Comentarios de lectores del libro El papiro de Sept
PISANO Para decirlo desde el principio y en clave de humor, con “El papiro de Sept” Isabel Pisano ha escrito la antologÃa del disparate de la novela. Yo opino que, efectivamente, en todas, o casi todas las épocas, asà como en las biografÃas, etc., existen, en las versiones autorizadas, suficientes fisuras aprovechables para redactar una buena obra de ficción, pero también soy de la opinión de que hay testimonios y pruebas documentados que no deben ser desdeñados ni, sobre todo, irreflexivamente alterados. Me parece una falta de respeto a los hechos y a los investigadores. Y al lector quien, si tiene conocimiento de los episodios referidos, captará de inmediato los disparates y absurdos, y si no tiene información previa al respecto, puede dar por bueno lo leÃdo y, tal vez, hacer el ridÃculo más adelante si se presenta la ocasión de tratar el tema. Tampoco creo que una novela deba ser la plataforma desde la que verter opiniones subjetivas y discutibles, más propias de un editorial de diario radical que de una obra de ficción. En este aspecto, el libro peca -y mucho- de demagógico y propagandÃstico. Si hubiera que enunciar y desenmarañar los innumerables “deslices” de la autora, se necesitarÃan, quizá, otras 626 páginas, que son las que tiene el libro en cuestión, asà que reduciré al máximo la mención a los mismos. El papiro de Sept nace en Giza, en un Egipto que no es Egipto, sino la Atlántida, gobernada por gigantes que mantenÃan esclavizada a la raza humana y que adoraban a las vacas como diosas, etc., etc. Recomiendo encarecidamente a aquellos que tengan alguna noción de egiptologÃa, o a quienes en alguna ocasión hayan sentido curiosidad por las teorÃas sobre la Atlántida, que se abstengan de abrir el libro, so pena de sufrir un infarto antes de alcanzar la página 30. Bien, en su azaroso periplo hasta nuestros dÃas, el papiro, que unas veces está redactado en escritura jeroglÃfica (página 336) y otras en escritura cuneiforme (página 335) pasa por las manos de diferentes personajes de los que voy a obviar el harakiri biográfico a que los somete la autora, pero sà mencionaré que dos de ellos debaten con total naturalidad sobre laboratorios experimentales e ingenierÃa genéticaÂ… ¡en el siglo xviii! Y la última poseedora del papiro, antes de que llegue a manos de los protagonistas finales de la novela, es nada menos que Mariana Pineda, que tampoco es que sepa de qué se trata, o que intente descifrarlo, ni se entiende muy bien qué pinta en el asunto, pero ahà está, como otros varios de los personajes, o más bien “varias” porque, con una sola excepción entre aquellos que, supuestamente, tuvieron en sus manos el papiro, la novela destila un inconfundible tufillo feminista. De la redacción me limitaré a decir que, con honrosas excepciones, los autores procedentes del mundo del periodismo, nos tienen acostumbrados a un uso bastante deficiente de la lengua española, pero que éste es, con diferencia, el libro peor redactado que he tenido en mis manos en mucho tiempo.
Autor del comentario: MREGULO
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Una Novela entretenida. Con buenas referencias históricas, prolija y por momentos politizada (pero como dijo alguien por ahÃ: somos seres extremadamente politizados que odiamos la polÃtica).La Ficción es otro tema. Por momentos cuesta integrarse a la trama general.Discutible sÃ, pero eso no da pie a desacreditar un trabajo muy elaborado que realza a la Novela en su totalidad. El que quiera hechos reales, tendrá que ir a los libros de historia. Al que le guste la ficción mezclada con la historia se la recomiendo con gusto.
Autor del comentario: OSCAR326
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En muy pocos momentos entretenida, pero en muchos pesada a morir. Lo terminé por no dejarlo inconcluso, pero me costó y llevó mucho tiempo.
Autor del comentario: EDGAR PARRA
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