Quinto Horacio Flaco (65 a. C.-8 a. C.) es uno de los más grandes poetas de la Antigüedad. Hijo de liberto, estudió en Roma y en Atenas, donde entró en contacto con el epicureÃsmo. Su reflexiva poesÃa alcanza una perfección formal y una plenitud que constituyen la esencia de lo clásico.
Las Sátiras están formadas por dos libros, publicados en los años 35/34 a. C. y 30 a. C. respectivamente, que forman un retrato crÃtico, a la par que humano, de la sociedad del tiempo de Horacio asà como una reflexión sobre el origen, el papel y los lÃmites del género satÃrico. Quince sátiras de costumbres que apuntan al vicio y la insensatez (sobre el infortunio, la envidia, la avaricia, las pasiones, la superstición o el olvido del justo medio) y tres sátiras literarias que han pervivido a lo largo de la historia y que hacen de su autor uno de los grandes modelos de las modernas literaturas europeas. A diferencia de otras piezas de este género, por ejemplo las de Juvenal (también en Biblioteca Clásica Gredos), las sátiras de Horacio carecen de un tono amargo y agresivo: se caracterizan por su tolerancia y moderación, invitan a contemplar la locura humana sin adoptar una posición de superioridad, y sólo a partir de esta contemplación divertida surgen las ideas morales.
Diez años después de su segundo libro de sátiras, Horacio publicó el primero de las EpÃstolas, que él autor tenÃa por una prolongación del mismo género, aunque también invitan a considerarlas como una novedad en el panorama de los géneros poéticos. En ellas Horacio se dirige a personas concretas para expresar ideas personales, y se muestra más serio, preocupado básicamente por los temas morales y los principios de la composición poética. De ellos se ocupa especialmente la última y más extensa de las epÃstolas, la llamada Arte poética, testamento literario del autor, que durante muchos siglos permaneció como norma en la poesÃa de todos los paÃses de Europa.