«Deallà a dos años, no tendrÃa que encargarse ya de los problemas de los demás. VivirÃacon su mujer lejos del Quai des Orfèvres y de los palacios de justicia, dondese juzga a los hombres, en una vieja casita que se parecÃa a una rectoral, y,durante horas, permanecerÃa sentado en una barca amarrada a un piquete,contemplando pasar el agua y pescando con caña.» Pero ahora, Maigret esperaba aque le tomaran juramento de decir la verdad y sólo la verdad y nada más que laverdad en el Palacio de Justicia.