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Telefónica de Ilsa Barea-Kulcsar

de Ilsa Barea-Kulcsar - Género: Histórico
libro gratis Telefónica

Sinopsis

«¿Es cierto que cuando oyes silbar las bombas ya no te pueden dar?» se preguntan temerosos los corresponsales extranjeros mientras cruzan la Gran Vía madrileña. Han venido a España para cubrir la guerra civil y cada día envían sus crónicas desde la central de la Telefónica, sede de la oficina de censura para la prensa extranjera. Es el edificio más alto de la capital, el primer rascacielos del país, y los aviadores alemanes tratan a diario de bombardearlo para aislar las comunicaciones de la República. Allí llega un buen día la voluntaria alemana Anita Adam, pequeña, rolliza, independiente y muy decidida. La han asignado a la oficina de censura ya que habla varios idiomas. Su modo de ser autónomo choca de pleno con el machismo de los españoles y con el rol subordinado de las españolas, siempre esposas o amantes. Allí, en el enorme edificio que tiembla bajo las bombas de los junkers y los obuses del quince y medio, refugio inexpugnable y prisión asfixiante al mismo tiempo, permanecerá inalterable la pequeña Anita, trabajando a la débil luz de las lamparillas de su escritorio. Ilsa Barea-Kulcsar escribió una vibrante novela basada en sus propias experiencias de guerra, en el Madrid sitiado en el que todos desconfían de todos y en el que ella encontró el amor de Arturo Barea. El texto, que ha permanecido inédito durante ochenta años, lo concluyó el día antes de que, cautiva y desarmada, la Segunda República sucumbiera.


Telefónica de Ilsa Barea es el primer libro que he leído en este año 2020 y no ha podido ser mejor comienzo. Muchos de los libros que me regaló mi padre en mi adolescencia, han llegado a estar entre mis favoritos y uno de ellos fue la trilogía de Arturo Barea, La forja de un rebelde, el que fue jefe de Ilsa en la oficina de censura y posteriormente su marido.Construido en 1926 por el arquitecto Ignacio de Cárdenas el de Telefónica, era el edificio más alto de España lo que le hacía ideal como centro de comunicaciones para la República y como diana para los obuses de los fascistas. Ilsa Barea nos cuenta su experiencia en el Madrid asediado, junto con la historia de amor de la periodista alemana Anita Adam y el comandante de la Telefónica, Agustín Sánchez, que no es otra que la suya propia con su jefe en la oficina de censura, Arturo Barea. Lo que se nos ofrece es la visión de una extranjera inteligente de aquel momento histórico crucial para España.Anita y sus amigos periodistas extranjeros resumen la situación con una sola frase esto es otro mundo. Madrid está rodeada por los fascistas y bombardeada por aviones alemanes e italianos y sin defensa antiaérea. La Gran Vía o avenida de los obuses era el escenario casi diario de estos bombardeos. Pero no creo que este sea tampoco el tema de la novela. Lo importante aquí es la gente que resistía día a día esta situación. Las mujeres que salían en busca de comida, las muchachas que seguían haciéndose rizos y pintándose los labios entre llamaradas que buscaban masacrar a civiles. Quiere dar testimonio imparcial de la verdad: pronto no se entenderá cómo fue. Surgirán leyendas que ocultarán a los hombres vivos o ya muertos que no quisieron someterse y no se entregaron porque no les parecía justo. El verdadero personaje es el pueblo de Madrid. El edificio de trece plantas y dos sótanos representa al pueblo de Madrid. Anita va presentando el elenco de personajes ficticios con fondo real que allí se mueven como hormiguitas: periodistas extranjeros, conserjes, telefonistas, soldados y una inmensidad de refugiados amontonados en los sótanos que provienen de los suburbios y pueblos de Madrid. Allí conviven la lealtad más profunda para con el gobierno legítimo con los espías y las traiciones más dolorosas. Allí tenemos un cuadro preciso de la izquierda española con sus contradicciones y su eterna división que siempre la hace tan ineficaz. Telefónica es también una novela que nos muestra la visión de muchos personajes con creencias diferentes que nos hacen ver el crisol que era la población española y extranjera atrapada en la ratonera del rascacielos.Telefónica pone además de manifiesto el carácter machista de los hombres españoles de la época. La situación de la mujer que sigue atrapada en un mundo retrógrado, donde una mujer culta e inteligente como Anita y que además no se deja mandar por los hombres sin presentar batalla. Aquí vemos el duro trabajo de unos censores sometidos a la ley marcial y víctimas constantes de vigilancias y sospechas.Lo que más me ha llamado la atención es el carácter intimista de la prosa de Ilsa Barea. La suavidad con que transcurre la historia. Mientras que Arturo Barea cuenta esos días desde su punto de vista, siendo él y sus temores el eje principal, Ilsa ofrece la historia común de un grupo de personas, con su pasado y sus miedos y sobre todo, personas sin futuro.Nos muestra en definitiva, el coraje y sacrificio del pueblo madrileño que demostró su entereza y resistió hasta el límite de sus fuerzas. Acabo de leer en el periódico la noticia de la entrega de Madrid. Las tropas del general Franco han entrado en la ciudad. Las mujeres y niños han mendigado pan a los soldados, los hombres cigarrillos. Han izado la bandera de la España nacional en lo más alto del edificio de la Telefónica, el rascacielos que durante los años de asedio fue el más bombardeado y tiroteado.
Ilsa Barea-Kulcsar fue una periodista austríaca. Socialista convencida, su lucha contra el fascismo la llevó a España en 1936, destinada al departamento de la censura en el edificio de la Telefónica.La telefónica es el edificio más alto de Madrid y, por tanto el más bombardeado por los alemanes e italianos. Durante 4 días, asistimos a la vida frenética dentro de la Telefónica en un libro que mezcla realidad y ficción con el personaje de Anita Adam, como hilo de unión de la historia.Hubo una época que veía mucho este libro, me picó la curiosidad, lo cogí de la biblio y cuando ya lo tenía en casa, no me apetecía porque creía que me aburriría. Así soy yo, contradictoria y sin necesidad de nadie más para crearme expectativas para luego desmontármelas. Pero como devolverlo sin leer no lo contemplaba, lo empecé sin estar muy convencida, y se me terminó la tontería sinsentido al instante. El libro empieza moviéndose, en plena acción, sin presentación de personajes ni una introducción paulatina y esto me gusta. Así que me enganché rápido y me ventilé medio libro en una tarde. Son 4 días de un no parar continuo, siempre en vilo temiendo por el ataque fatal, con una prosa directa, desde perspectivas diferentes, y un fin claro: contar la verdad interior (palabras de la autora) de este emblemático edificio de Madrid, que te traga y te escupe en los pasadizos de la torre de comunicaciones. Es la primera vez que se publica en formato libro. Esta edición, incluye el relato Madrid, otoño de 1936, también de Ilsa y un postfacio de Georg Pilcher que nos cuenta más sobre la autora y sobre que quería conseguir con Telefónica. Mi único pero: varias mujeres enamoradas, encaprichadas o convencidas de que tienen derecho sobre el mismo militar, y como él se relaciona con ellas.