De las historias de Gilbert Keith Chesterton protagonizadas por el padre Brown, Jorge Luis Borges dijo una vez que aún se recordarÃan cuando el género policÃaco hubiese caducado. Pero en las historias detectivescas del padre Brown hay un rasgo que llama la atención: el protagonista no es un detective privado, ni un policÃa, ni siquiera un aficionado a resolver crÃmenes; es un sacerdote católico, toda una provocación, dado que Chesterton situó además a este sacerdote papista en plena Inglaterra anglicana, y ni siquiera se preocupó de hacerlo simpático a los lectores.