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Leer Sanguínea es como navegar por un río de sangre; sangre que fluye del cuerpo de la protagonista con cada menstruación, pero también la que emana de sus heridas sin cicatrizar: por la muerte de su hermano, el fracaso de su matrimonio, su maternidad frustrada y, por último, la sangre que acompaña al parto de un hijo que nunca será suyo.⁣ ⁣ El libro de Gabriela Ponce es crudo e intenso; no solo se lee, también se siente en cada víscera de tu cuerpo: hay pasajes que excitan por su sensualidad, otros que producen ansiedad y muchos que duelen, porque nos hablan de la vida tal y como es, sin adornos ni falsas esperanzas.⁣ ⁣ La protagonista del libro está pasando por un momento vital difícil, tras su divorcio, y eso la lleva a vivir distintas experiencias: afectivas, sexuales, relacionadas con el consumo de drogas y con una maternidad buscada, pero no deseada.⁣ ⁣ Todas estas experiencias harán que se encuentre consigo misma y descubra que en el sufrimiento también puede haber placer, amor y amistad, porque el dolor es algo que arrastramos con nosotras y que tenemos que aceptar como una parte más de nuestra vida, como esa sangre que emana cada mes de nuestro cuerpo llevándose consigo una parte de nosotras.⁣

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Esta es una novela en la que todo transcurre, como si se tratase de un gran río con enormes deltas, afluentes y cataratas. Así estamos ante lo líquido de cuerpos que se erotizan, se lastiman, huyen, cuerpos violentados. La singularidad de la escritura de Ponce es que esta violencia no viene desde fuera, ni de otros, en muchos fragmentos de la novela es el propio cuerpo el que ejerce su tiranía física. Es inmenso el trabajo de la autora con lo perceptible, las escenas más que ser narradas son trazadas en la piel del lector, porque prima el sentido del tacto, como si el personaje tuviera cientos de ojos en sus manos, de los que brotan imágenes en rizoma: la abuela, la madre y la hija; por ello es terrible el momento en que el personaje combate la decisión de dar a su hijo recién nacido, porque rompe con la consanguinidad familiar. de rupturas también trata la novela, rupturas de parejas, sajaduras entre la vida y la muerte con la delgada y fronteriza línea del delirio cuando no se sabe a ciencia cierta en qué parte de las dos estamos. Una nueva oportunidad para conocer la literatura ecuatoriana actual.

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La corporeidad se desliza en la novela como los patines de la narradora entre el asfalto. Ya desde la primera frase se acentúan los sentidos de la protagonista en torno a lo que roza su piel y el contacto con segregaciones corporales. A través del flujo de lo sensorial se configura el carácter de una mujer que disfruta patinando de noche, fundiéndose con otros cuerpos y sintiéndose arropada por la ternura que le profesa uno de sus amantes durante el sexo. La calidez que le dan estos encuentros se transmite con cada parte de su cuerpo, enfatizando así lo que siente sin florituras. Suavemente. El dolor y la violencia también se apoderan de cada gramo de su carne, dejando entrever las heridas abiertas que cartografían su cuerpo fruto del alejamiento emocional de su marido hacia ella. La piel que recuerda ese sufrimiento y que goza derritiéndose en otros individuos se cuestiona que un nuevo cuerpo nazca bajo su superficie, un nuevo ser que mediante su desarrollo reescribirá el cuerpo de la mujer y los sentidos de este.Las reacciones y transformaciones corporales que discurren por la narradora se compaginan con el vaivén emocional por el que ella navega. Los encuentros sexuales, las misivas con un hombre, el desarraigo doloroso de un matrimonio naufragado o las dudas ante una posible maternidad configuran un torbellino emocional contra el que lucha por no ahogarse en él. Este tránsito entre la separación y la vida durante y después de esta se traduce en un sinfín de actividades reconfortantes para ella que, a su vez, son una evasión de la realidad. Dentro de la dinámica afectuosa de la narradora hacia los demás nos confiesa que de las telenovelas que veía de niña emana su educación sentimental. El huracán pasional que estas ficciones seriales reflejan se plasma en cómo la protagonista se relaciona con sus parejas. A modo de ejemplo, ella reitera su atracción hacia los hombres con vello en el pecho debido a que le recuerdan a los personajes de telenovela.En Sanguínea los fluidos corporales riegan en todo momento la novela que discurre entre prosa, lirismo y diario de forma compacta sin que estos cambios de tipos de textos sean abruptos. Ponce los confluye sin que se pierda el ritmo de la historia ni la intensidad que late en ella. Con los sentidos a flor de piel, descubrimos a una narradora que relata fragmentos de su vida con un lenguaje descarnado.Lee la reseña completa en: https://elbohemiodehojalata.wordpress.com/ Enlace: https://elbohemiodehojalata...

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Sanguínea es una de esas lecturas que pudo haber sido cautivadora y desgarradora. Tenía prácticamente todos los ingredientes que busco en un libro: una trama que, como un nudo, fuera enrollándose a través del dolor, la pérdida, un lenguaje poético, las heridas, decenas de frases que como himnos balbucearan en los labios de mi cuaderno. Pero no ha sido así o al menos no como podría haber sido. Un exceso de corporalidad volvía a ratos lenta y desagradable la narración, corporalidad que quizá somatizada de otro modo podría haber sido un interesante acercamiento a la perspectiva de la carne. En esta obra todo tiene que ver con la sangre: el cuerpo, el amor, el sexo, el tiempo, la familia. Y no es este hecho el que me ha provocado dificultades en su lectura, sino quizá la obsesión por volver repetitivos y comunes esos lugares que podrían haber sido extraordinarios. La protagonista es una mujer rozando los cuarenta años que recorre tres caminos amorosos que le conducen hasta un mismo punto: las lágrimas, el desprendimiento y, finalmente, la maternidad. Estas tres relaciones no hacen sino confirmar una dura verdad: la huida solo la acerca más a sí misma. Pese a que toda la obra es como una exploración íntima de sus crisis, hacia el final del libro, precisamente cuando el formato cambia al de un diario, la palabra va abandonando paulatinamente el erotismo descarnado y se vuelve más rígida, pero también más certera. El amor genuino por los cuerpos se convierte en el amor genuino por las cosas. Internamente aún lidio con un sentimiento extraño, el no saber si he sido lo suficientemente hábil para admirar la pureza de su sangre. Releyendo sus fragmentos pienso en su intensidad, en su profundidad y en la irritable incógnita de si me estaré perdiendo algo más. Si la leéis o la habéis leído ya, contadme si os ha pasado lo mismo que a mí, si os habéis enamorado de una portada preciosa y si, una vez pasado el encantamiento del fuego, quedan brasas que avivar. Enlace: https://www.instagram.com/p/..