Por su rigor histórico obtuvo la Declaración de Interés Legislativo por el Senado de la provincia de Buenos Aires.
Mientras aguarda ser rescatada, encerrada en la casilla del leñador y presa del pánico ancestral que siente por las tormentas, Prudencia mira hacia atrás.
Su corta vida está marcada por la tragedia: la violencia de su madre, el abandono de su padre y el abuso de su padrastro, a quien debió matar para defenderse, condenándola a prisión.
La vida le da una nueva oportunidad cuando Doña Leonides de Aragón, mujer de la alta sociedad porteña, decide apadrinarla y presentarla como su sobrina. Oculta tras una identidad falsa, vuelve al mundo como Victoria Moro Bayón.