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Me ha costado mucho ponerme a escribir esta reseña, pero es que este libro me provocó tantas sensaciones que no encontraba las palabras para plasmar todo en unas pocas líneas. La casa de los espíritus es la historia de una familia a través de diferentes generaciones, donde la autora nos ofrece unos personajes muy dispares, pero a la vez únicos en su esencia. Son muchos los temas presentes en esta obra de la literatura y que, en mi opinión, podrían presentarse a través de varias dicotomías.En primer lugar, tenemos la importancia de la familia, la novela en sí gira en torno a las relaciones familiares de los del Valle-Trueba. Por un lado, vemos como esta familia con el paso de los años se empieza a desquebrajar, ya no solo en la relación padres-hermano/as sino también a nivel matrimonial. Parte de este distanciamiento gira en torno a la figura del patriarca de la familia, Esteban Trueba, un personaje conservador, machista, que tiene que exhibir su poder y virilidad allá por donde pisa. Pero a pesar de la pérdida de esa unidad familiar, son las mujeres de la familia las que logran establecer unos vínculos muy fuertes entre ellas que pasan de generación en generación, desde Nivea hasta Alba. Y es aquí donde se presenta la siguiente dicotomía. Aunque Esteban Trueba sea la misma imagen de un sistema patriarcal, Isabel Allende hace hincapié en el poder de la mujer poniéndolas como personajes centrales sobre los cuales se sostiene la historia. Son las experiencias y acciones de Clara, Blanca y Alba las que marcan los mayores acontecimientos de la novela. A través de ellas, Isabel hace una denuncia social contra la violencia machista y la desigualdad y nos introduce la lucha feminista a través del acceso de la mujer a la educación y su implicación en política.La lucha de clases es otro de los temas principales en esta intensa historia. En la segunda mitad de la novela, el ambiente se vuelve algo caldeado debido a la tensión social y política que viven los personajes. El lector sufre con esa sociedad y se sumerge en ese conflicto social con el que Allende hace sutiles referencias a Chile y su golpe de estado en 1973, después de que el socialismo ganara las elecciones. Así, nos encontramos con aristocracia vs clase trabajadora, libertad vs opresión, socialismo vs capitalismo, riqueza vs pobreza, conservadores vs progresistas, etc. Todo este contexto histórico se entremezcla con la espiritualidad y diferentes elementos sobrenaturales propios del realismo mágico tan característico de la autora. Los sueños, fantasmas y premoniciones, entre otras cosas, inundan la novela, especialmente a través de Clara, que nos hace ver que más que temer a los muertos, lo verdaderamente peligroso es la realidad del mundo que nos rodea. Además, el mismo título, La casa de los espíritus, hace referencia a esa casa de la esquina donde todo ocurre; unos vienen, otros van, y mientras tanto, la memoria y el pasado de unos se mimetizan con el presente y el futuro de otros a través de esas figuras espectrales que una vez fueron pero que a su vez, siguen existiendo en el corazón de muchos.La casa de los espíritus, una novela magistral con la que no podría haberme estrenado mejor para conocer a su tan reconocida autora. Una historia llena de amor en todas sus facetas, venganza, traición, lucha, fuerza, pasión, pero sobretodo, llena de vida.

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Releer La casa de los espíritus ha sido toda una experiencia.Isabel Allende sin duda tiene una gran capacidad narrativa, sabe manejar las palabras de tal modo que te ves inmerso en la historia desde el primer momento. Me encanta que la mayor parte de la novela esté narrada en tercera persona omnisciente, pero de a ratos tenemos retazos que nos hacen sentir como si la autora misma te estuviera contando la historia de sus antepasados. El ritmo es lento y pausado, de hecho tardé bastante en terminar el libro, pero fluye con total naturalidad. Se reconstruye la vida de generaciones enteras de esta peculiar familia, y pasamos de un personaje a otro casi sin darnos cuenta, porque un simple detalle permite que la autora nos describa a nuevos personajes o nos ponga al día con lo que están haciendo los que ya conocemos.Los elementos mágicos confluyen tan bien con la historia que ni siquiera parecen serlo: Rosa, con su belleza marina; Clara, con sus poderes mentales y adivinatorios; y todos los fantasmas que rondan por allí. Además, Allende no deja cabos sueltos. Sabe cómo va a desarrollarse cada momento de la historia, por lo tanto te va dejando pistas o directamente te adelanta algunos hechos, de modo que cuando ocurren todo cobra sentido. Esto incluso puede verse en detalles muy pequeños, como los libros mágicos del tío de Clara. Así como este hay un montón de ejemplos en la historia, tantos que en una relectura podrías encontrar mil detalles nuevos.Si pensamos en los sucesos importantes de este libro, poco podríamos mencionar; ya que lo que destaca no es la trama, sino sus personajes. Como es natural, a algunos los odias, pero de la mayoría te encariñas. Clara, tan peculiar y mágica, ingenua y ausente, bondadosa y olvidadiza. La vemos crecer y madurar, siendo querida y mimada en exceso por la Nana, su familia, y su cuñada, pero no por eso se vuelve egoísta, todo lo contrario. Luego llega un punto en el que empieza a ver la vida de un modo más práctico, perdiendo la inocencia de su juventud y convirtiéndose en una mujer madura; y nosotros como lectores la acompañamos durante todos esos años. Algo que siempre me maravilló de ella es que, a pesar de ver su propio futuro y saber en lo que se estaba metiendo cuando se casó con Esteban Trueba, lo hizo de todos modos y nunca pareció arrepentirse.Entre mis personajes favoritos también están los mellizos. Nicolás es tonto, excéntrico e idealista, comete mil y un errores por su ignorancia y egoísmo, pero es carismático y tiene buen corazón, así que al final terminas encariñándote con él. Su hermano, Jaime, es todo lo contrario: un hombre sensato, callado y muy poco afectivo, que dedica su vida a hacer el bien a otros pero sin abrirse a las personas ni recibiendo nada a cambio. Me dan ganas de abrazarlo y decirle que ya va a llegar su momento de ser realmente feliz, porque una persona tan buena no puede vivir siempre en la soledad. Su amor por Amanda es muy tierno, pero detesto que se base en la idea de la chica frágil a quien proteger.De Esteban Trueba es difícil hablar. Hace cosas terribles, violó a un montón de mujeres inocentes porque sabía que podía salirse con la suya, considera a los campesinos unos ignorantes y no los trata bien; es machista, violento, mandón, imprudente y, en resumen, un ser humano detestable. Cualquier otro escritor lo habría convertido en el villano. Isabel Allende, sin embargo, nos habla de él con el cariño de una nieta, ya que sería Alba quien estaría contando la historia. No intenta ocultar ni justificar las calamidades que cometió, pero nos lo presenta como un hombre lleno de defectos que cometió crímenes de los que ni siquiera es consciente, y nos toca a nosotros hacer nuestro propio juicio. Su forma de pensar tristemente era la que predominaba en la época, y a través de él la autora trata temas importantes como el maltrato que han recibido durante siglos las personas pertenecientes a los pueblos nativos y las miles de violaciones que quedaban impunes porque las mujeres pertenecían a una clase social menor.El contexto político está siempre presente; aunque sea de forma sutil, inevitablemente te lleva a pensar en América Latina. La gran influencia católica, la mezcla cultural, el impacto de las guerras europeas y los cambios que trajeron en Latinoamérica, la llegada de inmigrantes, las diferencias entre clases sociales, la impunidad de los poderosos? todo esto en segundo plano, como telón de fondo para lo que está sucediendo con los personajes. Pero luego las cosas empeoran cada vez más, y cuando habla de la dictadura militar y la forma en que afectó al país sencillamente me hace temblar de miedo y dolor y rabia, porque en mi patria aun duelen las heridas dejadas por la dictadura: los muertos, los torturados, los desaparecidos, los veteranos de una guerra sin sentido. Sin necesidad de dar nombres específicos, Isabel Allende representa el terror que se vivió en esa época, dejándote el corazón en un puño.En cuanto a los romances, la mayoría de las historias de amor de este libro se dan de forma inmediata, con solo cruzar la mirada ya está sellado su destino; son amores trágicos, no correspondidos y prohibidos. Esa es la parte que menos me gustó del libro, ya que yo refiero los romances tiernos y de desarrollo lento. Algunas de las relaciones de este libro no me parecen muy sanas aunque la autora tampoco te dice que lo sean, y los personajes sufren demasiado para mi gusto, pero como luego estos amores tienen una gran importancia en la trama y en el desarrollo de los personajes, en algún momento terminas por creer que se aman irremediablemente.En fin, me parece que ya he dicho demasiado. La casa de los espíritus es uno de esos libros que no dudo en recomendar a todo el mundo, puesto que el estilo de Isabel Allende te cautiva; si te dejas llevar puedes conocer y enamorarte de un montón de personajes de múltiples facetas y llenos de defectos. El realismo mágico es uno de esos géneros que solo leo cada tanto, y sé que volveré a las obras de esta autora cada vez que me sienta con ganas de leer sobre mi cultura latinoamericana con un toque de magia.

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Hacía más de un año que este libro iba y venía de mis manos y nunca podía empezarlo.La primera vez que lo vi fue cuando tenía mi tienda de libros usados y había llegado una versión bastante vieja, con una tapa poco llamativa y una fuente de impresión bastante diferente. Ya era consciente de la reputación de Allende en el mundo literario. Sabía que la brecha era muy estricta entre la gente que la amaba o la detestaba, había leído muy pocas críticas que estuvieran en el medio, y eso a su vez me generaba más curiosidad todavía, si era posible. Y también sabía que ésta era su primera novela y que fue el gran boom literario latinoamericano, debajo de Cien años de soledad. Todo ese hype en plan clásicos de culto me generan un poco de miedito y siempre dejo ese tipo de libros para leerlos en el momento en que no tenga nada empezado, cuando estoy más tranquilo, con más tiempo, con más animo, etc. y éste era un libro bastante largo, con una prosa no tan sencilla y con un argumento muy amplio entonces siempre lo tenía allá lejos, pero sin perderle de vista, siempre repitiéndole el próximo serás vos, el próximo serás vos... Por supuesto, eventualmente el libro se vendió y perdí la oportunidad de leerlo nuevamente, y no me apetecía leer semejante libro en electrónico. En fin, pasaron los meses, y como si el universo lo hubiera planeado todo, me encontraba en un bache (de lector y de escritor), y me puse a ordenar y tirar cosas de un par de muebles cuando encuentro bien escondido en un rincón, una pila de tres o cuatro libros de bolsillos que habían quedado apartados de las tantas veces que compré lotes de libros para la tienda, y arriba de todos estaba esta novela. de más está decir que solté todo lo que estaba haciendo y me tiré en la cama a leerla.Esta novela es un viaje de ida. Sumergirte en las historias de esta familia es una experiencia increíble, te succiona desde el momento en que te das cuenta de que ésta no es la típica saga familiar. al principio me costó seguirle el hilo. No porque no me enganchara la historia, sino porque me llevó varias páginas acostumbrarme a la prosa de esta autora que consiste en oraciones larguísimas, utiliza pocas metáforas y carece de diálogos. Una vez que te acostumbrás a esto, despegás y no parás más.No quiero hablar mucho sobre el argumento porque no quiero entrar en spoilers y también porque quiero que vayan descubriendo por ustedes mismos todas las idas y venidas, desgracias, fortunas, injusticias, amor y lucha por ideales que están representados en esta novela.Puedo sí afirmar que es una novela cruda, que muestra con muchísima realidad hechos crueles e injustos, así como también detalla con mucha simpleza momentos enternecedores, no cae en el pesimismo, irradia esperanza y, como si no pudiera ser mejor, está escrito desde una perspectiva feminista. Los toques de realismo mágico están tan bien incorporados que ni siquiera te das cuenta, simplemente te dejás llevar...Dudo muchísimo que olvide a estos personajes, los cuales he acompañado por cientos de páginas a lo largo de su vida, y que entre mis favoritos están Clara y Férula. Sus personajes fueron muy, muy, muy bien desarrollados, creados, ejecutados y ubicados. Y bueno, tampoco puedo dejarlo afuera Esteban Trueba, que pese a ser todo lo que está mal en el mundo, la perfección con la que está construído su personaje no entra en palabras.Lo único negativo que puedo destacar fue que el ritmo se pierde un poco llegando a la tercera parte del libro cuando comienza el Golpe de Estado y hay páginas y páginas y páginas de contexto que me costó mucho seguir por una cuestión de poco entendimiento de la situación o del dialecto que se empezó a utilizar. Una vez superado eso, la historia sigue normalmente.El epílogo me fascinó. Es más, lo leí dos veces una vez que lo terminé, quizás fue un modo de no animarme a soltarlo, pero sí, fue hermoso. El cierre de las historias fueron perfectos, algunos enternecedores, otros te desgarraban el alma, pero no sin dejar ese atisbo de esperanza, de que todo pasó por algo, que todo encajó.En resúmen, fue una novela hermosa, una experiencia como pocas, y me sirvió para conocer a esta autora latinoamericana de la que tanto me hablaron y siempre esquivé.

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La casa de los espíritus es la historia de una saga familiar, llena de muerte, de amor y de magia, centrado en la figura del despótico y tirano patriarca Esteban Trueba, y todas las personas que pasaron por su vida durante los noventa largos años que vivió. Muchos personajes se van a cruzar en esta historia, mientras el protagonismo va galopando de uno a otro conforme la trama va avanzando, pero siempre con la figura de Trueba como eje central.Si os soy sincero, pese a que al final me ha encantando la obra y ha sido muy gratificante leerlo, me costó mucho meterme en la historia. Los dos o tres primeros capítulos me dejaron un poco desconcertado. Quizás tenía unas ideas preconcebidas sobra el libro y no me esperaba un protagonista tan detestable como Esteban Trueba. Es un villano hecho protagonista y a veces las barbaridades que hacía me costaba asimilarlas, sobre todo cuando las narraba en primera persona. Pero en cuanto empezaron a aparecer los personajes femeninos, que hay muchos y bastante interesantes, se relajo esto y ya solo fue disfrute.Aunque el libro está narrado por una tercera persona que está contando la historia, a veces, había trocitos narrados en primera persona por Esteban Trueba que, como ya he dicho, al principio me sacaban un poco de mis casillas. Pero finalmente me parecieron un recurso bastante interesante, ya que mientras que cuando el narraba justifica sus acciones, cuando volvíamos a la tercera persona, eramos capaces de comprender la magnitud de su egoísmo y maldad. Un detallito que tampoco me gustó es que hay demasiadas escenas de maltratao animal. Demasiadas. Hay muchos personajes en esta obra pero los que destacan mucho son el mismísimo trueba, Pedro Tercero, Miguel, y mis favoritas, el trío que representan Clara, Blanca y Alba, abuela, madre e hija. Quizás Clara ha sido mi favorita porque me ha parecido que dentro de su pacífica actitud, era la más justa con los demás y tanjante ante las acciones de Esteban, su marido. Alba también me ha gustado mucho, sobre todo en los últimos capítulos, que son una pasada. Un personaje maravilloso, que se ha quedado muy desaprovechado es Tránsito Soto, necesitamos una novela sobre ella. Una de las cosas más disfrutables de la novela, es ese contexto histórico, la transformación que sufre Chile a lo largo de todos estos años. Esa derecha que creía tener el poder para siempre, como un derecho divino, que finalmente va perdiendo poco a poco cuando las personas más humildes empiezan a alzarse y reclamar sus derechos. Como la victoria de la izquierda, es ensombrecida por las estrategias de la derecha, con un golpe de estado como resultado. Flipante lo bien reflejado que está, como se va fraguando todo. de las cosas que más me han gustado.Me ha sorprendido ver que la parte más mágica de este realismo mágico, llega un punto en la novela que prácticamente desaparece y se vuelve solo realista. Los últimos capítulos son durísimos, y rompen un poco con la tónica de la novela, y lo hacen en el buen sentido, porque son espectaculares. de hecho esta parte mágica es aportada, principalmente por Clara, mi personaje favorito de la historia. En difinitiva, me ha gustado mucho y aunque no ha sido todo lo que esperaba después de años de expectación, sí que me ha parecido una obra muy buena.

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Blanca sostenía que había que dosificar la lectura, porque había cosas que no eran apropiadas para su edad, pero su tío Jaime opinaba que la gente no lee lo que no le interesa, y si le interesa es que ya tiene madurez para hacerlo 🇨🇱 Isabel Allende . Lo que más había oído sobre la novela antes de leerla, era su parecido a Cien años de soledad. Luego de leerla debo decir que estoy de acuerdo. Existen varias similitudes. La historia se centra en las vida de varias generaciones de una familia posicionada en un país en América Latina. Hay realismo mágico presente, tanto en la descripción de algunos personajes, como en situaciones que occurring a lo largo de la novela. Vemos la vida y las dolencias de la sociedad representadas en la novela. Me parece que hay mucha más política presente en esta novela que en la de García Márquez. Claro que tiene sus diferencias, pero me atrevería a decir que es probable que a las personas que les gustó Cien años de soledad también disfrutarán de esta novela, y vice versa. . La historia me atrapó, me conecté de manera fácil y rápida con los personajes, ya fuera porque les cogiera cariño, o todo lo contrario. Aunque nunca se dice que la historia se desarrolla en Chile, la historia y la política narrada la ubica sin duda en el país. La manera en la que la política se inserta en la historia me pareció muy acertada, no se sentía pesado, sino que encajaba con la historia. La obra permite que como latinoamericanos nos cuestionemos sobre nuestra sociedad y las distintas luchas sociales actuales. Fue imposible, para mí, leerlo sin pensar en la actualidad colombiana. . Esta novela la leí como parte de una lectura conjunta que organizó @cangrejolector y me encantó poder comentarla y compartirla con los otros participantes. Es la segunda novela que leo de Allende, y ambas las he disfrutado. Sé que hay muchos seguidores de Allende, por lo que les pido que me cuenten cuál es su novela favorita de la autora para decidirme por cuál seguir 🌊📚🏊🏽‍♀️

Comentarios de lectores del libro La casa de los espíritus