El celo, el “estro” femenino, es el cebo biológico que moviliza a los machos. En la raza humana el celo cÃclico ha desaparecido y es permanente. Esta disposición continua para la fecundidad logra fundamentar la asociación, la participación, el vÃnculo. El contrato sexual, origen del sentido de parentesco, del altruismo y del lenguaje, es el cimiento de todas las pautas de conducta que hoy dÃa configuran la existencia humana. ¿Qué es lo que lleva al hombre y a la mujer a formar pareja duradera? ¿Por qué perdieron las hembras humanas su época de celo, convirtiéndose en las únicas hembras del reino animal que pueden gozar del sexo en todo momento?
Este libro analiza y responde éstas y otras preguntas basadas en una teorÃa antropológica que avivará la actual polémica acerca de los orÃgenes del hombre.