Este volumen reúne los versos de dos de los tres grandes poetas elegÃacos romanos (el otro es Propercio). Catulo (Verona, h. 84-h. 54 a.C.) fue, además, el creador de este género. De familia rica, viajó en su juventud a Roma, donde se introdujo en los cÃrculos literarios de los que darÃan en llamarse neotéricos o novi poetae («nuevos poetas»), quienes tomaron como modelos no a sus antepasados romanos, sino a CalÃmaco y a los poetas griegos helenÃsticos, asà como a lÃricos de siglos anteriores como Safo. Lo poco que sabemos de él es lo que revelan sus poemas, y lo principal de esto es su tempestuosa y apasionada relación con una mujer casada y bien situada, a la que se dirige con el nombre de Lesbia, pero que debió de llamarse Clodia en realidad. Catulo le dedica veinticinco poemas que abarcan todas las variantes del proceso amoroso, con múltiples y extremados altibajos. Estos poemas son los que más se recuerdan de su producción, que también incluye piezas de Ãndole diversa (incidentes de la vida diaria, sátiras, crÃticas polÃticas, epitalamios...). Albio Tibulo (h. 55-19 a.C.), al parecer un importante caballero romano, se distinguió también en el cultivo de la poesÃa elegÃaca. Amigo de Horacio y Ovidio, compuso dos libros de elegÃas, predominantemente amorosas, dedicadas a Delia (pseudónimo de Plania), a un muchacho (Marato) y a una chica (Némesis). Tibulo exaltó el amor romántico y apasionado, asà como la bondad de la vida en el campo, y dedicó varios versos a su amistad con el gran polÃtico M. Valerio Mesala Corvino (al que probablemente acompañara en varias campañas). Su poesÃa pone de manifiesto delicadeza de sentimientos, cultura sin ostentación y buen gusto, asà como un fino sentido del humor.