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El genio del idioma de Grijelmo, Alex

de Grijelmo, Alex - Género: Ficcion
libro gratis El genio del idioma

Sinopsis

¿Qué es lo que nos hace identificar palabras como propias o ajenas, o asignarlas a una u otra lengua?: el genio de cada idioma, que alcanzamos a identificar someramente incluso aunque no lo conozcamos.

"Si usted lee der schwankende Wacholder flüstert, sabrá que está ante una frase en alemán. Y pensará que se ha topado con el inglés si ve en un texto before it is too late. Y no dudará que se escribió en italiano la frase e'un ragazzo molto robusto che non presenta particolari problema. Si escucha la palabra cusa en un contexto español, pensará que es un vocablo que usted desconoce pero que probablemente existe (porque sí están en nuestro idioma "casa", "cesa", o "cosa", o "musa", o "rusa", "lusa", o "fusa"). Aunque en realidad no exista. Pero a usted le sonará español si las palabras que la rodean son castellanas. Y, si es usted español, no le cabrá ninguna duda de qué lengua tiene ante sus ojos si lee txamangarria zera eder eta zera nere biotzak ez du zu besteroik maite. En efecto, es euskera.

¿Qué es lo que nos hace identificar palabras como propias o ajenas, o asignarlas a una u otra lengua?: el genio de cada idioma, que alcanzamos a identificar someramente incluso aunque no lo conozcamos. Esta obra se pregunta —y procura algunas respuestas— sobre el genio del idioma español. Qué le gusta y qué rechaza, cómo se comporta desde hace siglos y cuáles son sus manías y sus misterios. Sabiendo todo eso, adivinaremos mejor cómo somos nosotros y cómo va a evolucionar nuestra lengua.


Reseñas Varias sobre este libro



Ya había leído este libro cuando estaba estudiando la licenciatura, y aunque en ese momento me pareció bastante bueno, ahora que ya he trabajado y que he aprendido mucho más sobre el idioma y los detalles que son importantes para mi carrera se sintió muy diferente. Mucho de lo que menciona Grijelmo lo he aprendido en otros cursos y ya he tenido la oportunidad de verlo en el trabajo y tiene mucho más sentido. Definitivamente un libro que seguiré recomendando a mis estudiantes. non-fiction1 Alejandro167 4

Para leer este libro el genio del idioma español te pedirá orden. Recuerda que el orden las palabras determina el orden en el pensamiento. Yo soy una persona caótica pero suelo ser ordenado en la sintaxis, te sugiero, dejarte poseer por el espíritu interno de la lengua con este libro divertido y práctico en la enseñanza y lecciones que el genio del idioma te aportará con su toque de lentitud y paciencia en el idioma español.

Disfrut.anthropology language1 Brian90 1 follower

Un libro que me puso a sonreír desde sus primeros párrafos. Una obra de literatura, para la literatura.

Cómo me hizo amar mi idioma y a su genio.

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“La lengua es la mayor de las democracias, no sólo porque todas las decisiones las acaba tomando o ratificando el pueblo sino porque agrupa también a los que nos precedieron y a los que vendrán.”

“El genio que por pura coherencia llamó «cardenales» a las autoridades eclesiásticas pues vestían de cárdeno, el mismo que sólo ha permitido a unas pocas consonantes ser final de palabra, que ya sólo deja crear verbos terminados en -ar, el que adoptó encantado la palabra «locomotora», el que cuidó del orden en la lengua y de los sonidos agradables, el que pretende con toda claridad que lo escrito se parezca mucho a lo hablado, difícilmente cambiará de criterio ahora, ante unas innovaciones técnicas que a él no le parecen tan importantes y que seguirán necesitando sus palabras.”

“Esa novedad también encuentra un parangón muy claro en los periódicos (inventados hace ya algún decenio que otro), que destacaron siempre con letras de caja alta los titulares, y que aumentan o reducen los cuerpos de los tipos según crece o mengua la importancia de la noticia. La tipografía también es el mensaje. Los titulares gritan al lector (gritan más o gritan menos) para atraerle y avisarle de la importancia de ese texto.”

"Hace apenas treinta años, numerosos periódicos utilizaban las versales para sus titulares, y jamás aparecían las tildes en ellos porque las virgulillas se salían de la caja o chocaban con la línea superior."

"También los mensajes que trasladaban las palomas se escribían con menos frases que aquellos que distribuirían más adelante los servicios de correos."

"Nuestra lengua no sería nada sin sus sonidos y sus combinaciones de fonemas, tan imperceptibles y tan perennes que hasta suenan con toda su fuerza en nuestra mente cuando sólo estamos leyendo."

"Para empezar, el genio no ha permitido una sola frase con más de ocho sílabas en la que no exista un acento que predomine sobre los demás (no estamos hablando de palabras, sino de frases; porque también existe una acentuación de frase). Eso ha ocasionado que el romance (la composición poética por excelencia en español) se base en las ocho sílabas por verso. Es la métrica del canto a lo llano en Castilla, de los corridos mexicanos, de la isa canaria, de las tonadas tradicionales chilenas, de la jota navarra o la aragonesa... y de sinfonías poéticas firmadas por Lorca, Machado o Rubén Darío."

"A efectos de cada cual, escriba cada uno lo que desee, y defienda aquello en lo que crea."

"La lucha de géneros. Se puede considerar que el genio del idioma es machista. Por ejemplo, obliga a elegir el masculino cuando se produce una lucha de géneros en la sintaxis. Si decimos «los niños y las niñas de este año son más altos que los del año pasado», al principio se produce una igualdad de géneros, pero luego se disuelve a favor del masculino en la concordancia."

En realidad, como explica Graciela Reyes, el significado no está en las palabras, sino en el reconocimiento de la intención con que se dicen las palabras."

"La palabra «pluma» tiene varios significados si la encontramos apoltronada en el Diccionario, pero sólo le daremos uno si la hallamos trabajando. En latín se escribía y pronunciaba exactamente igual que ahora (estamos de nuevo ante una palabra con miles de años, que nos ha llegado inalterada). Pero de aquel pluma, plumae a la pluma de la grúa, a la pluma del escritor (su utensilio o su estilo), a la pluma del afeminamiento masculino, o al peso pluma en el boxeo... van muchas decisiones del genio de la lengua gobernadas por su sentido económico. Las metáforas lexicalizadas han agrandado el sentido de las palabras: la hoja de papel, la hoja de la espada, la hoja de afeitar... el cometa y la cometa... la falda de la montaña... Y así como un escritor con buena pluma es alguien con estilo brillante, un actor con tablas es el que acumula mucha experiencia."

"Porque la precisión de nuestro genio ha alumbrado «este», «ese» y «aquel»; «aquí», «allí» y «allá» , y «yo», «tú» y «él», con sus correspondientes plurales en el caso de los pronombres y los adjetivos."

"Además, «tú» no significa lo mismo que you. Porque «tú» se ha circunscrito al tono familiar y cercano, mientras que you puede traducirse también libremente como «uno» («Uno va al cine...»), como «Nosotros» y como «usted». El español refleja una imagen del mundo en la que existen el tú y el usted. Y el nosotros y el nosotras. Por tanto, el significado español es intransferible."

"Por tanto, podemos decir que va contra el genio del idioma español ese uso, influido por el inglés o el francés, de un indicativo que debiera ser subjuntivo: «espero que vendrá», «confío en que lo hará» (pero sí es correcto «creo que vendrá»). El valor psicológico que le da el español a estos usos resulta interesante, porque no son exactamente iguales las frases «quizá tienes razón» y «quizá tengas razón»."

"Con las palabras del idioma español se pueden construir los textos más enrevesados pero también los más sencillos. La diferencia estriba en que el público suele apreciar mejor estos últimos. Algunos escritores -Azorín a la cabeza- han hecho de la sencillez su estilo, acompañada de la precisión porque siempre que se evitan las complicaciones y las ambigüedades se disfruta de la claridad. Y la claridad sólo tiene esos dos factores: sencillez y precisión."

"Muy de pueblo. El genio es también muy de pueblo, y a causa de eso puede encontrar en el terruño todo lo que necesita. Su verdadera esencia procede del mundo rural, por más que haya aceptado muchas propuestas de las clases cultas y urbanas."

"La conexión entre el estilo que se emplea en el Cantar de Mío Cid y el que mueve la pluma de Miguel Delibes es la pura melancolía del pueblo. Y éste siente tan clara la sintaxis y el orden de las palabras que puede prescindir incluso de un verbo. Se trata del mismo sentimiento verbal que experimentamos cuando debemos repetir una frase porque no se nos ha oído en la primera formulación."

"-Voy a viajar a Barcelona. -¿Qué? -Que voy a viajar a Barcelona. Es casi impensable repetir la frase sin introducirla con «que», un resto (igual que en los ejemplos citados) de la elisión del verbo «decir» («he dicho que»). El genio del idioma anda por ahí."

"Y está tan presente el verbo suprimido, que por lo común construimos la segunda frase en subjuntivo: -Ven aquí. -¿Qué? -Que vengas aquí."

"La ñ, en efecto, es un invento peculiar del español."

"Se considera que un 35 por ciento de las palabras que figuran en el diccionario se han construido dentro de la lengua, utilizando los propios recursos de que dispone el genio del idioma. Ese gusto por ejercer la innovación con el almacén propio resulta muy llamativo."

"En los hoteles nos dan ya una tarjeta para abrir la puerta de la habitación, y a ese instrumento lo seguimos llamando «llave», a pesar de que ésta no se parece en nada a aquéllas de sólido hierro que cerraban las mazmorras. Y se denomina «llave» porque lo importante no es su forma, ni el avance técnico que muestre, sino que abra la puerta. Que tenga la «clave» -su etimología- para pasar."

"Junto a aquellos términos rechazados, por supuesto otros sí arraigaron, pues cumplían las normas exigidas por el genio de la lengua: que fueran inteligibles y no resultaran superfluos."

"Inventos nuevos, palabras viejas."

"Un buen ejemplo es la palabra «dopaje», puesta en circulación por la Academia como alternativa a doping y que fue acogida inmediatamente por hablantes y periodistas. «Dopaje» atiende al genio del idioma («anclaje», «pelaje», «pillaje», «doblaje» ...) mientras que la terminación de doping jamás se habría incrustado con naturalidad en nuestra lengua. De cualquier forma, aún queda la posibilidad de que el genio alumbre, con su lentitud proverbial, una posibilidad más que se acerque a sus cromosomas propios y se aleje del préstamo. Tal vez «trampeo», tal vez «drogaje»... quién sabe."

"Estarán acudiendo así a sus propios cromosomas verbales, con los que sin duda se sentirán más cómodos porque se adaptan mejor a su pensamiento y al perfume de las palabras heredadas. Esta reacción colectiva es más tardía, pero también más duradera cuando de recuperar las viejas palabras se trata. Puede que la extensión de los anglicismos se produzca con mayor rapidez, pero con frecuencia se quedan sólo en el semblante del idioma, del que después desaparecen."

"Otra muestra de conservadurismo, en este caso gráfico, nos la proporciona la letra h. El fonema que le correspondía dejó de pronunciarse en latín en el siglo I antes de Jesucristo. Pero la h se mantuvo en la escritura como marcador genético: ahora nos ayuda a conocer la procedencia histórica de un término y a relacionar algunos entre sí («hielo» y «helada», «herrumbre» y «hierro) ... y a cometer faltas de ortografía."

"La letra x, por ejemplo. Esta letra va claramente contra el genio genuino del idioma español. Infinidad de hablantes no la pronunciaron bien durante siglos. Sólo personas con la prosodia educada eran capaces de articular correctamente este sonido. Y cada día oímos 'esamen', 'ekcepto', 'sacto' (por «exacto») o 'toras' (por «tórax»)."

"La x debería haber desaparecido de nuestro idioma, y la tendencia parecía clara: sistemáticamente, esta letra era sustituida por una j ('dijo' se convirtió en «dijo», 'tejer' evolucionó hacia «tejer», el griego 'paradoxa' se mudó en «paradoja» ... ). El vulgo lo tenía claro: le molestaba esa pronunciación, que casi se desvaneció en las palabras patrimoniales."

"Pero los cultismos que entraron con legajos y papelajos respetaron la x, tanto los latinos («máximo», «explicar»...) como los griegos («galaxia», «ortodoxo»... en este último caso con la misma etimología final de «paradoja»)."

"No es difícil suponer que el genio aceptó la letra a regañadientes, como ya hemos visto que hizo con otros muchos paquetes que llegaban por la vía culta, puesto que lo arreglado por un lado se descomponía por el otro."

"Las distintas calles que podemos transitar con las frases y las oraciones tienen esquinas, cruces, baches, portales, parques, coches... y por eso necesitamos semáforos y guardias de tráfico para organizar nuestro discurso. El orden que ha establecido el genio de la lengua precisa también de señales que lo hagan cumplir, en forma de acentos, guiones, comas, interrogaciones. El genio los sitúa con sutileza, nunca detiene a nadie por incumplirlos y ni siquiera levanta la voz cuando nos aconseja un signo de exclamación."

"Tomemos las frases -iguales pero distintas- «ayer no pudo hablar con ella» y «no pudo hablar con ella ayer». En este último caso («no pudo hablar con ella ayer») se cumple el orden natural, porque la oración comienza con el sujeto (implícito, pues el genio del español no lo necesita expresar, en su tacañería) y continúa con el verbo y los complementos. Pero en el otro caso («ayer no pudo hablar con ella»), cambiamos el orden y colocamos la circunstancia en primer plano."

"Eso da un valor adicional a la primera palabra: «ayer». Así, resaltamos la circunstancia de que ayer no pudo hablar con ella, exactamente ayer. Mientras que en «no pudo hablar con ella ayer» este adverbio se halla en su lugar natural y no excede por ello de su significado concreto: estamos diciendo que el sujeto llamó a esa persona ayer y no pudieron hablar, sin más. Pero en «ayer no pudo hablar con ella», la desordenada presencia de «ayer» nos invita a pensar que los demás días sí hablaba con ella pero ayer, precisamente ayer, no pudo. El genio es así de sutil."
"Pero si colocamos cualquier otro elemento en ese lugar, le otorgamos el valor protocolario del sujeto y resalta así sobre el conjunto. «Raquel ya estaba aquí antes de que vinieras» no significa lo mismo exactamente que «antes de que vinieras, Raquel ya estaba aquí». Ni significan milimétricamente lo mismo «tú llegaste después que Raquel» y «Raquel llegó antes que tú». Porque el orden forma parte del significado, y el elemento por el que empieza una frase (en lo natural reservado al sujeto, a la persona) reina sobre el resto de la composición."

"El concepto de orden es común a todas las lenguas. Y en todas se dan estos cuatro tipos de palabras: las que expresan acciones o sucesos, las que designan objetos o cosas, las que nombran abstracciones o cualidades, y las que establecen relaciones entre unas y otras."

"No es lo mismo «yo cogí el arma» que «el arma la cogí yo». La frase desordenada altera sobre todo la percepción psicológica, cuando no el contenido entero."

"Que el desorden resulte significativo es una forma de mantener el orden de las cosas."

"Las sucesivas corporaciones de la Real Academia han intervenido para salvaguardar la etimología, pero el genio ha seguido actuando por su cuenta. Digamos que, para él, entre dos derechos iguales acaba primando el analógico. Quizás por eso prefirió «ventana» y su relación con «viento» a la voz finestra, que no podía relacionar con nada. Vale la pena tener en cuenta esta circunstancia cuando alimentamos nuestra lengua con palabras que se agotan en sí mismas."

"El ser humano tiende a cotejar: somos incapaces de observar un paisaje sin compararlo con otro, o un país sin contrastarlo con el nuestro. En el idioma sucede otro tanto, pues unas palabras nos llevan a las siguientes o a las parecidas, y gracias a eso construimos el pensamiento, merced a una enorme capacidad de deducción."

"Por eso el vocablo «refeo» circulará sin problemas por todo el ámbito hispano. Asunto distinto será el «¿cachai?» chileno («¿comprendes?»), perteneciente a un supuesto verbo «cachar» que sólo los chilenos conjugan con ese significado y que procede del inglés to catch."

"Vale la pena detenerse en este ejemplo. La Academia ha admitido una nueva entrada del verbo «cachar», además de las viejas que se refieren a «hacer cachos», a una forma de arar y a «cornear» (que en este caso viene de «cacha»). Pero esa nueva entrada de «cachar» se separa un tanto del genio del idioma y de los cromosomas tradicionales del español, y el genio no parece haberla bendecido. Dos formas de deducirlo son la incoherencia que supone y la falta de analogía que muestra, porque ese «cachar» anglicado significa en Bolivia y Colombia «agarrar al vuelo una pelota», y por extensión cualquier objeto arrojado al aire. En Cuba, El Salvador, Honduras y México equivale a «sorprender a alguien», «descubrirlo». Y en Argentina, Paraguay y Uruguay, a «burlarse de alguien». Y en Nicaragua o Perú, a «agarrar», «asir», «tomar». Y en Chile, significa «sospechar». Y en Cuba se añade la acepción «observar a alguien disimuladamente». Y en El Salvador, la de «conseguir algo». Para rematar, en Perú también entienden que «cachar» significa «practicar el coito»."

"Véase también la intuición popular con la terminación griega -itis, que significaba dolor o enfermedad y ha pasado al lenguaje médico para significar «inflamación». Pero tantas enfermedades terminan en -itis («apendicitis», «otitis», «gastritis», «artritis» ...) que el pueblo ha deducido el valor «enfermedad» que tuvo en el griego. Y por eso se dice de alguien que tiene «mieditis» si adopta una postura cautelosa, que sufre de «titulitis» si no aprecia a las personas en su verdadero valor sino sólo por sus diplomas, o que es víctima de la «medallitis», tanto si se procura la medalla al mérito militar como si se cabildea la del Congreso de Estados Unidos."

"Uno de ellos concierne a los significados: las analogías que se producen cuando una palabra crece en su sentido y se recrea en otra. La fuerza de la analogía nos ha invitado, por ejemplo, a decir «patada». ¿Por qué «patada», que viene de «pata», y no piernada, que vendría de «pierna», cuando la propina un ser humano? La percepción en ese acto de la violencia animal produce la analogía adecuada."

"Es el caso también de «cerrojo», que procede del latín verruculum o «barra de hierro» y que debería habernos dado «verrojo» . El vigor de «cerrar» hizo el resto."

"Ante ostium era en latín la plazuela situada delante de la puerta de una casa: «ante la puerta»."

"Y en eso reside la mejor garantía de que lleguen a fructificar. También en la vida las evoluciones lentas suelen ofrecer resultados duraderos; mientras que las transformaciones rápidas o violentas quedan habitualmente en precario ante eventuales acontecimientos de igual índole. Seguramente, el genio del idioma lo sabe muy bien."

"Y se añadieron o se adaptaron «chévere» (palabra de los negros esclavos que significaba «lo que está bien hecho»."

"Fueron los españoles quienes se inventaron la palabra «mestizo» (del latín mixtus, mezclado). Y seguramente a causa de su actitud de mezclar se han incorporado con tamaña naturalidad al español muchas palabras de los idiomas indígenas, tanto al que se habla en España como al que se reparte por los países del continente americano."

"No deja de tener importancia este hecho: fueron los analfabetos quienes crearon nuestra lengua, poseídos por el genio del idioma."

"«Si la reconquista militar pudo ser rápida, en muchos casos, la castellanización no lo fue de ninguna manera», dice el historiador mexicano."

"Después del siglo XVI el genio no admite con facilidad más palabras que puedan convertirse en patrimoniales (de ahí la dificultad ahora con los vocablos del inglés, tan actuales y tan poco capaces de evolucionar ante un personaje así de firme). Él considera que ya tiene una lengua construida y se tumba a sestear. A partir de ahí, todas las palabras serán prestadas (y a menudo con ánimo de devolución). Habrá excepciones, claro, pero éstas a su vez deberán atender a otras razones que considere válidas. Es juicioso y riguroso, ya lo hemos dicho. Y sí... parece que le gusta el «fútbol» ; tanto, que ha permitido su progreso en el idioma: futbolístico, futbolero, futbolista... Claro, la palabra pagó el peaje exigido y abandonó la vieja piel con la que llegó (football)."

"No obstante, el lingüista Walter Porzig ha venido a auxiliar a ambos, al genio y a la Academia: «los sonidos de la lengua», escribió, «cambian bajo las mismas condiciones del mismo modo»."This entire review has been hidden because of spoilers.Show full review1 comment David Sanz FernándezAuthor 2 books38

Me gustó más La seducción de las palabras, aunque tampoco está nada mal este genio. Un poco forzado en ocasiones para encajar todo el discurso, pero muy coherente en el contenido. Me han entrado ganas de explorar más la obra de otros autores en relación a la traducción y el por qué de las construcciones lingüísticas.1 Joanna45 3

Veo el español de manera diferente gracias a este libro ?1 Jeremy109 13

El libro en el acierto didáctico de su desarrollo caracteriza al idioma español hablando de él desde la perspectiva de una ser fantástico que posee cualidades definidas y reconocibles que permean cada palabra de nuestro idioma. El autor posee la facilidad expresiva que le permite conformar una narración ligera (que no poco rigurosa) dentro del marco de la divulgación que me es agradable de leer.
En la misma estela Álex Grijelmo me recuerda a Antonio Alatorre que dicho de paso es citado en este libro en alguna parte. Francisco López24 2

Un libro muy ameno y ligero. Perfecto para quien se interese un poquito en la filología pero no busque ser profesional. El personaje principal es un ser que es no es nadie y a la vez somos todos, hablantes, escritores, académicos, periodistas, copistas, etc. Una bella forma de ver la evolución de la lengua, sin dejar de estar muy bien documentada. Pedro Hurtado Ruiz1 review

«La lengua es la mayor de las democracias, no solo porque todas las decisiones las acaba ratificando el pueblo, sino porque agrupa también a los que nos precedieron y a los que vendrán.» Dayana30

El periodista Alex Grijelmo personifica al idioma español y hace una biografía que desmenuza de dónde viene y por qué ha evolucionado como lo ha hecho. Con un poco de filología que ejemplifica cómo se ha comportado en cada época y cómo hemos llegado a llamarle a las palabras como lo hacemos, este es un texto ideal para quienes no son profesionales de la lengua, pero que sí se apasionan por ella. Hugo Villalobos Canto41 1 follower

Nuestro idioma es hermoso. En este libro el autor nos retrata al castellano como un ser vivo, con una carácter y una personalidad, y nos explica como es que estas cualidades han formado a nuestro bello idioma a lo largo de su evolución. Jesús G.21

El autor divide la obra que nos habla de un "genio" el cual ha ido modificando el idioma español. Lo que me gustó del libro es entender las raíces del idioma español. Es un libro muy recomendable a profesores de español o para lingüistas o traductores. libros-que-leí-en-el-2016 Juan Cacho134 1 follower

Excelente libro para comprender la evolución de este maravilloso idioma, totalmente recomendable Pedro Trujillo383 2

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