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Me ha sorprendido gratamente esta novela histórica llena de acción, narrada como si fuesen las memorias de un legionario romano, que pertenece a la Legio Adiutrix, legión naval del ejército romano que se caracterizaban por el pragmatismo a la hora de adaptarse a cualquier terreno. Es una novela muy corta, 110 páginas que ayudan a que la acción sea trepidante y que te deje con ganas de más (habrá segunda parte con seguridad). Es de agradecer que para los no versados en historia romana, como la aquí presente, el autor nos ayude con mapas, la denominación de las horas en que dividían el día los romanos, la jerarquía y diagrama de la legión romana, e imágenes de la vestimenta y armamento propios de un legionario, todo eso al inicio de libro, al final viene un detallado glosario de los términos más usados. Con todo esto quiero decir que este libro además de entretener es muy didáctico, y la prosa del autor es directa, clara, fresca ,lo que hace que sea una obra muy amena, de verdad que la he disfrutado mucho. El autor es un experto en esta época histórica, y nombra en su presentación las distintas fuentes que le han inspirado, incluida una asociación histórica en la que participa. Los personajes son entrañables, con unas personalidades sencillas, fieles a su ideal legionario y a la amistad entre ellos, sobre todo en momentos difíciles que es cuando se unen aún más. El marco histórico transcurre durante el reinado del emperador Nerva, ya anciano, por lo que se intuye un punto de inflexión futuro por la aparición de Trajano, el soldado emperador (el casi paisano de Itálica), y la acción transcurre en la frontera del Danubio, en Hungría, con una serie de enfrentamientos con los pueblos bárbaros de la zona. Todo el peso de la obra se centra en la acción bélica en sí, en los enfrentamientos con los pueblos nativos, en la expansión del gran imperio romano, pero visto desde un punto de vista heróico, de salvadores del mundo antiguo, no olvidemos que ellos invadían territorios para anexionarlos a su imperio, pero que igual que se aprovechaban de los recursos naturales y de las personas, también dejaron una impronta positiva, hicieron innumerables e inolvidables aportaciones en forma de construcciones civiles importantes (acueductos, calzadas, teatros...), cultura, derecho, gastronomía, etc.. e incluso llegaron a tratar como ciudades del imperio sitios que empezaron como simples campamentos, o ciudades nativas sin relevancia antes de su llegada. Esta es la historia de una civilización fascinante, que junto con la griega sientan las bases de nuestra cultura mediterránea, y a mucha honra.