causa comunera, pero pasa por él como de puntillas.

Hay dos libros posteriores ya publicados, pero que, cronológicamente, parece que son anteriores al “Manuscrito de fuego”. Después de tres oportunidades, no me veo muy convencido de leerlos. Pero, siendo tan cabezón como soy, tampoco lo descartaría del todo. Al tiempo.

PD: Si visitáis Salamanca, no os olvidéis de ir a ver la rana (en realidad es un sapo) de la fachada universitaria, obra cumbre del plateresco español, y pedid que os la expliquen. Pero no os quedéis sólo con la rana, que hay mucho que ver en la fachada. De esta rana se habla bastante en la novela.

Y, de paso, os acercáis a la catedral a contemplar el astronauta, (fachada principal). Pero no os maravilléis tanto, que esta figura tiene truco. Por eso no se menciona en “El manuscrito”.

3
Autor del comentario:
=================================