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Reencuentro y Un alma valerosa de Fred Uhlman

de Fred Uhlman - Género: Ficcion
libro gratis Reencuentro y Un alma valerosa

Sinopsis

Reencuentro (1971), un clásico contemporáneo que pronto se convirtió en best-seller, narra la intensa amistad, en la Alemania de 1932, que surge entre dos jóvenes de dieciséis años —Hans Schwarz, nacido en una familia judía, y Konradin von Hohenfels, rico aristócrata, miembro de una de las más antiguas familias europeas— cuando coinciden en una selecta escuela de Stuttgart. Sin embargo, al cabo de apenas un año, todo empezará a torcerse: con el ascenso de Hitler al poder, Konradin entra a formar parte de las juventudes hitlerianas mientras Hans huye al exilio. Tan solo mucho tiempo después, Hans, instalado en Estados Unidos, «reencontrará», de un modo sorprendente y emotivo, a su viejo amigo.Un alma valerosa (publicado póstumamente en 1996) narra esa amistad vivida por Konradin, el rico nazi, y en circunstancias dramáticas. Desde la prisión, aterrado, mientras espera a que lo ajusticien por haber participado en el intento de asesinato de Hitler en julio de 1944, escribe una carta a Hans para contarle cómo vivió aquellos años de adolescencia.


Hoy os traigo una reseña conjunta de dos novelas cortas porque están las dos incluidas en el mismo volumen, así que de partida, y antes de empezar a escribir, si os soy sincera he dudado mucho sobre cómo plantear esto, porque este es mi dilema: la segunda nouvelle empieza partiendo de la revelación con que termina la primera, así que si os hablo de la segunda y no tengo cuidado, os estoy contando el final de la primera. de todos modos me he apañado para contar sin desvelar nada, y a la sinopsis oficial de arriba le he metido unos cuantos tajos porque destripaba todo-todo-todo lo que pasa en las dos historias. Así que leed sin miedo.Fred Uhlman, exiliado en Gran Bretaña desde su Alemania natal, publicó Reencuentro en 1971, novela corta ambientada en su ciudad natal, Sttutgart, que narraba la amistad de dos jóvenes de dieciséis años (uno, judío; el otro, de ascendencia noble y afín al partido nazi) en los años en que Hitler comenzaba su ascensión al poder y Alemania empezaba a prepararse para lo que luego desembocó en la Segunda Guerra Mundial. Reencuentro estaba narrado por Hans Schwarz, el joven judío. Catorce años después, en 1985, Uhlman publicó Un alma valerosa, la réplica matizada de la misma historia narrada por el joven aristócrata, Konradin von Hohenfels. En esta ocasión la narración se realiza en plena Segunda Guerra Mundial, aunque se mueve tanto entre hechos de ese presente como en los hechos del pasado que Schwarz narraba en Reencuentro. Dentro de un momento os narraré las circunstancias y el porqué de todo esto.Reencuentro comienza en 1932, aunque desde el principio sabemos que se cuenta en retrospectiva y que el narrador, Hans Schwarz, tiene 25 años más que cuando comienza la historia. Hans y Konradin son compañeros de clase en Stuttgart; el primero, judío, de familia media normal, hijo de un médico, tímido y un muchacho de 16 años del montón, que no destaca por nada en especial; el segundo, hijo de una familia aristocrática cuyo linaje se remonta a siglos atrás, cuya familia profesa un odio cerval contra los judíos y ve en el floreciente Hitler a su mesías y que, precisamente por su abolengo, es el objeto de deseo de todos los compañeros de clase. Entre Hans y Konradin surge una amistad verdadera, un ideal romántico de amistad (como el propio Hans la denomina), entendiendo romántico en el sentido de una sentimentalidad excesiva, soñadora, sobre todo por parte de Hans, que idealiza demasiado el propio concepto de amistad. Cuando Hans percibe que no es bienvenido en casa de Konradin, que se avergüenza de ser visto con él en público y que no es capaz de hablarle claro, su idealización se resquebraja. Y mientras, Hitler y el comienzo de la persecución a los judíos en Alemania, cuando la guerra todavía era solo un temor, y no una realidad, empieza a ser parte del día a día.Un alma valerosa es la réplica a esta historia, pero una réplica ciega: es decir, conocemos la versión de Konradin de todos los hechos que Hans cuenta en Reencuentro pero no a modo de respuesta, pues Konradin en ningún momento tiene conocimiento de lo que se cuenta en Reencuentro. Digamos, y aquí es donde viene el peligro de desvelar el final de Reencuentro, que en esta segunda nouvelle ya estamos en 1944, inmersos en plena Segunda Guerra Mundial, que Konradin está en una situación dramática, y que decide escribirle una carta (que no sabe si recibirá) a su querido amigo Hans, al que hace muchos años que no ve. Así conocemos no solo lo que le ha llevado a la terrible situación en la que está, sino que veremos desde su propio punto de vista los hechos que se narraban en Reencuentro, por qué actuaba como lo hacía, cómo se daba cuenta de que le hacía daño a Hans, cómo el propio apellido y lo que se esperaba de él dentro de la estirpe familiar condicionó muchos de sus pasos en aquel momento y cómo había sido plenamente consciente de que no estaba a la altura de la amistad incondicional de Hans.La religión, aquello que finalmente acabaría por separarles, forma parte de la vida de ambos, pero mientras que en el caso de Hans, su judaísmo es heredado, nada exarcebado, apenas practicado y abierto a dudas y disgresiones, en el caso de Konradin, su cristianismo es la base de todo y no admite fisuras ni críticas, y la mera duda hace tambalear su mundo. Se ponen serios de vez en cuando y no tienen miedo a debatir y hablar sobre materias importantes, existencialistas (de hecho se revela en ambas novelas que los dos recuerdan a la perfección estas conversaciones), pero también lo hacen sobre otras muchas cosas más mundanas: libros, poesía, arte, coleccionismo, teatro, ópera, chicas... Su amistad al principio es inquebrantable; les llegan ecos de convulsión política, pero ellos creen que están muy lejos del caos, que nada puede afectarles.La prosa de Uhlman es tan delicada, elegante y refinada que es un auténtico lujo. Dibuja a estos dos personajes con una precisión milimetrada, y por eso su componente humano, sus defectos y virtudes, quedan constantemente asimilados por las decisiones que toman en relación al otro, y les otorga una dimensionalidad tan realista, tan descarnada, que su historia, que pudo ser la historia de muchos jóvenes como ellos, no se olvida una vez leída. La brecha que el nazismo va abriendo poco a poco en la confianza entre dos amigos del alma le duele al lector casi tanto como a los personajes. Hemos leído mucho sobre la Segunda Guerra Mundial, pero sin duda la historia de Hans y Konradin se queda en la consciencia para siempre. Y la última frase de Reencuentro es, simplemente, de las que no se olvidan. Después de todo lo que has leído, duele. de ahí mi insistencia en no revelar más de la cuenta al hablar de Un alma valerosa.Como os vengo diciendo desde el principio, esta edición de Tusquets recoge las dos nouvelles y, aunque no sé si será el mejor método (o si habrá uno mejor que otro, realmente), yo he preferido no leerlas seguidas. Leí Reencuentro, lo dejé reposar, y pasadas al menos un par de semanas leí Un alma valerosa. Pensé que era la mejor manera de darles a cada una su espacio, de masticarlas, asimilarlas y ser capaz tanto de detectar los distintos recovecos que esconde cada una de ellas, como los hilos que las unen y complementan. No creo haberme equivocado, aunque cada lector es un mundo y cada uno nos enfrentamos a la lectura de una manera diferente. Por todo esto, y terminando, recomiendo a quien esté interesado, primero, que ni se le ocurra leer la contraportada si se hace con esta edición, porque le va a destripar absolutamente todo el devenir de la narración; segundo, que a pesar de todo, se haga con esta edición que recoge las dos obras, porque son dos joyas, breves en cuestión de páginas, inmensas en cuanto a la historia. Una vez leídas las dos, creo que forman un todo indivisible y que, si solo se lee Reencuentro, la percepción de la historia se resiente. Sí, Reencuentro es maravillosa por sí sola, pero una vez leída Un alma valerosa, la magnitud que adquieren en conjunto con respecto a la propia historia es infinitamente superior. No solo se complementan: forman un todo. Enlace: https://inquilinasnetherfiel..
Reencuentro: 2,5/5Tengo que empezar diciendo que este libro tiene 122 páginas y éste es el fallo más grande que le encuentro. No por las páginas en sí, porque puede haber historias bien contadas en pocas páginas. Pero en este caso, se trata de una historia de amistad que no cabe en tan pocas páginas. ¿Cómo pretende el autor resumir una amistad en tan poco espacio? Sabemos que la relación entre los dos protagonistas es tan fuerte porque nos lo dice el autor, no porque se vea reflejado en el libro. Igual es un problema mío, pero no me gusta asumir cosas no probadas con hechos. Me gusta que si el autor quiere que nos abrumemos con una historia de amistad única, veamos cómo evoluciona esa amistad y por qué merece ser contada. En este libro no vemos la evolución de la relación entre los dos niños, solo vemos días aislados que pasan juntos. Ni siquiera sabemos el carácter de cada uno de ellos. Se profundiza más, dentro de lo que cabe, en los padres de ambos que en ellos mismos. Pensé que iba a ser una lectura muy intensa al leer la premisa del libro y comprobar su extensión. Sin embargo, parece que el autor dio más importancia al contexto histórico, a nombrar mil nombres de personajes ilustres o ciudades alemanas, mientras que el desarrollo de los personajes y de la historia entre ellos (que solo se intuye) queda demasiado pobre. Le pongo un aprobado porque a pesar de todo, la Segunda Guerra Mundial es mi debilidad y por malos que sean, los libros con esta temática me roban un poquito el corazón. Además el final es aceptable.En este libro se contaba la relación de amistad desde la perspectiva de uno de los protagonistas; pero en la segunda parte, Un alma valerosa, cambiamos al punto de vista del otro niño. Esta premisa me llama mucho la atención, así que seguro que le doy una oportunidad. A ver si la historia al completo vista desde ambos lados me convence más que estas 122 páginas. Un alma valerosa: 3/5Se trata de la segunda parte de Reencuentro y es tan cortito como éste. Aunque el primero me resultó bastante indiferente, decidí leer este porque lo pintaban mejor y si no me convencía, no iba a perder mucho tiempo con él debido a su corta extensión. Es verdad que sigue en la línea del anterior en cuanto a la superficialidad de la historia y sobre todo de los personajes. Las descripciones y enumeraciones que mete por el medio creo que sobran y sigo diciendo que aún teniendo en cuenta los dos libros, a la historia le falta chicha y profundidad. Sin embargo, sí es cierto que en esta segunda entrega podemos entender algo mejor a ambos personajes y conectamos con ellos algo más, de ahí la puntuación ligeramente más elevada.Y no tengo nada más que decir, historia sin ton ni son, ni fu ni fa. No perdéis el tiempo leyéndola porque es muy cortita y rápida de leer, pero creo que hay libros mejores que retratan la amistad en la época de la Segunda Guerra Mundial.