El primer cuento de este libro lo escribà en el 78. El último, hace unos meses. No proporcionan una visió consoladora ni tienen un final optimista. No creo en los finales felices. Una nena con leucemia. Una clase de literatura en un penal. Mujeres fisuradas. Insomnios, fantasmas. Parejas en el precipicio. Padres e hijos fatalmente en desencuentro. Traiciones, humillaciones, resentimiento. Los paisajes están sombreados por las miserias humanas de una terminal de micros. Los personajes esperan o huyen. A veces se dejan estar. PodrÃa decir que se trata de ficciones, pero siento que a veces están más cerca del documentalismo. Escribà estas historias por necesidad más que por gusto. Sin demasiada esperanza, como decÃa Karen Blixen, pero sin desesperació.
En estas historias, Guillermo Saccomanno, experto en narrar los desequilibrios y sus consecuencias, da voz a un puñado de seres al borde del abismo. DifÃcil no identificarse. El arco expresivo es variado pero siempre implacable. La literatura y la escritura como religió, con un lenguaje afinado al extremo.