«El objetivo del presente libro es afirmar que Huxley tenÃa razón, que la amenaza más significativa planteada por la biotecnologÃa contemporánea estriba en la posibilidad de que altere la naturaleza humana y, por consiguiente, nos conduzca a un estadio “posthumano” de la historia. Esto es importante, alegaré, porque la naturaleza humana existe, es un concepto válido y ha aportado una continuidad estable a nuestra experiencia como especie. Es, junto con la religión, lo que define nuestros valores básicos. La naturaleza humana determina y limita los posibles modelos de regÃmenes polÃticos, de manera que una tecnologÃa lo bastante poderosa para transformar aquello que somos tendrá, posiblemente, consecuencias nocivas para la democracia liberal y para la naturaleza de la propia polÃtica.
Puede suceder, como en el caso de 1984, que a la larga descubramos que las consecuencias de la biotecnologÃa son completa y asombrosamente benignas, y que hacÃamos mal al preocuparnos. Es posible que al final la tecnologÃa resulte ser mucho menos poderosa de lo que parece hoy en dÃa, o que los responsables sean moderados y cautos a la hora de aplicarla. Sin embargo, una de las razones por las que no soy tan optimista es que la biotecnologÃa —en contraste con otros muchos avances cientÃficos— encierra beneficios evidentes, pero también peligros más sutiles.»