En la mente de David Stellman se habÃa producido un cortocircuito. Y otro cortocircuito —o quizá el mismo— habÃa dejado sin luz el rascacielos neoyorquino en el que se encontraba. Ambos estaban colapsados: el hombre atacado por la amnesia; el edificio privado de la energÃa que daba sentido a su gigantismo. Y la violencia se desató con la extraña caÃda del magnate desde el piso 22. La luz volvió al edificio, pero David tenÃa que atravesar un túnel de terror antes de recuperar su propia lucidez. Un túnel donde el asesinato brutal parecÃa algo sin importancia.